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El árbitro, el niño y el espontáneo que bajó de las gradas a meter un gol

Carlos Discua del Club Motagua disputa el balón con Bayron Méndez de Club Olimpia en un juego por el Campeonato de Clausura de Honduras celebrado en el Estadio Nacional de Tegucigalpa.

Carlos Discua del Club Motagua disputa el balón con Bayron Méndez de Club Olimpia en un juego por el Campeonato de Clausura de Honduras celebrado en el Estadio Nacional de Tegucigalpa.

(Gustavo Amador / EFE)
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El árbitro Óscar Moncada ha pasado a la historia del futbol hondureño porque en el clásico entre Olimpia y Motagua que dirigió el domingo se anotaron dos goles al mismo tiempo.

El verdadero gol lo convirtió Roger Rojas del Olimpia, con el que empató 2-2 el partido cuando se jugaban tres minutos y medio del tiempo extra que el árbitro había añadido.

El segundo gol lo anotó un fanático que entró por la banda derecha, en el campo que defendía el Motagua, aprovechando que lo mejor del juego estaba en la izquierda, por donde el Olimpia atacaba desesperado por empatar luego de que el Motagua había convertido su segundo gol al minuto 89, que lo ponía de nuevo a ganar.

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El hombre, que entró sin camisa y luciendo gafas negras, corrió un cuarto de cancha con una pelota similar a la que estaba en juego y justo en el momento que Rojas anotó el gol del empate con un potente disparo de pierna izquierda frontal al marco del Motagua, por la derecha y con la derecha hacía lo mismo y lo celebraba.

Los dos balones entraron simultáneamente en la portería del Motagua, cuyos jugadores corrieron a reclamarle al árbitro, mientras en el sector de los aficionados del Olimpia festejaban el empate y el gol del intruso.

Desde que el seguidor del Olimpia saltó la cerca frente a las gradas de sol donde estaba concentrada la afición de su equipo, hasta que salió de la cancha y volvió a las gradas saltando de nuevo la cerca, esta vez por el extremo sur, transcurrió un minuto.

Tras anotar su “gol”, el fanático olimpista corrió jubiloso por toda la cancha, por dentro, en paralelo a la línea lateral, entre la hilaridad de muchos y la indignación de los jugadores, aficionados y directivos del club Motagua, que apelaría ante la Comisión de Arbitraje exigiendo el triunfo.

Pero el seguidor del Olimpia no fue el único “cuerpo extraño” que entró a la cancha mientras se disputaba el clásico de los dos equipos de la capital hondureña, antes lo había hecho un niño de unos dos o tres años en sentido opuesto a las gradas de sol, a la altura del medio campo.

Entonces, el árbitro Moncada paró el partido mientras un jugador del Motagua sacaba al niño en brazos, en otro ambiente de hilaridad entre los aficionados del sector de silla y palcos.

Moncada, al momento que el seguidor del Olimpia entraba en carrera al área, estaba frente a él, pero al parecer, como vio que no interfería en la jugada, no suspendió el partido sino que hizo su propia lectura de reglamento y dejó que Rojas anotara.

Para Amílcar Burgos, miembro de la Comisión Nacional de Arbitraje, Óscar Moncada y sus asistentes “actuaron bien”, porque el colegiado central hizo su propia lectura e interpretación y aplicó el reglamento sobre el “cuerpo extraño”.

Moncada, según señaló Burgos, pudo suspender el partido, pero no lo hizo porque consideró que el seguidor del Olimpia no interfería en el juego, aunque estaba tirando a puerta al mismo tiempo que Roger Rojas.

El entrenador del Motagua, el argentino-hondureño Diego Vásquez, considera que el gol del Olimpia debió ser anulado porque hubo “un fallo de regla” y que “tendrá que haber una apelación”.

El gerente del Motagua, Marvin Fonseca, dijo que apelarán ante la Comisión de Arbitraje y que presentarán como prueba el vídeo en el que se muestra desde que el fanático del Olimpia salta una cerca, se mete a la cancha, simula burlar la defensa, entra al área y “bate” al portero, Jonathan Rougier.

El portero del Motagua ironizó diciendo que solo faltaba que el árbitro Óscar Mondada indicara que el partido finalizó 3-2 a favor del Olimpia y que era la primera vez que miraba algo tan insólito como lo ocurrido el domingo en el Estadio Nacional de Tegucigalpa.

Los “memes” no se hicieron esperar con bromas a favor y en contra de los árbitros, lo mismo que de los dos equipos capitalinos, que son los de mayor afición y los que más títulos han ganado: el Olimpia con 30 y el Motagua, último campeón, con catorce, desde que se fundó la Liga Profesional de Futbol, en 1965.

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