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Los ataques agitan el espectro de la violencia criminal en una zona turística mexicana

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El ataque de hoy a la Fiscalía del estado mexicano de Quintana Roo, que dejó cuatro muertos y que sigue al tiroteo del lunes en una discoteca en Playa del Carmen que acabó con la vida de cinco personas, agita el espectro de la violencia ligada al crimen organizado en esta zona turística del Caribe mexicano.

El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, declaró en un mensaje televisado que “el ataque armado que grupos criminales hicieran hoy a las oficinas de la Fiscalía General del Estado en Cancún se enmarca en el contexto del combate a la impunidad”.

“En estos acontecimientos perdió la vida Humberto Mora Ochoa, policía ministerial con 25 años de servicio en la Fiscalía”, dijo el gobernador, y añadió: “De igual forma, tres delincuentes fallecieron y se logró la detención de cinco más”.

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Indicó que ha hablado con el secretario mexicano de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, con quien acordó “el apoyo del Gobierno de la República mediante el envío de fuerzas federales, mismas que ya se encuentran en camino y cuyo objetivo será reforzar el mantenimiento del orden y la seguridad de los ciudadanos”.

El recuento proporcionado por Joaquín González discrepa del presentado previamente por Remberto Estrada, alcalde del municipio de Benito Juárez, donde se encuentra Cancún.

Estrada dijo en una entrevista radiofónica que dos policías ministeriales y un agresor habían muerto en el ataque a instalaciones oficiales en el balneario de Cancún, y que tres personas más resultaron heridas.

Señaló que el “grupo armado de sicarios” que realizó el ataque estaba formado por unas 10 personas, que llegaron en motos, en autos y a pie.

El funcionario no quiso confirmar los reportes de que el ataque fue perpetrado por el cártel de los Zetas. Sin embargo, reconoció que “podría ser un hecho que tenga relación con la balacera de (el lunes en) Playa del Carmen, hechos que se presumen de delincuencia organizada”.

Fuentes policiales informaron a Efe de un ataque a tiros contra varias sedes oficiales que se encuentran contiguas, entre ellas la sede de la Fiscalía estatal para la zona norte y el Centro de Control, Comando, Cómputo y Comunicaciones (C4) de Cancún.

Cancún es uno de los principales destinos de sol y playa de México y la puerta entrada de la paradisíaca Riviera Maya, en el Caribe mexicano.

El ataque, perpetrado alrededor de las 16.00 hora local (21.00 GMT), se produce solo un día después de que un hombre abriera fuego en la discoteca Blue Parrot en la localidad de Playa del Carmen, en la Riviera Maya, generando un tiroteo que causó la muerte de cinco personas y lesiones a otras 15.

En el ataque del lunes murieron un canadiense que se desempeñaba como supervisor de seguridad del festival de música electrónica BPM, un italiano, dos mexicanos del estado de Veracruz y una mujer estadounidense.

Según el gobernador Joaquín González, las primeras investigaciones apuntan a que el tiroteo del lunes comenzó por un conflicto entre dos personas, aunque varios testigos aluden a una disputa por la venta de drogas en esta turística localidad.

La madrugada de este martes apareció colgado en la vía publica un mensaje amenazador en que el cártel de los Zetas se atribuía la autoría del ataque en Playa del Carmen.

El estado del sureste de México ha estado en gran medida libre de la violencia ligada a los cárteles de la droga que asuela otras regiones del país, incluyendo el puerto de Acapulco, otro importante centro turístico y una de las ciudades con mayores tasas de homicidios en México.

No obstante, Cancún es considerado un trampolín para las drogas procedentes de Sudamérica hacia el resto de México y Estados Unidos.

Las autoridades reconocen que los Zetas han controlado desde hace años el narcotráfico en el estado, y particularmente en Cancún, donde un incendio en un bar, atribuido a ese grupo criminal, dejó ocho muertos en 2010.

Pero la presencia del narcotráfico en el estado precede a los Zetas, y el hoy exgobernador Mario Villanueva Madrid (1993-1997) fue acusado de facilitar el tráfico de cocaína por Cancún hacia EE.UU. para el cártel de Juárez que encabezó Amado Carrillo, “el Señor de los cielos”, hasta su muerte en 1997.

La Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) confirmó el lunes que Villanueva será repatriado por Estados Unidos este 18 de enero, para que cumpla una condena de 22 años de prisión en México.

Villanueva, de 68 años, fue entregado en extradición el 8 de mayo de 2010 y, al haberse declarado culpable de lavado de dinero, una corte federal lo sentenció a 131 meses de prisión, acreditándosele el tiempo que ya había estado detenido en México antes de ser extraditado.

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