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Arquitectura invernal

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Esta residencia de exterior escultural es un buen ejemplo de cómo una firma arquitectónica puede a veces tratar de justificar un diseño afirmando que se fusiona con el paisaje, como el que ofrece el valle de Whistler, en Canadá.

Fue precisamente para esta última estación que Hadaway House fue diseñada, pues factores como el peso de la nieve en el techo, cuya caída puede alcanzar los 5 metros al año, se tomaron en cuenta al momento de realizar el proyecto arquitectónico.

“La forma de la casa fue definida por la intersección de dos consideraciones principales. La primera fue la altura y área de construcción permitida, la segunda, la necesidad de liberar el techo de la nieve y que ésta cayera en espacios adecuados”, comentó el arquitecto John Patkau, líder de Patkau Architects.

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“La caída de nieve de los techos puede ser muy peligrosa y debe ser cuidadosamente planeada si existe la posibilidad de que haya gente debajo”.

Otra manera en que la residencia es una celebración de la temporada invernal es la presencia de una extensa área de servicios en la planta baja, a la cual se puede acceder directo del garage.

“Este espacio es especial para la vida en el mundo nevado, pues permite que la ropa mojada llegue directo a lavarse y secarse, además de contar con espacios para almacenar toda la parafernalia de quienes esquían”, agregó Patkau.

Sin embargo, tal vez la mayor manera de honrar el paisaje circundante es la abertura de la casa, cuyos ventanales de formas irregulares fueron diseñados especialmente para enmarcar las vistas del valle.

Materialidad y volumen

La complicada topografía del terreno en conjunto con las limitaciones en cuanto a altura y área que se podían utilizar resultó en un volumen de bordes definidos, con múltiples planos que se inclinan e intersectan.

De manera similar al exterior, los ambientes interiores están definidos por diagonales atípicas, que resultan en muros y techos facetados, así como en puertas que se alejan de la tradicional forma rectangular.

“Trabajamos el diseño enteramente en tercera dimensión. Primero usamos pequeñas maquetas para después recurrir a detalladas maquetas digitales”, comentó el arquitecto.

“Creemos que cada forma debe responder a su terreno específico. Sin embargo, una forma escultural como ésta se puede realizar en cualquier lugar, aunque no sea necesariamente la más apropiada”.

La distribución de los espacios favoreció las áreas públicas, ubicadas en el segundo nivel, pues se prescindió de muros entre la cocina, la sala y el comedor. Estas zonas se conectan con una terraza que se abre a las vistas del valle.

En cuanto a los materiales, su elección se realizó con el concepto de calidez como eje rector. Los muros que dan forma a la planta baja fueron hechos con concreto, mientras que los niveles superiores cuentan con una estructura compuesta de acero y madera sólida.

El envolvente exterior se formó a partir de una serie de tablas de madera de ipe, especie elegida por su durabilidad, mientras que en las ventanas se recurrió al doble acristalamiento.

“La masa térmica de la estructura inferior de concreto reduce los cambios de temperatura al interior tanto en el verano como en el invierno”, añadió Patkau.

“Nuestra firma estuvo también a cargo del diseño de interiores. Se eligió la madera como el material principal para generar ambientes cálidos”.

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