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Gobierno mexicano avanza en “titánica” labor de cuantificar daños del sismo

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El Gobierno mexicano avanza en la “titánica” labor de realizar un inventario de los daños causados por el sismo del pasado 7 de septiembre, cuyo saldo de víctimas mortales se elevó hoy a 98, según reveló el presidente Enrique Peña Nieto.

En un acto público celebrado en el central Estado de México, Peña Nieto declaró que los daños provocados por el terremoto de magnitud 8,2 del jueves pasado “contrastan con los que dejó un sismo muy doloroso en 1985”, aludiendo al devastador fenómeno de magnitud similar que dejó miles de muertos en Ciudad de México hace 32 años.

“Pero este también nos ha dejado dolor, nos ha dejado pérdida de vidas humanas; hasta ahora 98 personas han fallecido, pero junto a ello muchas personas han perdido su patrimonio y perdieron sus casas”, añadió.

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El mandatario destacó que todo el Gabinete presidencial está trabajando en Chiapas y Oaxaca, los estados más afectados por el sismo, para atender la población en sus necesidades básicas y recordó que se está efectuando un censo de los daños para poder iniciar “de inmediato” la etapa de reconstrucción.

Reiteró su llamado a los ciudadanos a ser solidarios con la población damnificada, que pasa “por un momento de dolor, de tragedia”, así como a la iniciativa privada, sobre todo las constructoras, para que extiendan una “mano generosa” y participen en la reconstrucción.

Aseguró que si se logra formar un gran frente, “muy pronto Chiapas y Oaxaca estarán de pie”.

Por su parte, el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, reconoció en una entrevista con la emisora Radio Fórmula las dimensiones del desastre en esa entidad del sur del país.

“Para que lo pueda contextualizar la gente, superó este terremoto al del 85, y lo superó aquí en el Istmo (de Tehuantepec) en 41 municipios”, dijo.

“Estamos hablando de un universo de más de 800.000 personas que en un minuto perdieron seres queridos, tenemos ya lamentablemente 78 decesos (en el estado), y también en un minuto perdieron sus hogares, su historia de vida, porque aquí había viviendas, hogares, de abuelos, de padres, de hijos. Y hoy ya no tienen nada”, declaró.

Indicó que se está trabajando en dar ayuda de emergencia a los damnificados, restaurar los servicios públicos en las áreas afectadas y en realizar el censo de los inmuebles dañados, el cual, dijo, se inicia hoy de forma oficial y “será casa por casa, persona por persona”.

“Una vez que se termine el censo, que está proyectado que se termine en los siguientes cuatro días, se hará una evaluación para ver los apoyos, proceder a tirar las casas que haya que tirar, limpiarlas y empezar el proceso de reconstrucción”, subrayó.

En declaraciones a la misma emisora, la secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Rosario Robles, declaró que pese al despliegue de prácticamente todo el Gabinete y de miles de miembros de corporaciones federales en la zona siniestrada, hoy mismo están llegando más brigadas porque el presidente pidió tener listo el censo el fin de semana.

Precisó que los daños en Oaxaca están distribuidos en 1.900 comunidades de los 41 municipios afectados, por lo que “la tarea es gigantesca, es titánica”.

La mayoría de las viviendas afectadas tienen daños totales. “Están las casas colapsadas, están las casas a punto de caer. Hay algunas que se han caído con las réplicas. Por eso es muy importante que la gente no esté en sus casas si están lastimadas”, abundó.

Además de las 78 víctimas fatales en Oaxaca, se registran hasta ahora 16 en Chiapas y 4 en Tabasco, en el sureste del país, así como 2,3 millones de damnificados.

En tanto, algunas de las zonas más castigadas por el terremoto comienzan a dar señales de reactivación.

La plaza principal de Juchitán, el municipio mexicano más afectado, se convirtió hoy en un mercado con la instalación de comerciantes del lugar, un pequeño paso para alcanzar una normalidad que aún tardará en llegar.

El sismo dejó en esa localidad oaxaqueña al menos 37 de las 98 víctimas mortales reportadas hasta ahora. Además, causó daños en unas 7.000 viviendas, dejando a muchos vecinos durmiendo en la calle y sin servicios básicos desde hace cinco días.

Sin embargo, hoy la plaza ofreció una estampa cotidiana gracias a los puestos en que los vendedores ofrecieron carne, pollo, quesos, frutas y verduras, bienes procedentes de la ciudad de Oaxaca, capital del estado, y de Puebla, en el centro del país.

“Esto es bueno porque podemos salir a conseguir algo; llegó un momento en que pensamos que no iba a haber nada, ni agua, pero gracias a Dios poco a poco la gente está saliendo y encontrando algo”, dijo a Efe Graciela López.

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