Experto mexicano dice que canto llevó al hallazgo de nuevo loro en Yucatán
México — La clave para el hallazgo de la nueva especie de loro, el Amazonas de alas azules, fue su fuerte y breve canto que resuena en las zonas remotas de Yucatán, sureste de México, dijo a Efe el ornitólogo mexicano Miguel Gómez Garza.
“Lo primero que me llamó la atención fue cuando lo escuché a lo lejos, hacía un sonido muy distinto a los loros que hay en la zona. Me llamó mucho la atención que no estuviera haciendo el sonido que se conoce”, relató.
En 2014, Gómez hacía trabajo de recolección de datos en Yucatán para su libro “Loros de México”, publicado el mismo año, cuando escuchó por primera vez el “yak-yak-yak” de lo que ahora se conoce como el Amazonas de alas azules (Amazona gomezgarzai).
Habituado a distinguirlos por su sonido, Gómez se sorprendió ante el canto corto, agudo y repetitivo que escuchó y, tras muchas horas de espera, pudo observar a este especie, cuya frente roja la distinguía de las otras dos que hay en esta región de México.
En una segunda visita, y con el permiso de las autoridades ambientales, el ornitólogo capturó y se llevó dos loros a Monterrey, donde trabaja como catedrático en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
Ya en la universidad aisló el ADN del ave y después hizo contacto con el ornitólogo estadounidense Antonio “Tony” Silva, considerado la máxima autoridad mundial en loros, quien viajó de Miami (Estados Unidos) a México para conocer los detalles del hallazgo.
“Fue un proceso bastante largo: primero hacer todas las mediciones comparativas con especies relacionadas y luego el mapeo genético para diferenciarlo de las especies conocidas”, explicó Gómez sobre el tiempo y las medidas necesarias para confirmar la clasificación de una nueva especie.
El ADN llevó a los expertos a seguir el rastro del ave hasta determinar que este loro de alas azules se separó de otras especies hace 120.000 años, un lapso que en tiempos biológicos significa que la divergencia ocurrió hace relativamente poco, sostuvo.
“A nosotros se nos hace un mundo de tiempo; la era cristiana fue hace 2.000 años, pero en tiempos biológicos 120.000 años son épocas relativamente recientes. Esta separación se dio relativamente hace poco tiempo”, indicó el especialista.
“Desde un principio sabíamos que era algo nuevo, pero teníamos que pasar por todo ese proceso”, comentó Gómez, de 56 años, quien no duda en confesar que en estos años ha vivido una especie de carrera contra el tiempo.
“Es emocionante. En cierta forma es una especie de carrera porque cualquier otro investigador lo puede sacar antes”, comentó sobre el Amazonas de alas azules, un loro de 25 centímetros de largo, de frente roja y con ausencia de color rojo en las alas.
Ya con el hallazgo reconocido y con sus apellidos consagrados en la clasificación de la especie, Gómez reconoció que no esperaba que un día sería el descubridor de una nueva especie, por lo cual no dudó en considerarlo “un regalo del cielo”.
“Nunca imaginé tanto impacto. Eso me hace pensar que cada día hay más interés en conocer y conservar, que el mundo está cambiando. Soy optimista”, comentó a Efe sobre el trabajo que tiene por delante como “padre” de esta nueva especie.
Estableció que ahora se debe comenzar con el trabajo de campo y medidas de la protección para el Amazonas de alas azules, dado que se estima que su población actual no llega a superar el centenar de individuos.
“Hay mucho que investigar, mucho quehacer, ubicar sus poblaciones, hacer un conteo, blindar a los animales. Su población debe ser muy baja, probablemente su población completa puede no superar los 100 individuos”, apuntó.
Este nuevo loro vive en pequeños grupos de menos de doce individuos que tienden a permanecer juntos y su dieta consiste en semillas, frutas, flores y hojas obtenidas en la copa de los árboles.