Italia y Francia afrontan segundo año de sequía

ROMA —  Ante la posibilidad de que Italia sufra una sequía por segundo año consecutivo, la primera ministra Giorgia Meloni se reunió con ministros a fin de elaborar un plan de acción, sumándose a Francia y otros países europeos que lidian con un invierno desprovisto de lluvia o nieve.

Meloni y sus ministros decidieron designar un “comisionado extraordinario con poderes ejecutivos” a fin de implementar el plan del gobierno contra la sequía una vez que esté elaborado. Italia designó un funcionario similar para la pandemia del COVID-19.

Según expertos, la última vez que Italia experimentó dos años consecutivos de sequía fue en 1989 y 1990, pero advirtieron que hoy en día las condiciones son más adversas.

Las escasas nevadas invernales se traducen en un deshielo muy insuficiente para abastecer a los arroyos y afluentes que desembocan en el río Po, por lo que los agricultores de la región italiana de Emilia-Romaña temen tener que abandonar cultivos tradicionales como el maíz y la soja y plantar girasoles en su lugar.

Emilia-Romaña es una de las regiones agrícolas más productivas de Italia. La falta de agua allí podría también afectar el suministro de alimentos para vacas y puercos, cuya leche y carne son esenciales para producir el queso Parmigiano Reggiano y el jamón prosciutto.

Francia ha registrado 32 días sin lluvia este invierno, la sequía invernal más larga desde que se comenzaron los registros en 1959. Los niveles de nieve en los Alpes franceses, los Pirineos y otras cordilleras francesas también son mucho más bajos de lo habitual para esta época del año, según el servicio meteorológico nacional.

Debido a que el agua proveniente de la nieve derretida es esencial para ríos y estanques, los expertos temen que este año habrá una escasez de agua. En toda Francia, habitantes están compartiendo imágenes de ríos y lagos secos, algo asombroso durante el invierno.

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Los periodistas de The Associated Press Angela Charlton en París, Barbara Surk en Niza, Francia; Ciaran Giles en Madrid, Frank Jordans en Berlín y Colleen Barry en Milán, contribuyeron a este despacho.