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Después del fracaso de su casino, una tribu recurre al negocio del cultivo de marihuana

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Una pequeña tribu local, que alguna vez consideró el juego era como un camino hacia la seguridad financiera, reemplazó sus sueños con el cultivo de marihuana.

Una pequeña tribu india en un remoto tramo del condado de San Diego ha cambiado su fallido sueño de las riquezas de un casino por lo que podría ser su próximo gran paso: el cultivo de marihuana.

La nación lipay de Santa Ysabel -que cerró su sala de juego, de 35,000 pies cuadrados en febrero de 2014, sumida en una deuda de $50 millones de dólares- ha transformado el espacio vacante en una operación de marihuana medicinal de alta tecnología y está arrendando parte de la propiedad a quienes cultivan y distribuyen la droga a los dispensarios legales en todo el estado.

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En el extenso estacionamiento del edificio, más de una docena de invernaderos están en varias etapas de construcción, esperando por más inquilinos.

La tribu es la primera en el condado de San Diego en abrazar la industria de la marihuana a raíz de un memorando de diciembre de 2014, enviado por el Departamento de Justicia, que declaró que las naciones soberanas no serían procesadas por cultivar marihuana en tierras tribales, en estados que ya hubieran legalizado la sustancia.

Las tribus indígenas en toda la nación se mostraron cautelosas con la decisión. Pero en Santa Ysabel, la llegada del memo del Departamento de Justicia -10 meses después de la quiebra de su casino- cayó como un hecho afortunado.

En 2007, cuando el Santa Ysabel Resort and casino inauguró en una ladera de la estatal Ruta 79, la tribu imaginó la construcción de un hotel para servir a las hordas de jugadores que seguramente se reunirían allí. Eso nunca ocurrió; había muchos otros casinos más cerca de San Diego y los principales corredores de transporte, como la Interestatal 15.

La tribu de Ysabel, de 700 miembros, veía cómo sus vecinos se enriquecían mientras sus propias perspectivas se evaporaban.

Por lo cual, a comienzos de 2015, los líderes discretamente se aferraron a la oportunidad de una nueva fuente de ingresos. Pronto crearon leyes para regular la marihuana en la reserva y establecieron la Agencia Reguladora de Cannabis de Santa Ysabel y la Comisión de Cannabis para supervisar el emprendimiento.

Durante los últimos 18 meses, la marihuana cultivada en el sitio ha sido enviada a dispensarios legales de todo California, afirmó Dave Vialpando, quien lidera la agencia regulatoria de la tribu. Vialpando se negó a identificar los negocios de marihuana que arriendan espacio de cultivo, o los acuerdos financieros entre esas empresas y la tribu.

En lugar de ello, señaló que la operación en la antigua propiedad del casino todavía era “muy, muy pequeña. Tiene dos salas de cultivo, menos de 1,000 plantas. Mayormente, se trata de espacio vacío. Está aún en desarrollo. Los invernaderos están en varias etapas de construcción”, remarcó. “No será todo cultivo. Habrá salas de procesamiento, recorte y almacenamiento. Hay mucha infraestructura que va de la mano con la empresa del cannabis medicinal”.

Vialpando dijo que el laboratorio de pruebas está a punto de inaugurarse, y que existe la posibilidad de que en el futuro produzcan otros productos a base de cannabis, como lociones.

Las agencias locales del orden parecen tener un enfoque de ‘esperar y ver’ cuando se trata del negocio de marihuana de la tribu. El Departamento del Sheriff del Condado de San Diego señaló en un comunicado que no da licencia, inspecciona o regula el cultivo de marihuana en tierras tribales. “La nación lipay de Santa Ysabel funciona en el marco de la ley tribal y la autoridad tribal en este caso”, afirmó el departamento.

La fiscalía de distrito señaló que está al tanto del negocio de cultivo en Santa Ysabel, “y ha avisado a la tribu que si se quiebran leyes estatales en un sitio donde tenemos jurisdicción, nuestra oficina revisará cualquier investigación resultante por posibles cargos criminales”.

Vialpando, quien trabajó como oficial en el Departamento de Justicia de California antes de retirarse, en 2011, para dirigir las operaciones de juego de la tribu y luego su agencia de cannabis, confía en que la tribu de Santa Ysabel esté haciendo todo como corresponde.

“Tenemos un negocio altamente regulado”, señaló. “La tribu no tiene interés propietario en el cannabis. No lo cultiva, no lo procesa… Tenemos inspecciones y auditorías, y eliminamos los desechos para asegurarnos de que ningún resto de cannabis abandone la reserva”.

Aunque los votantes de California aprobaron la Proposición 64 en noviembre pasado, que legalizó el uso recreativo y el cultivo de marihuana, Vialpando asegura que las leyes de la tribu sólo permiten el cultivo medicinal. La tribu, aseguró, no tiene planes de ampliar esas normas para incluir marihuana recreativa.

Si desea leer el artículo en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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