Si tu idea de pasarla bien en el Sur de California involucra correr olas o sumergirte en un mar turbulento, Long Beach no es la ciudad adecuada para hacerlo, ya que, a pesar de su nombre, las costas allí presentes se encuentran desprovistas de esa clase de movimientos debido a la irremediable presencia de un espigón que fue erigido en la década de los ‘40.
Pero esta parte del mundo no deja de tener sus encantos, por supuesto; y la simple cercanía con el Pacifico hace que todo luzca mejor. El mejor ejemplo de lo dicho se encuentra en Shoreline Village, una atractiva zona de restaurantes y bares con música en vivo que fue edificada justamente a las orillas del océano y que, debido a su inseparable disposición y a la elegancia de su diseño arquitectónico, ofrece vistas únicas en diferentes temporadas del año, incluso aquellas que no son bendecidas por las temperaturas altas y los cielos azules.
Desde hace cuatro décadas, esta pintoresca locación se ha visto coronada en su extremo más próximo a las aguas por Parker’s Lighthouse, un encantador restaurante que, desde su creación, se ha enfocado en la venta de platillos preparados a base de pescado fresco a la plancha, aunque el paso del tiempo lo ha llevado a extender su oferta gastronómica, hasta el punto de que, en el 2010, le cedió las instalaciones de su tercer piso a lo que denominó Queensview Steakhouse.
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Pero cumplir tantos años de existencia no es algo que suceda todos los días, y por ello, los propietarios del restaurante realizaron hace unos días un evento nocturno destinado a promover de manera pública el ‘menú nostálgico’ (‘throwback menu’) que estarán ofreciendo hasta el término de este calendario.
Durante la velada, tuvimos la oportunidad de sentarnos en el enorme patio al aire libre del local, que a estas alturas del año, sigue resultando completamente agradable; pero el lugar tiene diversos ambientes y un área central que se encuentra bajo techo, lo que significa, obviamente, que puede ser visitado en cualquier momento.
Pudimos probar diversos platillos, como una jambalaya de camarones, pollo y andouille; un salmón a la leña con elote y ají verde; un Mac & Cheese al horno con setas; un pollo rostizado en almíbar de manzana; unas tostadas con zanahoria rallada, alioli y queso fresco; unas croquetas de costilla y una panna cotta de horchata. Todo nos supo bien, aunque, evidentemente, no es lo mismo probar comida de bandejas que se ha hecho con cierta antelación que degustar los mismos platillos recién hechos, es decir, lo que sucederá si asistes como cliente al mismo restaurante.
Es por eso que lo que realmente nos conquistó fue la mesa en la que se encontraban las fuentes de ostras, de camarones y de sushi, distinguidas por sus intensos sabores naturales y su evidente frescura. Y nos cayó particularmente bien la presencia de una espectacular salsa picante con habanero que había sido creada en casa, y que iba de maravilla con los mariscos.
Esta era solo una muestra de una oferta rotativa que, en el mes de agosto, ofreció nachos de atún estilo poke, penne con camarón de roca y un decadente postre de misteriosa inspiración.
Más adelante, conversamos con Michael Cole, vicepresidente de operaciones de Select Restaurants, una compañía con sede en Cleveland, Ohio, que tiene siete locales de comida a lo largo y ancho del país, y que fue además gerente general de Parker’s Lighthouse durante 17 años.
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“Pasé por dos remodelaciones, incluyendo la del 2010, que se dio cuando pusimos la ‘steakhouse’”, nos dijo el oriundo de Nueva Jersey, radicado actualmente en Huntington Beach. “No hemos dejado de lado el concepto general de ser una marisquería, pero agregar lo de las carnes en el espacio que hasta entonces funcionaba básicamente como un bar nos ofreció un incremento de ventas de hasta el 21 por ciento”.
Para mantenerse en la línea de la gastronomía sostenible que se relaciona a su colaboración estrecha con el Acuario de Long Beach, ubicado a unos pasos, el restaurante sirve únicamente platillos hechos con ingredientes naturales que no se encuentran siempre disponibles.
“Nuestro menú cambia según las estaciones; analizamos lo que se vende y lo que no se vende, y vamos rotando”, detalló el ejecutivo. “La idea de este año fue ofrecer un menú especial que rescatara platos que tuvimos al inicio y que salieron después de la carta”.
Cole asegura que encontrar algunas de las viejas recetas fue todo un reto, pero que finalmente lo lograron. “Estaban la jambalaya de mariscos, los taquitos de langosta y las tartas de lima, así como otros postres especiales que dejamos de preparar hace años”, enumeró.
Para lograr estas metas, se necesitaba al personal apropiado. “Tenemos un chef que lleva 35 años con nosotros y que hace todas las recetas, todas las salsas, todos los postres”, retomó Cole. “Eso nos ha permitido mantener la consistencia. Incluso con todo lo que pasó en los últimos tiempos, no hemos tenido muchos cambios en lo que respecta a los cocineros”.
Parker’s Lighthouse no es un simple lugar de paso ni un local de comida rápida, por lo que los clientes pueden esperar precios acordes con su categoría. Pero Cole asegura que, para ser lo que es, el local sigue siendo sumamente accesible.
“Cuesta mucho dinero mantener una propiedad como esta, pero nos aseguramos siempre de que nuestros precios estén al alcance de todos”, comentó el ejecutivo. “Si vienes aquí a la hora de comer, puedes disfrutar de algo bueno por 20 o 22 dólares, que es un precio absolutamente razonable en estos días”.
Por supuesto, durante la pandemia, las cosas se complicaron terriblemente para el negocio. “En algún momento, pudimos poner más asientos en el patio y atender a la gente, pero en otros momentos, tuvimos que cerrar por completo”, reconoció Cole. “Y no nos funcionaba realmente la estrategia de comida para llevar, porque nuestros platos se hacen para ser consumidos al momento”.
Cole asegura que los empleados que fueron despedidos durante la pandemia fueron contratados nuevamente al término de la misma, lo que le permite tener actualmente a 150 personas en el staff. Por ese lado, demostró su firme oposición a la Proposición 32, que busca elevar los salarios mínimos en California, lo que tiene sentido para quienes se han visto perjudicados por la inesperada inflación que se produjo pero que, obviamente, no favorece a los empresarios.
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“Cada vez que se produce uno de estos aumentos, nos cuesta mucho pagar a nuestra gente, y a veces, cuando eso sucede, tenemos que pasar esos costos al consumidor, por desgracia”, dijo el ejecutivo. “En ese sentido, no somos diferentes a los otros restaurantes del centro de Long Beach”.
“De todos modos, somos conscientes de lo complicado que está todo, y tomamos nuestras decisiones con mucho cuidado”, aseveró. “Logramos mantenernos a lo largo de 40 años, y esperamos seguir abiertos al menos por 40 años más”.
Escribe artículos de entretenimiento en Los Angeles Times en Español y lo hizo anteriormente en todas las ediciones impresas de HOY Los Ángeles. Previamente, trabajó como colaborador con el diario La Opinión. Inició su carrera periodística como redactor y luego editor del suplemento de entretenimiento “Visto & Bueno”, publicado por el diario El Comercio de Lima, donde hacía también críticas de cine.