Qatar, el principal mediador en la guerra entre Israel y Hamás
JERUSALÉN — El trato parecía a punto de desmoronarse. Hamás acusó a Israel de no cumplir su parte del acuerdo e Israel amenazaba con reanudar sus mortales ataques contra la Franja de Gaza.
Ese fue el momento en que un avión qatarí aterrizó en el Aeropuerto Internacional Ben-Gurión de Israel el sábado. Los negociadores a bordo pusieron manos a la obra, tratando de salvar el cese del fuego entre Israel y Hamás en Gaza antes de que el acuerdo se desmoronara y echara por tierra semanas de negociaciones diplomáticas.
La primera visita pública de funcionarios qataríes a Israel marcó un momento extraordinario para los dos países, que no tienen relaciones diplomáticas oficiales. También subrayó el importante papel del pequeño emirato a la hora de zanjar las diferencias entre los enemigos.
“Esto es algo que nunca habíamos visto antes”, dijo Yoel Guzansky, investigador sénior del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Tel Aviv, sobre la presencia de los qataríes en Israel. “Es el único actor externo en el mundo que tiene tanta influencia sobre Hamás, gracias a sus muchos años de apoyo”.
La misión del fin de semana fue un éxito. Varios mediadores qataríes se quedaron para trabajar con funcionarios de inteligencia israelíes para extender la tregua de cuatro días, que habría de finalizar el martes por la mañana.
Esos esfuerzos aparentemente rindieron frutos, ya que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Qatar anunció el lunes que Israel y Hamás acordaron extender su alto el fuego por dos días más, lo que aumenta las perspectivas de un cese más prolongado de la guerra.
Con sus estrechos lazos con Estados Unidos —alberga la mayor base militar estadounidense entre Europa y Japón—, su comunicación con Israel desde 1995 y su apoyo a la bloqueada Gaza que se calcula en más de 1.000 millones de dólares desde 2014, Qatar está en una posición única en las conversaciones de alto el fuego, en que también participan Estados Unidos y Egipto.
“Qatar es visto como el único actor en el mundo árabe que es leal a la causa palestina”, dijo Guzansky.
El emirato ha albergado una oficina política de Hamás desde 2012, lo que permite a Qatar ejercer cierta influencia sobre los responsables de la toma de decisiones del grupo armado. Altos funcionarios de Hamás, incluido el jefe del buró político del grupo, Khaled Mashaal, viven en Qatar.
Qatar afirma que la oficina política de Hamás en su capital, Doha, se presentó a solicitud de funcionarios estadounidenses que querían establecer una vía de comunicación, al igual que Doha había albergado oficinas del Talibán durante los 20 años de guerra de Estados Unidos en Afganistán.
Los funcionarios qataríes dicen que están guiados por el deseo de reducir el conflicto, aunque sus vínculos con una variedad de grupos islamistas, incluida la Hermandad Musulmana en Egipto y el Talibán, han generado críticas de Israel, algunos legisladores estadounidenses y gobiernos árabes vecinos.
“Esto es poder blando con esteroides, movilizado por el interés de Estados Unidos”, dijo Patrick Theros, exembajador de Estados Unidos en Qatar. “Alojar a organizaciones con las que Estados Unidos no puede ser visto hablando forma parte de esta política”.
El rico Estado árabe del Golfo Pérsico, con una población nativa de sólo 300.000 habitantes, ha aprovechado su ubicación estratégica y sus enormes riquezas de gas natural para ejercer influencia política y proyectar poder blando en todo el mundo, incluso como anfitrión del Mundial 2022.
En las negociaciones de rehenes entre Israel y Hamás, los mediadores qataríes, a los que se sumaron los de Egipto y Estados Unidos, se enfrentaban a la tarea de hacer que las partes en conflicto confiaran en las gestiones diplomáticas cuando los niveles de confianza eran prácticamente inexistentes.
Durante el fin de semana, Hamás se quejó de que Israel había violado los términos de la tregua y señaló que el pacto estaba en riesgo. Apenas 137 camiones con ayuda humanitaria ingresaron al territorio palestino el viernes, el primer día del cese del fuego, y sólo 187 el segundo día, según la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos. Israel había prometido permitir el ingreso de 200 vehículos diarios.
Los negociadores qataríes recurrieron a reuniones presenciales con funcionarios israelíes para tratar de rescatar el acuerdo, según el diplomático. Un encuentro de varias horas el sábado con mandos del Mossad en Tel Aviv resultó crucial. De repente, el acuerdo había renacido. Hamás entregó un segundo grupo de rehenes israelíes, familias en Cisjordania se regocijaron con el regreso de 39 mujeres y adolescentes liberados de prisión, y los palestinos en Gaza salieron de sus refugios en busca de combustible y familiares desaparecidos.
El domingo, la ministra de Estado para la Cooperación Internacional de Qatar, Lolwah Al-Khater, se convirtió en la primera funcionaria extranjera en visitar la asediada Franja de Gaza. Aprovechó la pausa en los combates para evaluar la controversia en cuanto al ingreso de ayuda humanitaria, reunirse con palestinos heridos y dialogar con Wael al-Dahdouh, jefe de la oficina en Gaza del medio noticioso Al Jazeera, quien perdió a su esposa, su hijo y un nieto a causa de un ataque aéreo israelí. La cadena, que recibe fondos qataríes, tiene más cámaras en Gaza que cualquier otro medio de comunicación y ha dominado la cobertura árabe de la guerra.
A pesar de sus diferencias, Israel y Hamás comparten el interés por prolongar la calma. Incluso a medida que se acumulan cuestiones más grandes sobre lo que sucederá al finalizar el conflicto, un funcionario qatarí, quien habló bajo condición de anonimato debido a la fragilidad de las negociaciones, asegura que su país sigue concentrado en lo que es posible de inmediato, como mantener la tregua y evitar una guerra regional que atraiga a los patrocinadores iraníes de Hamás o a los milicianos del Hezbollah de Líbano.
Una larga lista de funcionarios han pasado por Doha para discutir ese punto, incluido el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, el primer ministro provisional de Líbano y el director de la CIA.
“No hay un solo conflicto que haya comenzado y terminado en el campo de batalla”, dijo Majed al-Ansari, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar, en declaraciones a The Associated Press. “Ahora que se está liberando a rehenes y hay pausas en los combates, podríamos ser capaces de encontrar una solución”.
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