El papa Francisco rezará frente a una cruz y unos zapatos de un ‘migrante’ junto a la frontera de EE.UU.
MÉXICO/EFE — Frente al Río Bravo que divide a México y Estados Unidos en Ciudad Juárez, el papa rezará este miércoles a los pies de una cruz acompañado de unos viejos zapatos y sandalias que simbolizan el drama de la migración, en uno de los puntos culminantes de su última jornada en tierra mexicana.
Pese a la creciente seguridad en torno a los lugares por los que se moverá el pontífice, Efe pudo acceder al punto en el que el santo padre llevará a cabo esa oración antes de celebrar una esperada misa en el recinto ferial de Ciudad Juárez, la última actividad del día y del viaje.
“Habrá un reclinatorio, se hincará, orará por aquellos migrantes que han muerto, por aquellos que están en Estados Unidos o están en la cárcel o están sufriendo las redadas, por todo lo que sufren los centroamericanos en México”, afirmó a un grupo de medios en el lugar el padre Javier Calvillo, uno de los organizadores, justo después de clavar las cruces al suelo.
Según el sacerdote, director de la Casa del Migrante de Ciudad Juárez, el pontífice “hará un momento del reflexión, se parará, dejará una ofrenda” y todo el tiempo permanecerá “rodeado de muchos zapatos, huaraches (sandalias) que los migrantes dejan aquí, bajará y se irá a celebrar la santa misa”.
“Los vamos a poner alrededor de él, para que cuando el padre vaya subiendo, los vea”, explicó.
En la Casa del Migrante, Calvillo ha ofrecido a sus inquilinos temporales, entre ellos deportados de Estados Unidos u otros que buscan probar fortuna en el vecino del norte, participar en la misa papal posterior.
“Lo más bello es que los migrantes dicen: sabemos que el papa nos lleva en su corazón, es el que nos defiende, es el que siempre habla de nosotros, el que ha luchado por sacarnos de la oscuridad, está luchando mucho por su dignidad”, recalcó el religioso.
A la ceremonia asistirán 2.200 migrantes, entre ellos 100 de la Casa del Migrante, y representantes de otros grupos vulnerables, como familiares de desaparecidos o de víctimas de feminicidios, los asesinatos de mujeres que hicieron mundialmente famosa a Ciudad Juárez las dos últimas décadas.
La jornada de Francisco en la localidad norteña, desde donde partirá a Roma por la tarde tras la despedida oficial que le dispensará el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, comenzará con una visita al Centro de Readaptación Social Estatal 3 (Cereso), una cárcel mixta en la que celebrará una eucaristía.
En la prisión le esperan 600 reclusos hombres, 100 mujeres, 250 familiares de internos, 50 miembros de la pastoral penitenciaria y 50 más de la fiscalía responsable de las penitenciarías de Chihuahua.
Allí recibirá un báculo de cedro fabricado por presos de la carpintería de la prisión número 2 de Chihuahua, una cárcel situada en otra zona del estado del mismo nombre, al que pertenece Ciudad Juárez, y escuchará el testimonio de una interna.
Después de la prisión, Jorge Mario Bergoglio se dirigirá al Colegio de Bachilleres de Ciudad Juárez para un encuentro con 3.650 personas, en su mayoría empleados de las maquiladoras (empresas manufactureras), una industria que ofrece trabajo a unos 270.000 personas en esa población.
Un matrimonio de trabajadores dará un mensaje al papa, que después oficiará la misa en la Feria de Ciudad Juárez ante un auditorio de unas 220.000 personas.
El pontífice, que el viernes aterrizó en Ciudad de México, estuvo el sábado en la capital, el domingo en el municipio vecino de Ecatepec, el lunes en el estado sureño de Chiapas y este martes en el occidental de Morelia.