Alcalde de Austin, “con ganas” de enfrentarse en la corte federal con Texas
Austin (TX) — El alcalde de Austin, el demócrata Steve Adler, aseguró hoy que tiene ganas de enfrentarse al estado de Texas en la corte federal por una ley estatal recientemente promulgada que prohíbe las “ciudades santuario” y acarrea sanciones económicas y penas de cárcel a los sheriff que la incumplan.
En una columna publicada hoy en el medio local Texas Tribune, el alcalde de la capital texana advirtió que la Legislatura de Texas y el gobernador, el republicano Greg Abbott, “han cruzado la línea”, poniendo en peligro las libertades “más básicas” y la seguridad pública del estado de la estrella solitaria tras aprobar la legislación SB4.
Esta ley penaliza a los gobiernos locales y a las universidades de Texas que decidan no cumplir las leyes migratorias federales para favorecer la situación de los indocumentados y permite a las autoridades locales a cuestionar el estatus migratorio de cualquier persona detenida, incluso en una parada de tráfico.
Asimismo, podría acarrear penas de cárcel para los sheriffs que estén a cargo de las oficinas de los distritos que no cooperen con las autoridades federales a este respecto, y sanciones económicas que alcanzan los 25.000 dólares.
Esta ley, que fue ratificada por Abbott hace once días, entrará en efecto el próximo 1 de septiembre, según marca el procedimiento de la legislatura texana.
“Me alegra que vayamos a los tribunales”, aseveró el alcalde, quién celebró que sea un juez federal quién tenga que decidir si debe ser la nación o el estado de Texas quien determine la política federal de inmigración.
En este sentido, añadió estar “ansioso” por proteger la discreción de la policía local para mantener las comunidades texanas seguras y para proteger los derechos constitucionales individuales.
“Me parece increíble que esta nueva ley autorice al fiscal general de Texas a retirar a los funcionarios locales electos si llevan a cabo una política diferente, incluso una que esté de acuerdo con la ley federal de inmigración”, continuó Adler en el escrito.
El líder demócrata explicó que tanto el fiscal general de Estados Unidos, el republicano Jeff Sessions, como el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, le aseguraron en su visita a Washington en abril que la prioridad del presidente, Donald Trump, con los inmigrantes indocumentados es “enfocarse en criminales peligrosos”.
“Eso es lo que Austin está haciendo”, indicó el político, que insistió en la idea de que la ciudad que gobierna no ha violado ninguna ley federal.
Sin embargo, lamentó que la Legislatura texana no quiera “ser limitada por la ley federal” y que haya creado una propia que dijo “llevará a la gente a las sombras” y hará de Texas un lugar menos seguro.
“Austin es una de las ciudades más seguras del país, en gran parte porque nuestra policía se enfoca en mantenernos seguros, sin importar de dónde vengamos o cómo llegamos aquí”, destacó.
Así, indicó que esta nueva legislación “deshará años de trabajo” de la policía local para establecer relaciones de confianza con la comunidad de inmigrantes, que ahora tendrán temor de reportar crímenes por miedo a ser deportados.
Además de Austin, varias ciudades de Texas, incluyendo El Paso y Dallas, interpondrán una demanda contra el estado de Texas, según anunciaron esta semana varios representantes locales en una rueda de prensa en frente del Capitolio estatal.