Crítica demócrata y cautela republicana ante la polémica cita de Kim y Trump
Washington — Estados Unidos recibió este domingo entre el escepticismo crítico de los demócratas y la cautela republicana el inesperado encuentro en la frontera intercoreana entre el mandatario Donald Trump y el líder norcoreano, Kim Jong-un, en pleno comienzo de la campaña electoral.
Trump y Kim se encontraron hoy ante la línea divisoria que separa las dos Coreas, que se mantienen en guerra desde casi 70 años, en lo que supuso la primera reunión entre líderes de EE.UU. y Corea del Norte en la emblemática frontera. Además, Trump cruzó la línea de demarcación militar y se convirtió en el primer presidente estadounidense en pisar territorio norcoreano.
“Es preocupante que el presidente convoque de manera errática un encuentro sin haber realizado el trabajo previo, parece que es solo cuestión de espectáculo, no tiene sustancia”, afirmó Julián Castro, aspirante a la candidatura presidencial demócrata para los comicios de 2020, al lamentar que el hecho “sirva para elevar y fortalecer el perfil de un dictador”.
El senador Bernie Sanders, también aspirante presidencial demócrata, insistió en que el hecho debería ir más allá de una imagen.
“No tengo problemas con (Trump) sentándose con Kim Jong-un en Corea del Norte o cualquier otro lugar. Lo que no quiero es que sea solo una oportunidad para hacerse una foto. Necesitamos diplomacia real”, remarcó Sanders, representante del ala más izquierdista de su partido.
“Nuestro presidente no debería estar desperdiciando la influencia de EE.UU. con oportunidades de foto e intercambiando cartas de amor con un dictador implacable”, coincidió Elizabeth Warren, senadora y también precandidata presidencial demócrata.
En tanto, desde el bando republicano se ha mantenido la cautela ante el encuentro, encaminado a reactivar las conversaciones sobre desnuclearización, estancadas desde la fracasada cumbre en Vietnam en febrero, y que fue calificado por Trump como un momento “legendario e histórico”.
Lindsey Graham, senador republicano y uno de los más cercanos a Trump, dio el visto bueno “a intentar” retomar las conversaciones aunque remarcó que “el objetivo es una desnuclearización irreversible, verificable de la península coreana”.
Mientras el propio exenviado de Trump para Corea del Norte Joseph Yun expresó sus dudas.
“No estoy seguro de qué es lo que el presidente Trump quiere conseguir, porque mientras todo este acercamiento se ha producido, no ha habido declive en el inventario de armas nucleares de Corea del Norte o de misiles”, indicó en declaraciones a la CNN.
Estados Unidos se encuentra en el inicio de una maratoniana campaña electoral que desembocará en las presidenciales de 2020, en las que Trump buscará la reelección.
El mandatario tiene abiertos varios frentes en política exterior, con las tensiones militares con Irán y las comerciales con China en el primer plano, a los que se añade la incertidumbre ante el desenlace de las conversaciones con Corea del Norte tras varios intentos fallidos.
Las conversaciones estaban atascadas desde el desencuentro que mostraron ambos líderes con respecto al modelo para desnuclearizar Corea del Norte durante la cumbre de febrero.
Allí, Corea del Norte abogó por una desnuclearización gradual acompañada del progresivo levantamiento de sanciones, una oferta que Estados Unidos consideró inaceptable, al señalar que no relajará sanción alguna mientras el régimen no elimine sus programas nuclear, de misiles y de armas químicas y biológicas.
Desde entonces, Corea del Norte había endurecido el tono, reclamando a EE.UU. retornar a la mesa con una postura más flexible, e incluso realizó dos pruebas de misiles.
Aunque se concretó con poco tiempo, cuando Trump se encontraba en Japón para la cumbre del G20, la reunión con Kim se materializó en una cita informal, que contó nuevamente con el apoyo del presidente surcoreano, Moon Jae-in, una figura clave para mediar en el proceso de desnuclearización.
“Me alegro de verle de nuevo. No esperaba verle jamás en este lugar”, afirmó Kim poco después del apretón de manos con Trump, al reconocer lo sorpresivo de la cita.
“Estuve en suelo de Corea del Norte, una importante declaración para todos, y un gran honor!”, señaló Trump por su parte.
En el aire quedó la propuesta del mandatario estadounidense de que Kim visite EE.UU., algo que hasta ahora no ha hecho ningún líder del régimen norcoreano.
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