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Pastillas anticonceptivas podrán venderse sin prescripción médica en California

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Bajo una ley que, se espera, entre en vigor en abril próximo, las mujeres en California podrán pasar por la farmacia de su vecindario y comprar pastillas anticonceptivas sin prescripción médica.

Los autores de la nueva norma sostienen que facilitar el acceso de las mujeres al control de la natalidad reducirá los embarazos no deseados, que constituyen casi la mitad de todos los embarazos a nivel nacional.

La nueva iniciativa es parte de un esfuerzo mayor para simplificar el sistema de salud de los Estados Unidos, afirman sus defensores, en tiempos en que más personas cubiertas por Obamacare buscan formas rápidas y convenientes de obtener atención médica.

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Un proyecto similar en el estado de Washington, donde las leyes generales han permitido a las mujeres obtener anticonceptivos directamente de la farmacia por más de 30 años, ha logrado exactamente eso, aseguró Don Downing, profesor de la Escuela de Farmacia de la Universidad de Washington.

“Esa es su ventaja. Se trata de un nuevo portal en materia de prestación de asistencia sanitaria, sin tener que conocer todo el sistema de salud”, afirmó. “Sólo hay que pasar por la farmacia”.

California se convertirá en el tercer estado en permitir la venta de anticonceptivos en farmacias y sin prescripción, una vez que la ley –aprobada en 2013- sea reglamentada. Una legislación similar en Oregón fue aprobada el año pasado y promulgada en enero.

Legisladores de Hawái han presentado una medida similar el mes pasado, y partidarios en Nuevo México y Alaska han expresado su interés en hacer lo mismo.

Actualmente, en California una mujer debe obtener una prescripción de su médico para comprar anticonceptivos, así se trate de un dispositivo intrauterino o de una píldora diaria. Pese a que la mayoría de los seguros de salud incluyen métodos de control de la natalidad para sus pacientes de forma gratuita, muchos expertos en salud dicen que el proceso –que requiere de cierto tiempo y esfuerzo para hacer una cita y ver a un médico- a menudo limita el acceso a estos.

“Cuanto más sencillo sea para alguien acceder a una medicación, más probabilidades habrá de la utilice”, aseguró Sarah McBane, presidente de la California Pharmacists Association y profesora en UC San Diego.

En virtud de la nueva ley de California, los farmacéuticos podrán entregar lo que se conoce como ‘anticoncepción hormonal autoadministrable’, lo cual incluye parches, píldoras y anillos vaginales.

Failop Chu, de 37 años de edad y residente de Saratoga, afirmó que hace tiempo esperaba poder pasar por su farmacia cercana para recoger sus anticonceptivos. Normalmente, la única razón por la que visita a su ginecólogo cada año es para conseguir su prescripción, aseguró. “Este cambio sería muy conveniente”, dijo Chu.

Muchos argumentan que las mujeres no deberían estar obligadas a obtener prescripciones para adquirir métodos de anticoncepción, cuando los hombres pueden tan fácilmente comprarlos en las farmacias o en tiendas de comestibles.

Pero algunos temen que, el hecho de no requerir que las pacientes visiten a su médico para obtener sus anticonceptivos, implique que éstas no se realizarán los exámenes ginecológicos preventivos, entre ellos pruebas de enfermedades de transmisión sexual, detección de cáncer de mama y la prueba Papanicolaou, para el cáncer de cuello uterino.

Un reciente estudio descubrió que las mujeres de Texas que compraban sus anticonceptivos sin prescripción alguna en la frontera con México eran menos propensas a realizarse estos exámenes que aquellas que obtenían su método de control de la natalidad en las clínicas de planificación familiar de los Estados Unidos.

“Para muchas mujeres, histórica y tradicionalmente, los servicios de planificación familiar son la puerta de entrada para una asistencia sanitaria más amplia”, explicó Amy Moy, del Consejo de Salud Familiar de California, que apoya la ley. “Si bien este es un gran paso adelante, tampoco es la solución perfecta para todo”.

Otros defensores de la ampliación del acceso a la anticoncepción sostienen que las mujeres son lo suficientemente inteligentes como para saber cuándo deben visitar a su médico. Además, antes de entregar el método de control de la natalidad, los farmacéuticos deberán administrar un cuestionario que abarca cuestiones médicas que podrían generar alarma. A estos profesionales se les exige recomendar a las pacientes que visiten a un médico si consideran que necesitan más orientación o atención sanitaria.

“No hay un vínculo médico entre esos estudios preventivos de salud y obtener un método de anticoncepción”, afirmó la profesora de farmacia clínica de USC Kathleen Besinque. “Es un poco paternalista tener [a las mujeres] rehenes del control de la natalidad”.

Virginia Herold, delegada de la Junta de Farmacias de California, expresó que esperaba que la ley sea reglamentada el 1° de abril próximo. Las farmacias del estado no serán obligadas a prestar este servicio. Un vocero de CVS manifestó que la cadena de farmacias espera que se revisen las reglas finales antes de decidir si participarán.

La portavoz de Ralphs, Kendra Doyle, estimó que la cadena de supermercados también está examinando las regulaciones y entrenando a sus farmacéuticos. Actualmente, los estudiantes de farmacia reciben la formación necesaria para dispensar este tipo de medicamentos; otros requerirán unas horas de entrenamiento adicional.

“Ciertamente estaremos listos para servir a las pacientes cuando los detalles estén resueltos”, afirmó Doyle, quien agregó que casi la mitad de las 203 tiendas Ralphs del Sur de California cuentan con farmacias.

Bajo esta ley, no hay edad mínima para obtener anticonceptivos en una farmacia. Sus autores afirman que ello se debe a que no tampoco hay una edad mínima necesaria para obtenerlos por parte de un médico.

La ley de Oregón incluyó una disposición de edad, que ordena que una paciente menor de 18 años deberá primero obtener una prescripción de su médico, que luego podrá suministrar un farmacéutico.

Camille Giglio, responsable del grupo contra el aborto Right to Life, piensa que la ley de California debería haber incluido algunas de esas garantías, y expresó que es “una forma irresponsable de hacer frente a un tema muy, muy importante”.

Para Giglio es beneficioso que un paciente tenga una conversación con su médico acerca de sus parejas sexuales. “Ese médico podría tener cierta preocupación, o algo de conexión; podría tener más comprensión de lo que está ocurriendo”, dijo. “Ése no es el propósito de un farmacéutico”.

El American Congress of Obstetricians and Gynecologists también se ha pronunciado en contra de la ley. El grupo apoya la legislación federal que convertiría los anticonceptivos en medicamentos auténticamente de venta libre, en lugar de requerir que los pacientes obtengan el permiso de un farmacéutico o un médico. La entidad cree que iniciativas como las de California podrían restar valor a sus esfuerzos.

El Dr. Mark S. DeFrancesco, presidente del grupo de obstetras, aseguró que la ley de California a punto de ser reglamentada podría disuadir a las mujeres de obtener anticoncepción, ya que los farmacéuticos podrían cobrar un costo adicional para venderlos. Otros, en cambio, creen que muchas farmacias no cobrarán un extra a los pacientes. “Creemos que esta ley no llega lo suficientemente lejos”, afirmó DeFrancesco.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

soumya.karlamangla@latimes.com

Twitter: @skarlamangla

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