No habrá cargos contra policías que balearon a dos repartidoras de periódico
Ocho oficiales de la policía de Los Ángeles que en 2013 abrieron fuego por error contra dos mujeres que repartían periódicos de Los Angeles Times al confundirlas con el expolicía corrupto Christopher Dorner no recibirán cargos penales, anunció ayer la oficina del fiscal de distrito del condado de Los Ángeles.
Los agentes abrieron fuego en la madrugada del 7 de febrero de 2013, mientras Margie Carranza y su madre, Emma Hernández, conducían lentamente su camioneta de reparto de periódicos por un vecindario de Torrance.
Los oficiales de esa zona estaban en vilo debido a la monumental búsqueda de Dorner, el exoficial de LAPD que por entonces buscaba venganza contra los policías a quienes culpaba por su despido. Dorner finalmente mató a cuatro personas e hirió a otras tres, antes de morir de un disparo infligido a sí mismo, durante un tiroteo con la policía cerca de Big Bear.
En Torrance, los agentes de LAPD se encontraban en la zona para proteger a un capitán que, según se creía, era uno de los objetivos de Dorner. Los oficiales creyeron que la camioneta de las mujeres coincidía con la descripción del vehículo de Dorner.
Hernández recibió dos disparos. Carranza sufrió cortes en una mano, probablemente por los cristales rotos. Ambas mujeres sobrevivieron y recibieron $4.2 millones en un acuerdo legal realizado con la ciudad.
En una entrevista con los investigadores, Carranza definió el incidente como una “atrocidad gigante” y un “acto salvaje”, según una nota del fiscal de distrito a LAPD publicada ayer.
Las amenazas de Dorner hacia centros de policía “crearon un ambiente que fue significativamente diferente que en otros tiroteos”, dice el documento. Los oficiales, detalla la nota, vieron un vehículo parecido al que se suponía que conducía Dorner, transitando muy lentamente por calles residenciales, con sus luces de emergencia y sus faros encendidos. Un oficial declaró que confundió el sonido de los periódicos al golpear el suelo con el de un disparo, detalla el documento.
“El temor hacia Dorner era comprensible y justificado”, precisa la nota. “No hay evidencia que sugiera que los oficiales no hayan creído, honestamente, que quien estaba en ese vehículo era Dorner. Tampoco hay evidencia para sugerir que los oficiales no pensaron con honestidad que abrirían fuego contra ellos”.
El documento señala que, cuando el vehículo de las mujeres se detuvo, “el aluvión de disparos fue tremendo, y preocupante”.
El jefe de policía Charlie Beck, y la comisión civil que supervisa el Departamento de Policía de Los Ángeles, advirtieron previamente que los oficiales violaron la política de LAPD acerca del uso de la fuerza letal.
Beck criticó a los oficiales por concluir precipitadamente que Dorner estaba en la camioneta, y afirmó que los agentes agravaron su error al disparar en sentido recíproco, con una lluvia de balas desenfrenada.
Un abogado que representa a los policías afirmó ayer que la oficina del fiscal de distrito tomó una “sabia decisión” al no presentar cargos penales contra ellos.
El abogado Gary Fullerton atribuyó el tiroteo a una “gran cadena de errores” derivados por la forma en que la cúpula de LAPD manejó la búsqueda, y afirmó que los oficiales en el tiroteo de Torrance no contaban con el debido equipo, entrenamiento ni información para manejar la tarea encomendada. El documento de la oficina del fiscal de distrito señala que los agentes sólo estaban armados con fusiles y pistolas, pese a que Dorner llevaba armas de alta potencia.
Los oficiales, remarcó Fullerton, creían que la casa que estaban custodiando era el blanco principal de Dorner. Entonces, afirmó, vieron acercarse un vehículo que creyeron similar al de Dorner y escucharon un ruido que semejaba un disparo.
“Ellos realmente pensaron que estaban luchando contra Chris Dorner en ese momento”, afirmó Fullerton. “Cuando descubrieron lo que había ocurrido, se sintieron muy mal... Pero en el momento en que lo hicieron, pensaban que era absolutamente lo que debían hacer”.
Fullerton reconoció que los agentes emplearon tácticas erróneas antes de realizar los disparos, pero enfatizó que se debió a que los jefes del Departamento no los habían preparado adecuadamente para esa situación de alta presión.
“El Departamento envió allí a oficiales mal preparados”, aseguró Fullerton. “Esta cuestión de Dorner fue probablemente una situación atípica, pero podría volver a ocurrir. No creo que el Departamento haya aceptado su parte de responsabilidad en por qué sucedió algo así, ni sepa qué hará al respecto si ocurre en el futuro”.
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