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“Vamos a estar bien”: Por qué este premio Nobel predice una recuperación rápida del coronavirus

Health worker checks a patient at a COVID-19 screening station
Una trabajadora de salud verifica la temperatura de una paciente en una estación de detección de COVID-19 en el Centro de Salud Watts. Un premio Nobel de Stanford que redujo los números predice que el brote causará menos muertes de lo que muchos pronostican.
(Irfan Khan/Los Angeles Times)

Un premio Nobel predijo la recuperación de China semanas antes de que ocurriera. Analizando los números, ve un resultado global mucho más brillante que muchos expertos.

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Michael Levitt, un premio Nobel y biofísico de Stanford, comenzó a analizar el número de casos de COVID-19 en todo el mundo en enero pasado, y calculó correctamente que China superaría el peor brote de coronavirus mucho antes de lo que una gran cantidad de expertos en salud habían anticipado. Ahora prevé un resultado similar en Estados Unidos y el resto del mundo.

Si bien muchos epidemiólogos advierten de meses, o incluso años, de perturbación social masiva y millones de decesos, Levitt afirma que los datos simplemente no respaldan un escenario tan grave, especialmente en áreas donde existen medidas razonables de distanciamiento social.”Lo que necesitamos es controlar el pánico”, remarcó. A gran escala “vamos a estar bien”.

Esto es lo que Levitt notó en China: el 31 de enero, el país tuvo 46 nuevas muertes debido al nuevo coronavirus, en comparación con 42 nuevos decesos el día anterior.

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“Las personas necesitan ser consideradas héroes por anunciar que tienen este virus”.

— Michael Levitt, un premio Nobel y biofísico de Stanford

Aunque el número de muertes diarias había aumentado, la tasa de ese incremento comenzó a disminuir. En esencia, aunque el automóvil todavía estaba acelerando, ya no lo hacía tan rápido como antes.

“Esto sugiere que la tasa de aumento en la cantidad de muertes disminuirá aún más durante la próxima semana”, escribió Levitt en un informe que envió a sus amigos el 1º de febrero, y que fue ampliamente compartido en las redes sociales chinas. Pronto, predijo, el número de fallecimientos comenzaría a disminuir a diario.

Tres semanas después, Levitt le dijo al China Daily News que la tasa de crecimiento del virus había alcanzado su punto máximo. Él predijo que el número total de casos confirmados de COVID-19 en China terminaría en alrededor de 80.000, con aproximadamente 3.250 muertes.

Este pronóstico resultó ser notablemente preciso: hasta el 16 de marzo, China había contado un total de 80.298 casos y 3.245 muertes, en una nación de casi 1.400 millones de personas donde mueren aproximadamente 10 millones al año. El número de pacientes recién diagnosticados se redujo a alrededor de 25 por día, sin que se hayan reportado casos de propagación comunitaria desde el miércoles pasado.

Ahora Levitt, quien recibió el Premio Nobel de Química en 2013 por desarrollar modelos complejos de sistemas químicos, está viendo puntos de inflexión similares en otras naciones, incluso en aquellas que no impusieron las medidas de aislamiento draconianas que exigió China.

Analizó 78 países con más de 50 casos reportados de COVID-19 todos los días y ve “signos de recuperación”. El experto no está analizando los casos acumulativos, sino la cantidad de eventos nuevos todos los días, y el porcentaje de crecimiento en ese número de un día para otro.

“Los números siguen siendo escandalosos, pero hay signos claros de un crecimiento lento”.

Casos confirmados de COVID-19 por país hasta las 6 p.m. del viernes. Haga clic para ver el rastreador COVID-19 de L.A. Times.
Casos confirmados de COVID-19 por país hasta las 6 p.m. del viernes. Haga clic para ver el rastreador COVID-19 de L.A. Times.
((Compilado por L.A. Times Graphics, a partir de datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Johns Hopkins CSSE, Departamento de Salud Pública de California e informes de funcionarios de salud pública del condado).)

En Irán, por ejemplo, el número de casos de COVID-19 recientemente confirmados se mantuvo relativamente estable la semana pasada, de 1.133 el lunes a 1.148 el viernes.

Por supuesto, recuperarse de un brote inicial no significa que el virus no volverá a aparecer: China ahora está luchando para detener nuevas oleadas de infección procedentes de lugares donde el virus se está extendiendo sin control. Otros países se verán obligados a enfrentar el mismo problema también.

Levitt reconoce que sus cifras son desordenadas y que el recuento oficial en muchas áreas es demasiado bajo porque las pruebas son irregulares. Pero incluso con datos incompletos, “una disminución constante significa que hay un factor operante que no es sólo una inexactitud en los números”, confirmó.

El superintendente del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, Austin Beutner, anunció el lunes que las escuelas, que cerraron junto con otras en todo California la semana pasada para ayudar a sofocar el brote, permanecerán cerradas hasta el 1 de mayo.

La trayectoria de las muertes respalda sus hallazgos, indicó. También lo hacen los datos de brotes en entornos confinados, como el del crucero Diamond Princess. De 3.711 personas a bordo, 712 resultaron infectadas y ocho murieron. En su opinión, este experimento no intencionado en la propagación del coronavirus ayudará a los investigadores a estimar la cantidad de decesos que ocurrirían en una población completamente infectada.

Para Levitt, las órdenes de distanciamiento social son críticas, particularmente la prohibición de grandes reuniones, porque el virus es tan nuevo que la población no tiene inmunidad y aún faltan muchos meses para que aparezca una vacuna. “Este no es el momento de salir a beber con los amigos”, remarcó.

Vacunarse contra la gripe también es importante porque un brote de coronavirus que ataca en medio de una epidemia de esa enfermedad puede abrumar mucho más los hospitales y aumentar las probabilidades de que el coronavirus no sea detectado. Posiblemente eso fue un factor en Italia, un país con un fuerte movimiento antivacunas, remarcó.

Pero también culpa a los medios de comunicación por causar pánico innecesario al enfocarse en el aumento incesante del número acumulado de casos y destacar a las celebridades que contraen el virus. Por contraste, la gripe afectó a 36 millones de estadounidenses desde septiembre y mató a unos 22.000, según los CDC, pero esos decesos mayormente no se informan.

De acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades, CDC), ambos causan fiebre y tos, y ambos pueden provocar neumonía.

El especialista teme que las medidas de salud pública que han cerrado grandes sectores de la economía puedan causar su propia catástrofe de salud, ya que la pérdida de empleos conduce a la pobreza y la desesperanza. Una y otra vez, los investigadores han comprobado que las tasas de suicidio aumentan cuando la economía cae en picado.

El virus puede crecer exponencialmente sólo cuando no se le detecta y nadie actúa para controlarlo, aclaró Levitt. Eso es lo que sucedió en Corea del Sur, cuando arrasó con un culto cerrado que se negó a reportar la enfermedad.

“Las personas necesitan ser consideradas héroes por anunciar que tienen este virus”, dijo. Michael Levitt, un premio Nobel y biofísico de Stanford

El objetivo debe ser una mejor detección temprana -no sólo a través de las pruebas, sino quizá con la vigilancia de la temperatura corporal, que China está implementando- y el aislamiento social inmediato.

Si bien la tasa de mortalidad del COVID-19 parece ser significativamente más alta que la de la gripe, Levitt asegura que “No es el fin del mundo”.

Basado en la experiencia del Diamond Princess, estima que estar expuesto al nuevo coronavirus duplica el riesgo de muerte de alguien en los próximos dos meses. “La situación real no es tan terrible como parece”, consideró.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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