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El uso frecuente de marihuana puede convertirte en un perdedor, dicen los investigadores

Un reporte sobre el uso de marihuana encontró que el 52 % de usuarios frecuentes de clase media "experimentaron movilidad descendente" comparado con sólo el 14% de quienes no la utilizan.

Un reporte sobre el uso de marihuana encontró que el 52 % de usuarios frecuentes de clase media “experimentaron movilidad descendente” comparado con sólo el 14% de quienes no la utilizan.

(Kevin Frayer / Associated Press)
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Hay un nuevo informe sobre el uso prolongado de la marihuana, y tiene malas noticias para los fumadores habituales.

En resumen: entre más hierba se fuma, más posibilidades hay de ser un perdedor.

Y no se trata de que los perdedores fumen hierba. Es que fumar mucha hierba durante varios años convierte a alguien en un perdedor. No se trata de qué fue primero, si el huevo o la gallina.

La investigación de UC Davis, publicada la semana pasada, es especialmente relevante ahora, pues se están recolectando firmas de votantes para poner en las boletas una medida sobre la legalización de la marihuana en la votación de noviembre.

El uso social de la marihuana -odio el engañoso adjetivo “recreacional”- ya es legal en cuatro estados: Alaska, Colorado, Oregon y Washington.

El uso médico está permitido en otros 19 estados, incluyendo California. En este estado, el sistema bien intencionado ha sido utilizado frecuentemente por impostores que simulan un dolor para poder fumar la hierba, pero el gobernador Jerry Brown y la Legislatura recientemente promulgaron algunas reformas para evitar que eso siga ocurriendo.

El informe sobre el uso constante -producto de la investigación en varias universidades - no tomó ninguna postura sobre la propuesta de votación para legalizar el uso recreativo de la marihuana.

“Nuestra investigación no apoya argumentos en favor o en contra de la legalización del cannabis”, dijo en un boletín de prensa de UC Davis Magdalena Cerda, quien dirigió el estudio. Ella es una profesora asociada de medicina de emergencia, que encabeza un programa de prevención de violencia.

“Pero”, añadió, “esto muestra que el cannabis no es seguro para usarse a largo plazo. Nuestro estudio encontró que usuarios regulares de cannabis experimentaron una menor movilidad social y más problemas financieros -como problemas de deudas- que los que no” la fumaron constantemente.

“Usuarios regulares a largo plazo”, prosiguió Cerda, “también tenían comportamientos más antisociales en el trabajo, como robar dinero o mentir para conseguir un empleo, y experimentaron más problemas en sus relaciones, como violencia con sus compañeros íntimos y abuso”.

“Pueden haber otras razones para legalizarla”, me dijo ella en una entrevista. “Piense en condenas criminales y falta de regulación”.

A ver, acerca del mito sobre las condenas criminales: la marihuana básicamente fue despenalizada en California hace 40 años, cuando Brown fue gobernador por primera vez.

Esto fue cuando la posesión de una onza de marihuana -la misma cantidad que sería legalizada en la iniciativa- fue hecha un delito menor. Hace seis años redujeron la pena aún más, a solo una infracción, equivalente a una multa de tránsito.

La última vez que revisé, sólo tres décimos del 1% de la población total de las prisiones del estado fue encarcelado por cualquier tipo de violación relacionada con la marihuana.

Pero no hay ninguna duda de que la hierba en la calle no está regulada. La iniciativa la regularía y le cobraría impuestos, colectando dinero para prevenir y tratar la adicción. También trataría de restringir las ventas no médicas a personas de 21 años o menores, como con el alcohol. Pero, desde luego, eso nunca ha evitado que los jóvenes se emborrachen.

“El alcohol todavía es un problema más grande que el cannabis porque el uso de alcohol es más frecuente que el uso de cannabis”, dijo Cerda en el informe. “Pero conforme la legalización del cannabis se incrementa… la carga económica y social planteada por el uso regular podría aumentar también”.

“Hay una percepción común de que la marihuana es más segura que el alcohol”, añadó Cerda en una entrevista. “Pero este estudio muestra que el cannabis es tan malo como el alcohol. Y en términos de problemas financieros, es peor”.

¿Por qué? “No sabemos. Es algo que queremos determinar”.

El estudio no examinó los peligros para la salud de la hierba -sólo las consecuencias económicas y sociales-.

Aunque UC Davis condujo el proyecto, otras universidades también participaron. Estas fueron Duke, Arizona State, Kings College London y la Universidad de Otago en Nueva Zelanda.

Fue un grupo de aproximadamente 1,000 neozelandeses los que fueron estudiados por más de cuatro décadas -sus familias recordaron cuando ellos eran niños y supervisaron sus hábitos con el cannabis entre los 21 y 38 años.

¿Qué tan relevantes son los neozelandeses para los americanos? “Las conclusiones fueron consistentes con estudios similares en Europa, Australia y Estados Unidos”, dijo Cerda.

Sí. Después de todo, somos la misma especie.

“Seguimos desglosando la información de muchas formas”, agregó, “y seguimos viendo los mismos resultados una y otra vez”.

Un dato relevante del informe: “en promedio, usuarios frecuentes de cannabis con orígenes de clase media lograron un estado socioeconómico inferior como adultos del que tuvieron us padres”.

En resumen: el dedo apunta a la hierba.

El informe está lleno de estadísticas. Aquí un par de ellas: el 52% de usuarios frecuentes de marihuana de clase media “experimentaron movilidad descendente” comparado con sólo el 14% de quienes no la utilizan. A la inversa: el 33 % de quienes no la utilizan subieron la escalera socioeconómica, contra solamente el 7 % de usuarios habituales.

¿Qué es frecuente? Al menos cuatro veces por semana.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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