‘Dígale a la PGR todo lo que sabe’, increpan a ex gobernador
MEXICO/AGENCIA REFORMA — “Lo queremos a usted en la cárcel”, le gritó Cristina Bautista al ex Gobernador Ángel Aguirre, quien escuchó gritos y reclamos por parte de padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala hace 39 meses.
El perredista, quien dejó el cargo el 24 de octubre de 2014 por la presión derivada de los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014, pretendió ayer realizar su primer acto de precampaña como aspirante a diputado federal.
Pasadas las 11:00 horas Aguirre entró al Salón Ávila, sonrió y saludó efusivo a sus seguidores.
Nueve minutos después, su rostro se desfiguró cuando vio que entraron en tropel padres de los normalistas gritándole “asesino”.
Los padres, encabezados por su vocero, Felipe de la Cruz, se colocaron frente a Aguirre, a quien le gritaron más consignas.
“Por favor, este no es el espacio ni el momento para hacer este tipo de actos, hay que dialogar”, gritaba desesperado el ex líder estatal del PRD y actual senador Celestino Cesáreo Guzmán, quien junto con otros ex funcionarios de la administración de Aguirre organizaron el acto de precampaña a su jefe político, que aspira a la diputación por el Frente por México --sol azteca, PAN y MC--.
La voz de Cesáreo se apagó ante los gritos de los padres de los 43 desaparecidos y normalistas de Ayotzinapa que hicieron a un lado a dos guardias para entrar a empujones al salón.
Con el rostro enfurecido, Aguirre, que estaba sentado ante una mesa cubierta con un mantel amarillo, azul y naranja, observaba cómo sus seguidores y varios de sus guardaespaldas se jaloneaban y tiraban golpes con los padres de los 43 y sus acompañantes.
Bernardo Ortega, ex presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso; Silvia Romero, diputada local; Ramón Almonte, ex Secretario de Seguridad Pública estatal; Alberto Catalán, secretario general del PRD en Guerrero; Humberto Zapata, ex alcalde de Ometepec, y el propio Celestino Cesáreo, formaron una valla para evitar que los inconformes llegaran a donde estaba Aguirre.
Cristina Bautista Salvador, madre del normalista desaparecido Benjamín Ascencio, fue la primera que subió al templete, pese a los empujones.
“Bájenla”, “bájenla”, le pedían los perredistas a los guardaespaldas de Aguirre.
Sin embargo, la señora tomó el micrófono y le exigió al ex Gobernador: “Por qué no le dice a la PGR todo lo que sabe de nuestros hijos. Le exigimos que nos los regrese, usted sabe dónde están!”.
Además de los reclamos a gritos, los manifestantes desplegaron mantas: “Ángel Aguirre, asesino, ahora quieres un cargo político”, decía una de las consignas.
“Quisiera que estuvieras en mis zapatos para que sintieras lo que se siente, pero algún día, Dios es tan grande que vas a sentir esto”, le dijo una madre.
En la zacapela, los guardaespaldas y algunos protestantes intercambiaron golpes. Un perredista fue arrastrado en el piso por los inconformes cuando trataba de impedir que subieran al templete.
Cristina Bautista le advirtió a Aguirre que en enero de 2018, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, va a dejar el cargo y él ya no va a tener la misma protección.
“Lo queremos a usted en la cárcel”, le dijo al ex mandatario.
En respuesta a las protestas de los padres, un grupo de seguidores de Aguirre también empezaron a gritarle a los familiares de los desaparecidos.
“Ya váyanse a trabajar, huevones”, dijo un perredista.
No tardó en contestarle un padre: “en vez de estar apoyando a delincuentes tú mejor ponte a trabajar, vamos al campo para que aprendas”.
Los gritos de los seguidores de Aguirre subieron de tono.
Silvia Romero, ex titular de la Secretaría de Educación Guerrero, y Evencio Romero, ex legislador local de MC, alentaban a los perredistas.
Aguirre se levantó y se acercó a los padres para dialogar con ellos.
“Yo nada tuve que ver. Ustedes saben que yo apoyé mucho a la normal de Ayotzinapa, les entregué un autobús, les aumenté las becas, entonces ¿por qué querría hacerles daño?”, dijo.
“Si usted dio eso a la Normal, pues era su obligación, pero ahorita queremos que nos diga a dónde están nuestros hijos, y si lo sabe dígaselo a las autoridades para que los busquen”, le reclamó una madre.
El ex mandatario le respondió que cuando ocurrieron esos hechos, ellos (los padres) deberían saber quiénes estuvieron coludidos con la delincuencia organizada en Iguala.
Aguirre les contó que él en forma voluntaria acudió a la PGR a rendir su declaración sobre lo que pasó y que tiene la conciencia tranquila.
Otro padre le reclamó sobre el caso de los dos normalistas asesinados (Gabriel de Jesús Echeverría y Jorge Alexis Herrera) en la Autopista del Sol el 12 de diciembre de 2011, durante un desalojo.
“Ahí fue la Policía Federal la responsable, mi gobierno no”, le contestó.
Melitón Ortega le advirtió a que van a seguir protestando en sus actos políticos.
Aguirre se dirigió hacia donde estaba el micrófono para hablar. Pero ya no había energía eléctrica.
“A ver, ese sonido, préndalo, préndalo”, gritó uno de sus seguidores. Pero la energía no se restableció.
Aguirre bajó del templete y, custodiado por sus seguidores y guardaespaldas, abandonó el salón y subió a su camioneta Suburban, estacionada en la calle.
A su espalda todavía se escuchaba el grito de “asesino”. La puerta de emergencia a un costado del templete, preparada para una eventual salida intempestiva de Aguirre, sólo la utilizó el senador Cesáreo Guzmán.