Al menos 90 personas murieron y 400 resultaron heridas al estallar un carro bomba en Kabul
LOS ANGELES TIMES — Tayyeb, de 22 años de edad y empleado de un banco, acababa de llegar a trabajar el miércoles. Era una típica mañana en el centro diplomático de Kabul, donde los transeúntes caminan entre las calles rodeadas de inmuebles de embajadas de otros países, edificios comerciales y el palacio presidencial.
De pronto una explosión ensordecedora se escuchó en el vecindario, destruyendo ventanas de edificios tan lejos como a una milla. Dentro del banco, las salas se oscurecieron y los pedazos de vidrio lastimaron a Tayyeb en la cabeza.
“No podíamos ver nada o a nadie”, dijo Tayyeb, quien como muchos afganos solo tiene un nombre. “Después de, posiblemente un minuto, finalmente empezamos a ver a algunos de nuestros colegas que habían sido heridos con los pedazos de vidrio que volaron”.
Las personas que no estaban heridas llevaron a sus colegas a un hospital cercano, uno que es administrado por organizaciones médicas no lucrativas de origen italiano. Respecto a los daños en la ciudad, el ministro de salud de Afganistán dijo que por lo menos 80 personas habían muerto y más de 350 resultaron heridas a consecuencias.
Esta explosión es una de las más mortales y sangrientas que suceden en Kabul, desde aquella en el 2001, cuando el gobierno estadounidense invadió la ciudad, un ataque del que todavía la sociedad afgana no se ha recuperado y que les recuerda que todavía están en el ojo del huracán de un conflicto.
Un testigo dijo sobre la explosión - el cual ocurrió en el quinto día del mes sagrado para los musulmanes, llamado el Ramadan- que fue causada por una bomba que se encontraba dentro de un gran tanque que dejo un cráter de más de 30 pies de profundidad.
Najib Danesh, ministro del interior del país, dijo que la explosión ocurrió en Zanbaq Square, un barrio cercano a la embajada alemana y al centro Roshan, la compañía del país líder en telecomunicaciones. Las autoridades dijeron que no han podido determinar quién era el objetivo del ataque.
Hasta el momento ningún grupo se ha presentado como los responsables del ataque. El vocero del grupo Taliban, Zabiullah Mujahid, dijo en una declaración que su grupo no ha tenido nada que ver con la explosión.
Las especulaciones inmediatamente se dirigieron a los militantes del Estado Islámico (ISIS), mismo grupo que ha clamado responsabilidad por los ataques recientes en Kabul, como aquel bombazo que dejó a más de 80 personas muertas el pasado julio.
“Este es el bombazo más grande que haya visto en Kabul”, dijo Daud, de 36 años de edad, y vocero de Shahr –un distrito a una milla de distancia.
La embajada alemana fue dañada severamente, resultando con varios empleados heridos y el guardia de seguridad -que era afgano- muerto, de acuerdo a una declaración de Sigmar Gabriel, el ministro de relaciones exteriores de Alemania.
Todos los empleados de la embajada están a salvo, afirmó Gabriel.
La compañía de comunicación BBC dijo que uno de sus conductores, Mohammed Nazir, quien estaba transportando a sus colegas a la oficina, murió, y cuatro periodistas resultaron heridos.
Francesca Unsworth, directora de servicios de BBC World, calificó la situación como ‘una devastadora pérdida’.
La explosión también causó daños en Amani High School, una escuela de élite apoyada por el gobierno alemán y que está justo atrás de la embajada alemana.
“Muchos estudiantes en el 12vo grado resultaron heridos. Todos estaban llorando y corriendo de pánico”, dijo Haseeb, un estudiante de 15 años, quien caminaba a un lugar seguro con algunos de sus compañeros.
Muchos de los heridos fueron traídos a un hospital italiano que atiende a las víctimas de la guerra. Afuera del inmueble se encontraban decenas de personas esperando escuchar noticias de sus seres queridos.
“Lo hemos perdido. Lo hemos perdido”, gritaba un hombre en desesperación. El individuo se refería a una persona que estaba siendo transportada en un taxi y había sido seriamente herida por la explosión.
Atiqullah, de 24 años, estaba parado afuera de un restaurante, justo frente al hospital, cuando la explosión detonó.
“Creo haber visto más de 200 personas heridas que eran traídas a la sala de emergencia del hospital”, dijo el joven mientras recogía pedazos de vidrio afuera de su restaurante.
Rizwan, un adolescente que se dirigía a su escuela para escuchar unos recitales del Corán, llevaba manchas de sangre en su playera y su cabeza vendada, producto de los vidrios que volaron de la ventana de una tienda.
“Fue una explosión muy fuerte”, indicó. “No sabíamos para donde correr”.
El miércoles por la tarde, el centro gubernamental de medios de comunicación de Afganistán, indicó que el número de víctimas se incrementó a 90 muertos y 400 heridos.
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