Gobierno cree que los argelinos tienen derecho a elecciones “libres y justas”
Washington — El Gobierno afirmó hoy que los argelinos tienen derecho a unas elecciones “libres y justas” y aseguró que apoya los esfuerzos para abrir “un nuevo camino hacia adelante”, aunque no se posicionó explícitamente sobre la renuncia del presidente argelino, Abdelaziz Buteflika.
“Apoyamos los esfuerzos del pueblo argelino para votar en elecciones libres y justas”, dijo en una rueda de prensa uno de los portavoces del Departamento de Estado, Robert Palladino.
Palladino apuntó que su Gobierno está siguiendo de “cerca” la decisión de Buteflika de no optar a un quinto mandato presidencial consecutivo y aplazar las elecciones que estaban previstas para el 18 de abril.
“Apoyamos los esfuerzos en Argelia para comenzar un nuevo camino hacia adelante basado en el diálogo que refleje la voluntad de todos los argelinos y sus aspiraciones de un futuro pacífico y próspero”, aseguró Palladino, quien subrayó que los argelinos tiene derecho a manifestarse y expresar “pacíficamente sus opiniones”.
La retirada de Buteflika, anunciada el lunes, se produce en medio de una oleada de protestas masivas en todos los rincones del país y apenas 24 horas después de que el mandatario, de 82 años y gravemente enfermo, regresara a Argel tras dos semanas ingresado en un hospital de Suiza.
En un mensaje a la nación leído en el principal informativo de la noche y atribuido a Buteflika, también se anunció la apertura de un periodo de transición que tendrá como objetivo elegir a un sucesor a través de unos comicios que tardaran varios meses en convocarse.
En la Presidencia desde 1999, Buteflika sufrió en 2005 una “úlcera sangrante de estómago” y en 2013 un agudo “derrame cerebral”, que mermó sus facultades físicas y que ya le impidió hacer campaña en las presidenciales del año siguiente, pero no ganar sus cuartos comicios consecutivos.
Desde entonces no habla en público, se mueve en una silla de ruedas empujada por su hermano Said y sus apariciones públicas son cada vez más esporádicas, reducidas a las imágenes grabadas por la cadena estatal con motivo del consejo de ministros o de visitas de altos dignatarios extranjeros.
Su renuncia abre ahora un capítulo de gran incertidumbre para Europa, el norte de África y el Mediterráneo.