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Mecedora musical creada por mexicanos adorna entrada al Museo de Denver

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“Musidora”, una obra de arte interactivo que produce notas musicales y ha sido creada por los diseñadores mexicanos Héctor Esrawe y Ignacio Cadena, fue instalada hoy en la plaza de la entrada al Museo de Arte de Denver (DAM), con el fin de “acortar la distancia entre la cultura y la comunidad”.

“Musidora” (el nombre combina las palabras “música” y “mecedora”) mezcla arte contemporáneo y tradicional y es capaz de acomodar a 20 personas que interactúan para producir las notas.

“Dos personas piensan más que una. Cada creación es un acto de completar uno las ideas del otro, pero también de cambiar los paradigmas y de integrar al público”, declaró Esrawe a Efe al hablar de su colaboración con Cadena.

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Los diseñadores mexicanos fueron invitados por el DAM luego de que directivos de ese museo viesen algunas de sus obras en Atlanta, Georgia.

La invitación fue específicamente para instalar una obra en la Plaza Martín, frente a la entrada principal al Edificio Hamilton del Museo de Arte, para mostrar allí elementos de las tradiciones latinoamericanas.

La obra consiste en una serie de mecedoras agrupadas de a dos y con los respaldos enfrentados, de modo que las personas que se sienten deben obligatoriamente verse los rostros.

Y para que el movimiento genere música, se necesita la colaboración de los participantes.

“Esto no es sólo para niños, sino para todos. No tiene edad. Es algo maravilloso que le pertenece a nuestra comunidad”, puntualizó Cadena.

Los diseñadores explicaron que la tecnología y el proceso de construcción de la Musidora resultaron relativamente simples. Desde ese punto de vista, ambos sabían que su obra respondería a las expectativas del DAM y se ajustaría al lugar. Pero quedaba por ver cuál sería la reacción del público ante la obra.

“Entre ayer y hoy fuimos descubriendo que hay valor en la pieza”, comentó Cadena, quien subrayó que, a pesar del poco tiempo transcurrido desde su instalación “la gente ya la hizo propia.”

De hecho, para preservar la espontaneidad del uso de la Musidora, no hubo ceremonia formal para celebrar su instalación o para indicar su apertura al público.

El propósito de instalar este tipo de obras en un espacio público (en este caso, el espacio que separa al Museo de Arte del edificio del garaje de estacionamiento y de tiendas y restaurantes locales) es “vincular el espacio público con la institución”, dijo Esrawe.

Específicamente, “lograr que una institución que para algunos es intimidante y que se ve como algo distante, ahora se vea como algo que nos incluye”.

Por su parte, Cadena aseveró que “la intención de la Musidora y de otras obras similares es acortar la distancia entre el arte, la cultura y la comunidad”.

Y esa distancia se acorta, dijo, “por medio de un diálogo continuo de traducción de las tradiciones a un nuevo lenguaje”.

Por ejemplo, en el caso de la Musidora, Esrawe y Cadena se inspiraron en las antiguas técnicas de los tejedores mexicanos y en los colores típicos de las mecedoras mexicanas, así como en la idea de la importancia de conversar con otros.

“El valor de expresión de nuestras tradicionales raíces está profundamente incluido en la obra”, subrayó Esrawe.

Una vez que la exhibición de la Musidora termine el 29 de octubre próximo, el futuro de la obra es incierto. La obra le pertenece al DAM, pero Esrawe y Cadena confían que el Museo accederá a que, si existiese interés de otros museos o instituciones, la Musidora se convierta en una pieza itinerante.

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