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Lucía Garibaldi, primeras veces en Sundance: “No volvería a la adolescencia”

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EFE

A Lucía Garibaldi se le amontonan las primeras veces en Sundance. Es su debut en un festival, presenta su ópera prima y aquí ha visto la nieve por primera vez. Pero aunque “Los tiburones” aborda la curiosidad y el experimentar de la adolescencia, ella no volvería jamás a esa época.

“Es terrible lo de ser adolescente, es horrible. Yo no quiero volver a esa etapa nunca más. Me parece espantoso... Tiene cosas buenas, pero (los adolescentes) sí son unos extraterrestres, se están llevando todas las desilusiones más grandes. Están entendiendo que este mundo es muy, muy cruel, que hay mucha miseria”, dijo a Efe, entre risas, la cineasta uruguaya.

“Jamás volvería. Estoy bien acá, estoy bien acá. A la niñez sí volvería... Pero, como adolescente, yo me pasé veranos viendo la serie ‘Dawson’s Creek’, horrible, esa serie espantosa, y no iba a la playa. Yo encerrada, con treinta grados de calor, todos mis amigos en la playa y yo mirando la tele...”, bromeó sin perder la sonrisa.

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Las primeras veces en asuntos teóricamente trascendentales como el sexo y las andanzas de una joven a su aire entre la adolescencia y la vida adulta centran la atención de “Los tiburones”, sorprendente y prometedora ópera prima de Garibaldi que, con el protagonismo de una excelente Romina Bentancur, se ha convertido en la primera cinta uruguaya en competir en el Festival de Sundance.

En este filme, Rosina (Bentancur) es una chica de una zona costera que, poco a poco, se prepara para la llegada de numerosos turistas en la época de vacaciones.

Pero su calmada vida, entre el trabajo de jardinera con su padre y sus escarceos con un joven, y la de sus vecinos se ve alterada con la presunta aparición de unos tiburones en la playa que podrían arruinar la economía del lugar.

Garibaldi explicó que “Los tiburones” comenzó hace “unos seis o siete años” como unas “vagas ideas” con las que fue “construyendo un personaje”.

Tras varias idas y venidas, el proyecto cobró fuerza al encontrar a Romina Bentancur y obtener, finalmente, el respaldo del premio Cine en Construcción del Festival de San Sebastián (España), que ayuda a completar filmes todavía no terminados.

“Siempre fui muy clara en la urgencia de filmar antes de que crezca”, dijo sobre la joven actriz.

“Contacté con profesores de teatro, de liceos, y con el primero que me junté me mostró unos ejercicios de escuela y el primer vídeo era de ella. La atracción fue totalmente superficial, por un momento, pero yo supongo que hubo también una cuota mágica y sí fue como un flechazo de amor a primera vista”, explicó.

“Me gustó su cara, sus ángulos... Me gusta la rareza. Me aburren un poco las caras normales. Y ella era una de esas caras, de esas voces, de esas maneras de moverse, que siempre estás encontrando algo nuevo (...). A veces parece muy chiquita, pero a veces parece una mujer”, agregó.

Con un particular e irónico sentido del humor, una misteriosa protagonista que disimula sus verdaderas intenciones, casi como una superheroína enmascarada, y una puesta en escena muy cuidada, “Los tiburones” es una película con la que conectan más las mujeres que los hombres, según Garibaldi, especialmente en cuanto a la presión social sobre el sexo.

“Hay un montón de cosas que se supone que tenés que sentir, que tenés que ser, un montón de mitos prefabricados muy graciosos”, apuntó.

“Hay cosas que solo vivimos nosotras. Como la escena que está ella con él y él le dice: ‘Tocate, tocate...’ (...). Hay mujeres que sí me vienen a decir: ‘Ojalá yo fuera como ella’. Y hay hombres que no empatizan, que no saben qué le pasa, que no entienden qué está sintiendo y no conectan”, indicó.

Garibaldi destacó además los ingredientes autobiográficos de la cinta: que venga de “un lugar profundo” y no trate de “seguir un patrón”.

“Aparte, como las películas son procesos tan largos, si no estás vos, si no haces lo que vos querés, es como que son muchos años para hacer lo que otra gente quiere”, consideró.

Y ya con su segundo largometraje en marcha, que llevará por título “La última reina”, Garibaldi admitió encantada su felicidad por todo lo que está viviendo: “Siento que tengo mucha suerte. Soy muy consciente y culposa de la suerte que tengo”.

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