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El animador brasileño Carlos Saldanha debuta en la acción real con una oda a la imaginación

De izq. a der., Lil Rel Howery, Benjamin Bottani y Zachary Levi en una escena de "Harold and the Purple Crayon".
De izq. a der., Lil Rel Howery, Benjamin Bottani y Zachary Levi en una escena de “Harold and the Purple Crayon”.
(Hopper Stone/Columbia Pictures)
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Antes de iniciar su carrera profesional, Carlos Saldanha se dio cuenta de que las labores de ilustración que tanto le gustaba desempeñar desde chico no iban a permitirle tener una vida acomodada en Brasil, país en el que nació. Fue por ello que decidió estudiar Ciencia de la Computación, una disciplina mucho más solicitada que no lo apartaría tanto de su vocación.

Sin embargo, los planes cambiaron tras descubrir la existencia de un programa de la Escuela de Artes Visuales de Manhattan que le daba la posibilidad de combinar estas dos áreas, ya que se orientaba hacia la creación de imágenes generadas por computadora.

Y vaya que el asunto le sirvió, porque se convirtió en la plataforma necesaria para el desarrollo de una trayectoria que lo ha encontrado dirigiendo obras tan celebradas del género como “Ice Age”(y sus tres primeras secuelas), “Rio” (y su secuela) y “Ferdinand”.

Es por eso que resulta tan llamativo que el mismo oriundo de Río de Janeiro se encuentre a punto de estrenar “Harold and the Purple Crayon”, un filme que, sin dejar completamente de lado la animación, corresponde básicamente a los ámbitos de la acción real, y que se presenta como la secuela de un popular libro para niños de los ‘50.

En el relato original de Crockett Johnson (1906-1975), el protagonista era un infante de 4 años que tenía el poder de crear cosas mediante el uso de un lápiz mágico. En la nueva película, el susodicho, interpretado por Zachary Levi (“Shazam!”, “Thor: The Dark World”), es un adulto perteneciente a una realidad alternativa que llega a nuestro mundo en busca de su creador, y que una vez allí, se enfrenta a las complicaciones de una vida que no conoce ni entiende.

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En una entrevista por Zoom que nos conectó con la nación sudamericana en la que vio su primera luz y en la que se encuentra filmando su segunda cinta con intérpretes de carne y hueso, Saldanha habló de los desafíos que implicó el cambio de formato, del interés que tuvo en esta historia, de los mensajes positivos de la misma y de sus siguientes proyectos.

Carlos, esta es tu primera película de acción real. ¿Por qué decidiste hacer algo así en este momento y por qué decidiste hacerlo a través de la adaptación de un cuento clásico?

Yo siempre tengo muchas ganas de aprender. Por lo tanto, fue un desafío muy grande pasar de la animación al ‘live action’. Conocía el libro por mis hijos y me encantaba su mensaje de imaginación y de dibujos, que me resultaba también accesible. Me daba además la oportunidad de mezclar las dos tecnologías, y eso lo convertía en el proyecto ideal para mí.

En Latinoamérica, este libro no es muy conocido, pero tú has vivido ya un buen tiempo en Nueva York.

Sí; vivo en Estados Unidos desde hace 33 años, y todos mis hijos han nacido aquí. Cuando eran chiquititos, leía para ellos antes de que se durmieran, y me acuerdo de esa historia, que se escribió hace mucho tiempo, pero que tiene un mensaje y una emoción de la historia muy contemporáneos, referidos a la manera en que uno puede diseñar su propia vida. Nos quiere decir que, al ir creciendo, no debemos olvidarnos del niño que llevamos dentro; no debemos abandonar la imaginación ni perder la inocencia.

Por el lado del oficio, también te conectabas con la historia, porque has hecho mucha animación y empezaste a dibujar desde que eras chico, aunque no sé si lo sigues haciendo.

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Sí, siempre lo hago. Es mi mejor forma de expresión. Si tengo algo en la cabeza, lo pongo en una hoja de papel o en el iPad. Mi vida profesional es una vida de dibujos, de crear mundos que no existen.

Ha habido otras adaptaciones del libro, pero esta es la primera en la que Harold aparece como un adulto. ¿Qué fue lo que te atrajo de esa idea?

Cuando eres adulto, es muy fácil olvidar las cosas que tienes dentro por todos los problemas a los que te enfrentas. Hay muchos desafíos para poder mantener esta inocencia y esta mentalidad. El desafío más grande del adulto es mantener ese sentimiento vivo. Además, hacerlo de este modo me permitía conectarme directamente con el personaje.

El mundo entero se encuentra ahora en un estado de turbulencia. A veces, provoca salirse de todo eso empleando la imaginación y la fantasía. Pero también has dicho que te interesa que haya mensajes en tus películas. “Rio”, por ejemplo, hablaba de proteger a las especies en peligro. “Ferdinand” hablaba del respeto a los animales, y hubo incluso por ahí unos críticos conservadores que la acusaron de antitaurina. Pero esta cinta habla directamente de la imaginación. No sé si alguien podrá molestarse con eso.

