El qué y porque desde Washington: La Cumbre de las oportunidades perdidas
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Aclaremos una cosa desde el inicio; no invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua a la Cumbre de las Américas en la ciudad de Los Ángeles del 8 al 10 de junio, no fue debido a que son izquierdistas o ineptos imitadores del comunismo. ¡No! Fue porque sus dirigentes no fueron elegidos democráticamente.
La carta que creó estas reuniones cumbre de mandatarios especificó claramente desde la primera cumbre en 1994 que estas… “Son reuniones de jefes de estado elegidos democráticamente”. Y no hay nadie que demuestre hoy que en Cuba, Venezuela y Nicaragua sus dirigentes fueron democráticamente elegidos.
Solución rápida
Los jefes de estado asistiendo a la reunión en Los Ángeles, si no están satisfechos con esa declaración, tienen mucho tiempo el primer día de la cumbre para cambiarla.
La nueva declaración podría decir por ejemplo que a estas reuniones pueden asistir… “absolutamente todos los países latinoamericanos, sin importar si sus dirigentes son dictadores a los que nadie eligió libremente en sus países”.
¿Cuántos de los jefes de estado asistentes cree usted que firmaría una abominación así?
Claro que pueden ser menos sinceros y ocultar la verdad en lenguaje florido. Pero los mandatarios con vergüenza ya no lo aceptarían.
Qué pena que una discusión política y vacía, esté abortando lo que pudieron ser acuerdos importantes para los Latinoamericanos. Hoy ya sabemos que eso no ocurrirá, porque ya estamos tarde en tiempo para que los gobiernos acuerden en anticipación a la cumbre, los acuerdos que van a ser firmados.
En esta cumbre debería haber discusiones y acuerdos, en cuestiones concretas y complicadas como:
La expansión comercial entre economías tan disímbolas.
La expansión de cuidados y servicios médicos para enfrentar a la pandemia
La expansión de temas de gobernabilidad y democracia
A estas cumbres como a todas las demás que existen, los jefes de estado llegan solo a ponerle firma y sonrisas, pero antes sus gobiernos ya trabajaron entre sí durante los meses previos. Eso, desafortunadamente, no está ocurriendo esta vez.
En el Departamento de Estado, y en la OEA en Washington, hay mucha gente trabajando en los términos y textos concretos de posibles acuerdos. Pero por las prisas y sobre todo por el tiempo perdido, esos textos están tan arrugados, que se necesitan muchas horas extra para llegar el 8 de junio a Los Ángeles, con todo planchadito.
Los países que al final decidan asistir a la novena Cumbre de las Américas 2022, se van a llevar resultados de la reunión. Pero esos beneficios son mucho menos importantes que los que hubieran podido tener, si no hubieran perdido el tiempo debatiendo si tres países no democráticos tendrían un asiento en la mesa.
Y, ¿sabe usted que es lo peor? Qué si esos tres países hubieran sido invitados, no habrían podido aportar nada, porque los temas serán sobre gobernabilidad y democracia.
El tiempo y esfuerzo perdido es algo de lo que hay que hablar hoy. Cuando los presidentes de un continente empujan juntos en una misma dirección hay problemas atávicos que podrían ser resueltos.
Hay que decir también, que los países del continente americano necesitan unirse. La enorme población de 665 millones de latinoamericanos necesita que estas reuniones de presidentes les produzcan nuevos beneficios; cosas concretas que la gente pueda usar en su vida diaria. Vea usted al G-7, de ahí salen políticas económicas que benefician al primer mundo. ¿Porque no copiarlo?
El continente americano desde la frontera mexicana con Estados Unidos para abajo está sumido en condiciones de vida que se siguen deteriorando cada año. Para millones de Latino Americanos esta cumbre pudo haber aportado nuevas ideas para resolver la cada vez más creciente pobreza.
Ustedes ya saben que, en el hemisferio, andamos muy mal. Cada día hay más gente enferma, hay más gente víctima del crimen y más criminales, hay más drogadictos, más prostitución y más distancia entre ricos y pobres. Pero también hay menos soluciones, menos empleos, y menos felicidad en la gente.
¿Porque cree usted que seguimos emigrando a donde se pueda? Antes fue a Estados Unidos, después fue a Europa… hoy es a donde se pueda con la esperanza de que alguien se descuide y nos deje entrar a los países que percibimos como más prósperos.
Estados Unidos tiene aún una lista de entregables concretos que saldrán de esta cumbre.
Ejemplo: mayor integración para buscar prosperidad económica y menor desigualdad; la promesa de seguridad ciudadana; y la consolidación de un consenso hemisférico a favor de la democracia.
La cumbre se decidió que fuera en Los Ángeles, por qué es una ciudad emblema de la diversidad étnica, racial y cultural que vive en Estados Unidos. Es la ciudad donde más originarios de Latinoamérica han emigrado.
Esa comunidad mayoritariamente de origen hispano y latino es la más próspera del hemisferio.
Por eso la intención del presidente Joe Biden fue integrar una agenda doméstica de crecimiento económico — incluyendo el calentamiento global y la respuesta a la pandemia del COVID-19.
Estados Unidos que es el anfitrión, puso como lema para la novena Cumbre de las Américas “Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo”.
Y ahora ver que todo esto se puede caer, por incluir a tres países que lo único que han creado es miseria colectiva… es una verdadera tragedia.
Además, a Daniel Ortega en Nicaragua no pareció importarle que el presidente de México estuviera creándose problemas para incluirlo y simplemente anunció que no vendría ni aunque le rogaran, Cuba hizo lo mismo, y seguramente el presidente de México se olvidó que desde marzo del 2020, Nicolas Maduro, que dice ser presidente de Venezuela, tiene una orden de captura por su complicidad y participación directa en el narcotráfico, y no puede pisar territorio estadounidense.
Algo que le tengo que reportar es que en cuanto a temas hay uno muy importante que es aún rescatable; el de cómo combatir a la pandemia.
El presidente Biden propuso ya no solo seguir regalando vacunas, sino apoyar a la capacidad de fabricación y producción en la región para prepararse para futuras pandemias.
Y esto al hemisferio le servirá de mucho si aún se logra, porque el enfoque no sería solo contra el COVID; sino también contra otras enfermedades que siguen vivas en Latinoamérica, como la fiebre amarilla y el sarampión. Esta cumbre es aún una gran oportunidad para reforzar los sistemas de salud de la región, ya que la pandemia ya nos demostró que tan increíblemente débiles son.
Además, habría otros temas como, por ejemplo, cómo empezar a salir de la dependencia de los hidrocarburos… más sobre inmigración segura, sobre asilo, y más sobre inversiones en Centroamérica… más sobre empoderar a las mujeres latinoamericanas… más sobre cómo abordar la urgencia del cambio climático… más sobre derechos humanos, violencia de género, y libertad y seguridad para la prensa.
Seguro que usted estará de acuerdo, en que si nada de lo anterior se logra por culpa del debate de a quién invitar y no invitar, esta próxima reunión será de todas formas histórica, porque los caprichos políticos de unos cuantos, la habrán convertido en … “La Cumbre de las Oportunidades Perdidas”.
Por casi tres décadas el periodista Armando Guzmán se ha ganado el reconocimiento en México y Estados Unidos por su cobertura en Washington. Puede seguirlo en los diferentes medios y plataformas, como radio, televisión, prensa escrita e internet.
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