En estos tiempos ‘tan difíciles’, Monseñor Romero es una luz de esperanza para muchos salvadoreños
SAN SALVADOR — Pareciera que Joyce Valencia aún escucha las palabras de San Óscar Romero.
“Lo conocí de pequeñita”, dice la salvadoreña de 61 años. “Nos reuníamos con la abuelita para escuchar sus homilías en el radio y todavía ahora escucharlo nos anima mucho a seguir adelante”.
Desde hace varios años, Valencia se ha unido al peregrinaje anual que inicia en El Salvador cada 1 de agosto para honrar a Romero, quien fue nombrado santo por el papa Francisco en 2018.
De acuerdo con el comité que organiza el evento, hasta 3.000 peregrinos recorrerán los 160 kilómetros del trayecto en tres días. La ruta inicia en San Salvador, la capital, y termina en Ciudad Barrios, donde nació Romero en 1917.
Conocido por muchos como “San Romero de América”, el arzobispo de San Salvador fue muy amado entre la clase trabajadora y los desprotegidos por defenderlos de la represión militar. Sin embargo, fue igualmente odiado por los sectores conservadores que lo asociaban a las causas de izquierda mientras el país se hundía en una dolorosa guerra civil (1980-1992).
Romero fue asesinado mientras celebraba misa en la capilla de un hospital en marzo de 1980. El día previo a su asesinato, envió un fuerte mensaje a los militares durante su homilía dominical: “Les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cesen la represión!”
Cuando Julio Alberto Ramos escuchó por primera vez que un candidato a presidente, en aquel entonces Donald Trump, acusó a los inmigrantes mexicanos de ser criminales, le ofendió este ataque.
El primer santo salvadoreño continúa haciendo eco en el pequeño país centroamericano, donde las pandillas destruyeron miles de vidas durante décadas de asesinatos y extorsión.
Desde marzo de 2022, las fuerzas de seguridad del presidente Nayib Bukele han entablado una guerra frontal contra esos grupos criminales, arrestando a más de 81.000 personas que presuntamente estarían involucradas en esas estructuras, aunque organizaciones de derechos humanos han denunciado que gente inocente ha ido a prisión.
“Monseñor Romero es de gran importancia por el momento que estamos viviendo ahora bajo el régimen. Muchos derechos humanos se están violando y hay pocas instituciones que abogan por ello”, dijo Wilbert Sánchez, un estudiante universitario de 21 años cuya tía fue detenida bajo la estrategia de Bukele y fue liberada un año más tarde por falta de pruebas.
“Creo que si él estuviese sería muy diferente”, añadió. “Él sí haría un cambio como hizo en un pasado, porque intentó al menos interceder por los campesinos y demás personas que se veían afectadas por el gobierno”.
Sánchez se unió a decenas de peregrinos el jueves 1 de agosto, poco después de la misa de las 5am. Es el tercer peregrinaje que realiza desde que unos amigos lo invitaron en 2022.
“Se siente una conexión bastante especial en todos los trayectos”, dijo el salvadoreño. “Me incita lo que es la fe, conocer más de del único santo del país”.
El “Camino Monseñor Romero” fue organizado por primera vez por líderes católicos en 2017, año en que el arzobispo de San Salvador habría cumplido 100 años.
La ruta, dijo el Cardenal Gregorio Rosa Chávez, quien fue discípulo y amigo de Romero, busca unir la “tumba” y la “cuna” del profeta, es decir, San Salvador con Ciudad Barrios.
El Día del Salvadoreño se celebró por primera vez en 1999 en Los Ángeles, en 2006 se extendió a todo Estados Unidos
“Fue el hombre más amado y más odiado de su tiempo”, dijo el Cardenal. “Fue excepcional verlo en sus luchas, en sus angustias, en sus dudas y en sus tribulaciones hasta dar la vida en el altar”.
De acuerdo con el Cardenal Gregorio Rosa Chávez, los salvadoreños se unen al peregrinaje por tres motivos principales: para estar en paz con Romero tras darse cuenta de que las críticas contra él en los años 80 no eran más que calumnias; para agradecer sus milagros y favores, o para disfrutar de la experiencia espiritual del viaje.
Cada peregrinaje tiene un tema y el de este año es la conmemoración de los 500 años del “encuentro con Cristo” que se dio en la primera misa que tuvo lugar en El Salvador, según dijo el padre Santos Belisario en una conferencia de prensa reciente. Esta fecha es un llamado a recordar a los primeros sacerdotes y obispos que llegaron al territorio, muchos de los cuales pelearon valientemente para defender la dignidad y los derechos de los indígenas.
Durante el viaje a Ciudad Barrios los peregrinos no sólo rezan. También participan en bailes y actividades culturales en los pueblos en los que la gente los recibe y ofrece cobijo y comida. Tanto los líderes de la Conferencia Episcopal como otros religiosos del país se unen a la celebración.
Abraham Hernández, de 87 años, ha completado siete peregrinajes al hilo. “Espero que en éste no me vaya a fallar mi edad o mi cuerpo”.
Hernández no conoció a Romero en persona pero, consciente de su influencia en la política, se siente agradecido con él. “Hasta entregó su vida por nosotros, para que tuviéramos un mejor gobierno”.
Joyce Valencia comparte su gratitud. “Estoy muy agradecida con Dios por nuestro santo”, dijo la mujer. “Por nuestro pastor y amigo”.
Cuenta que le ha pedido muchos favores a Romero y que él le ha concedido todos, entre ellos, sanar a una niña que debía ser operada del corazón, pero se recuperó.
“Es una alegría inmensa ir este día a la peregrinación rogando por el país”, dijo. “En la situación tan difícil que vivimos, él es como una luz de esperanza”.
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