Las personas más grandes no pueden con la imaginación. Y esa era una película de ficción.

Zachary Levi en otra escena del filme.
(Sony Pictures)

“Harold” es una película bastante inocente en ese sentido, incluso por el lado del protagonista, encomendado a Zack Levy, quien suele hacer papeles de esta clase. Él ha atravesado situaciones complicadas en la vida real debido a ciertas condiciones mentales, pero en la pantalla, ha logrado mostrar su lado infantil con mucha eficacia.

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Me encantó verlo haciendo de Shazam!, un superhéroe con aspecto de adulto que es en realidad un niño. Ese contraste entre ser un tipo muy grande y mantener de todos modos la inocencia me parecía muy interesante y muy divertido.

Hay varios actores de carne y hueso en esta película, y eso la hace también muy distinta a las que habías hecho antes. ¿Qué tan complicado fue tener que dirigir a los intérpretes fuera de una cabina de grabación?

Bueno, cuando los actores están en la cabina, también tienes que dirigirlos, porque tienen que hacer una interpretación; no se trata solo de sus voces. Pero claro, en esos casos, no hay presencia física, porque los personajes son de animación. En el ‘live action’, todo es importante; no solamente la actuación verbal, sino también el manejo de los ojos, de la cara y de todo el cuerpo.

En lo que corresponde al director, este tiene que encontrar todos los matices que sean posibles. Pero es un desafío igualmente grande para el actor, porque está completamente expuesto ante la cámara. Hubo que trabajar mucho. Para mí, se trató de un descubrimiento muy fuerte.

Universal Pictures obtuvo los derechos del libro de memorias de Britney Spears “The Woman in Me” (“Britney Spears: La mujer que soy”) y desarrollará una película biográfica de la estrella del pop que será dirigida por Jon M.

En tus películas animadas ha habido muchas bromas visuales y físicas, y esto se repite en “Harold and the Purple Crayon”, pero con los actores ante la cámara. Eso fue sin duda un reto adicional en términos de planificación y de dirección en el set.

En este caso, todas las bromas tenían que ser reales, o parecer al menos reales, porque en la animación podemos hacer de todo, como mostrar a un personaje que cae desde una altura muy grande sin hacerse daño y muchas cosas imposibles. Con actores ‘reales’, tienes que crear situaciones creíbles, y la eficacia de las bromas tiene mucho que ver con el ‘timing’ que tenga el actor para la comedia, con sus expresiones faciales y con el modo en que maneja su cuerpo.

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Como dices, la animación te permite hacer cualquier locura, hasta burlar las leyes de la física. ¿Te frustraste a veces durante el rodaje de esta nueva película por no poder lograr cosas así? Porque hay que considerar también las cuestiones de presupuesto cuando se habla de acción real.

Sí, fue un desafío muy grande, porque antes tenía control total. Nos quedábamos dentro de una oficina, todos juntos, haciendo las partes despacito, y con tiempo suficiente para pensar y lograr lo que buscábamos. Pero en este formato, tienes al actor, tienes la cámara, tienes la iluminación y tienes que filmar.

No tienes mucho tiempo para comprender la situación y hacer los cambios que sean necesarios para que las cosas funcionen, porque lo que queda filmado es lo que se verá en la pantalla. Pero tuve la suerte de contar con un equipo increíble, lleno de personas con mucha habilidad.

Entre estas personas se encontraba Gabriel Beristain, el reconocido director de fotografía mexicano que ha trabajado en muchas producciones hollywoodenses. ¿Cómo fue trabajar con él?

Fue increíble, porque se trata de una persona con mucha experiencia en todo. Es muy amigable, muy colaborativo. No podría haber hecho esta película sin su ayuda.

Zooey Deschanel (a la derecha) integra igualmente el reparto.
(Hopper Stone/Columbia Pictures)

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Ahora mismo, estás en Brasil, filmando una nueva cinta de acción real que se llamará “100 Days”, que estará en portugués y que se basa en una historia real. Cuéntame un poco de eso, por favor.

Se inspira en el caso de un brasileño que cruzó el Atlántico en un bote de remos. Es una historia muy linda, porque tiene mucha emoción, pero también habla de desafíos y de superación. Es más seria que las películas que he hecho antes, y obviamente, es completamente distinta a “Harold”.

“Harold” es una película de imaginación, de fantasía y de cosas que se crean. Pero esta es una historia que sucedió y a la que le tengo que poner momentos conmovedores y momentos de acción. Pese a sus diferencias, son dos proyectos sumamente interesantes para mí.

¿Cuándo se terminará el rodaje?

Estamos recién en la primera semana. Me parece que terminaremos en agosto, pero la película está programada para salir el año que viene.

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