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Tablero Escolar de California para calificar a las escuelas pinta un panorama más optimista

Alumnos en el programa magneto para niños dotados, en Eagle Rock Elementary. (Francine Orr)

Alumnos en el programa magneto para niños dotados, en Eagle Rock Elementary. (Francine Orr)

(Francine Orr / Los Angeles Times)
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Cuando se develó el nuevo Tablero Escolar de California este miércoles, las autoridades estatales lo describieron como la forma más completa de evaluar a las escuelas públicas de California.

El superintendente de Instrucción Pública, Tom Torlakson, anunció el sitio de internet como “un recurso distinto a lo que hemos tenido antes” y “una boleta de calificaciones de alta tecnología para nuestras escuelas”.

Pero el nuevo sistema, codificado por colores, califica gradualmente y pinta un panorama más optimista en lo académico que las medidas anteriores, según descubrió un análisis del Times.

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Casi el 80% de las escuelas que funcionan del tercero al octavo grado son clasificadas como de mediano a alto desempeño según los nuevos grados, lo cual muestra colores positivos en las boletas de calificaciones que se envían a los padres.

El año pasado, en la prueba estatal para esas mismas escuelas, la mayoría de los estudiantes fallaron en alcanzar los estándares en inglés y matemáticas. Más de 50 de esas instituciones -cuyos promedios en matemáticas se consideraban por debajo del nivel de competencia- recibieron ahora la clasificación más alta en el nuevo tablero para matemáticas (el tablero no incluye las puntuaciones de las preparatorias).

El cambio en perspectiva es intencional. El tablero refleja un nuevo acercamiento -más holístico- para la evaluación de las escuelas, que no considera las calificaciones de los exámenes como la última palabra. También enfatiza en el progreso; de esta manera, acumula elogios en las escuelas que aunque tienen un mal desempeño, aumentan su puntuación de un año a otro.

En respuesta al análisis del Times, las autoridades dijeron que es importante recompensar a las escuelas que muestran crecimiento.

El tablero anterior, el Índice de Desarrollo Académico (API, por sus siglas en inglés), era fácil de leer: concedía a cada escuela un número basado solamente en el puntaje de las pruebas. El tablero actual es un poco más complicado de entender, en parte porque se esfuerza para ir más allá de esos puntajes y capturar la compleja red de valores que hacen que una escuela sea buena o mala.

En lugar de números, las escuelas de California ahora obtienen colores. El rojo representa el menor rendimiento posible, anaranjado es bajo, el amarillo es mediano, verde es alto y azul es muy alto. Igual que en el tablero de un vehículo, rojo y anaranjado requieren atención.

Pero las escuelas no obtienen un único color por el rendimiento en general. En lugar de ello, podrían recibir un arco iris de calificaciones en áreas que incluyen el desarrollo en lectura y matemáticas, así como los índices de graduación, la incorporación del idioma inglés para aprendices no nativos y el índice de suspensiones. En cada área obtienen créditos por el progreso.

En última instancia, el tablero proporcionará una guía sobre cómo los distritos y el estado califican a las escuelas; a cuales elogian y en cuales intervienen. Los padres confiarán en ello cuando escojan dónde educar a sus hijos.

Por ese motivo importa mucho que el sistema de código de color, por lo menos para algunos, sea demasiado generoso. Carrie Hahnel, subdirectora de investigación y políticas en Education Trust-West, un grupo de defensa enfocado en la equidad educativa, consideró que estas calificaciones académicas son “terriblemente engañosas”. “No le hacen ningún favor a nadie”, afirmó, “comunican que las cosas están bien cuando no lo están”.

Pese a ello, el estado defiende su metodología, incluida la calificación gradual, o en curva. “Uno no quiere tener un sistema de rendición de cuentas en el que no haya ninguna escuela azul o verde”, afirmó Jenny Singh, investigadora y administradora de evaluación en el Departamento de Educación de California.

La primaria Brooklyn Avenue, en el este de Los Ángeles, cuya directora no respondió a la solicitud de comentarios de este periódico, es un caso de estudio sobre cómo la curva podría cambiar opiniones sin que la escuela modifique mucho su rendimiento.

Cuando se dieron a conocer los resultados de las pruebas para el año académico escolar 2015-2016, poco más de la mitad de los estudiantes de Brooklyn no alcanzaron los objetivos estatales para matemáticas. Ahora, en el tablero, Brooklyn alcanzó el color azul en matemáticas, el índice más alto. Esto se debió a que las calificaciones en esa asignatura crecieron en 16 puntos.

Por otro lado, más del 90% de los estudiantes en West Hillsborough Elementary, en el condado de San Mateo, obtuvieron puntuaciones superiores en matemáticas. Pero esa escuela solamente obtuvo un color verde por esa materia, debido a que sus calificaciones disminuyeron ligeramente.

“Parece intencionalmente complejo”, expuso Tim Daly, cofundador de EdNavigator, un nuevo grupo con base en Nueva Orleans, que ayuda a los padres a comprometerse con las escuelas. “El tablero parece ir muy lejos para no hacer ninguna declaración concreta sobre el rendimiento escolar”.

En el distrito escolar, los puntajes de las pruebas dadas a conocer en el otoño pasado muestran relativamente bajas calificaciones, con algún crecimiento. Pero, debido a que esos aumentos ahora se toman en cuenta, la mayoría de las escuelas fueron catalogadas con color amarillo -que equivale a un desempeño medio-.

Las autoridades del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), consideran que el tablero es útil. “Lo positivo es que se basa en múltiples factores”, aseguró Cynthia Lim, quien dirige datos y rendición de cuentas para el distrito. “Va a haber una curva de aprendizaje… Pero todo el mundo piensa que es una manera más justa de evaluar las escuelas”.

El miércoles, Lim explicó el funcionamiento del nuevo sistema a un grupo de directores en el auditorio de East Valley High School, en North Hollywood. “La buena noticia es que no hay nada a lo que no hayamos dado seguimiento”, expuso Lim, mientras algunos directores levantaban sus teléfonos para tomar fotografías de las diapositivas. Cuando una diapositiva mostraba cómo lucen los colores en forma de círculo en el tablero -similar a las piezas del juego Trivial Pursuit-, algunos directores rieron.

Muchos tuvieron problemas inmediatamente, al intentar ingresar al sitio, debido a algunos fallos técnicos. Pese a ello, aplaudieron el valor asignado al crecimiento de los estudiantes.

Cuando Lim remarcó que el LAUSD recibirá los datos del tablero de MiSis, un sistema de información del distrito, notoriamente defectuoso, uno de los directores musitó: “Oh, no…”. La funcionaria explicó que el LAUSD añadió un nuevo software para mantener registro de los errores en el ingreso de los datos.

A los directores no se les dijo explícitamente qué colores deben esperar, o las consecuencias del bajo rendimiento; el tablero está en etapa de prueba durante este año, advirtió Lim. La responsabilidad vendrá más adelante.

A nivel estatal, la mayoría de las escuelas clasificaron en azul o verde para los índices de graduación y suspensión. Sin embargo, las cifras agregadas no incluyen las escuelas alternativas, que a menudo reducen tales tasas.

Todavía no queda claro cómo se utilizará el tablero en las escuelas que necesitan más ayuda.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

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