Trump y Putin acuerdan una tregua para Siria en su primer cara a cara
Hamburgo (Alemania) — Los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Donald Trump y Vladímir Putin, acordaron hoy, en su primer cara a cara, una tregua para el suroeste de Siria y decidieron abrir un canal bilateral de comunicación para discutir sobre el conflicto en Ucrania.
El encuentro, que se prolongó por dos horas y cuarto, tuvo lugar en el marco de la cumbre del G20 que se celebra entre hoy y mañana en Hamburgo (Alemania) y estuvo precedido por muestras mutuas de cortesía y cierto optimismo ante el potencial de la cooperación entre Washington y Moscú.
Trump aseguró, cuando se dejó pasar a los medios unos minutos a la sala de la cita bilateral, que era un “honor” reunirse con el presidente ruso y Putin dijo sentirse “encantado” de entrevistarse por fin en persona con su homólogo estadounidense.
El presidente de Estados Unidos confió en que, a raíz de este encuentro, sucediesen “muchas cosas muy positivas” para su país, Rusia y todo el mundo, y Putin se mostró esperanzado que se obtuviesen “resultados” de la reunión.
Su apretón de manos, frente a los que han dado tanto que hablar en los primeros encuentros de Trump con líderes internacionales, fue neutro, firme, pero breve.
Según las ruedas de prensa que ofrecieron por separado tras la reunión el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, y el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, el alto el fuego en Siria entrará en vigor a mediodía, hora local, del domingo 9 de julio.
Lavrov agregó que los dos líderes se han comprometido además a asegurar que “todas las partes” implicadas en el conflicto respeten la tregua, que sucede a una larga serie de intentos fallidos de alto el fuego en esta guerra civil que desangra Siria desde 2011.
Las “zonas de distensión” cubren “Daraa, Al Quneitra y As-Suwayda”, explicó Lavrov, que destacó que el acuerdo trata de respetar la “soberanía” de Siria y de hacer avanzar el proceso hacia un “acuerdo político”.
Tillerson matizó a este respecto que la posición de Estados Unidos sigue siendo que el líder sirio, el presidente Bachar al Asad, no puede seguir en el poder si se quiere poner fin a la guerra civil y que no puede haber un papel para su familia en el gobierno a “largo plazo”.
Además, ambos presidentes acordaron abrir un “canal bilateral” entre Washington y Moscú para abordar el conflicto en Ucrania y tratar de relanzar el proceso de paz iniciado con el Acuerdo de Minsk, porque “no está avanzando como querríamos”, dijo Lavrov.
Trump y Putin, agregó el ministro ruso, han decidido explorar el “potencial” de otros tipos de mediación más allá de la que hasta ahora han llevado a cabo Francia y Alemania.
Por otra parte, Tillerson apuntó que en la reunión Trump presionó a Putin sobre la posible injerencia rusa en las elecciones estadounidenses del año pasado y que el ruso negó cualquier implicación.
Lavrov señaló a este respecto que no se ha presentado ninguna “prueba” de esta posible interferencia y afirmó que Trump aceptó la palabra de Putin, aunque algunos medios estadounidenses ofrecían una versión diferente.
A juicio de Lavrov, Putin y Trump “se mueven en primer lugar por los intereses nacionales de sus países”, pero incluyen en ellos “la búsqueda de acuerdos en lugar de la confrontación, sin intentar crear problemas donde no los hay”.
Según Tillerson, en su primer cara a cara ambos “conectaron muy rápido” y mostraron una “muy clara y positiva química”.
El encuentro se produjo un día después de que Trump, de visita en Varsovia, instase a Rusia a unirse a la comunidad de países “responsables”, abandonar las “actividades desestabilizadoras” en Ucrania y no apoyar a los regímenes “hostiles” de Irán y Siria, adhiriéndose a la coalición internacional contra el Estado Islámico.
Ni el secretario de Estado de Estados Unidos ni su homólogo ruso se refirieron en sus comparecencias a la lucha contra el cambio climático, el libre comercio internacional o el acuerdo con África para promover el desarrollo en este continente, los principales puntos de la agenda del G20 en esta edición, bajo la batuta de Alemania.
La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció hoy que aún se estaba negociando entre las delegaciones el texto del comunicado final de la cumbre, ya que entre ellos persisten grandes diferencias.