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A Sigmund Freud le debemos el psicoanálisis y otros traumas

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Si alguna vez se ha preguntado qué papel tienen en su comportamiento los deseos reprimidos en su inconsciente, entonces, seguramente ha estado en las puertas del psicoanálisis, una teoría psicológica desarrollada en 1886 por el neurólogo austríaco, Sigmund Freud.

Hoy 6 de mayo, día en que Sigmund Freud nació, recordamos que el aporte fundamental que dejó a la humanidad es el descubrimiento que hizo de la vida psíquica inconsciente. Este descubrimiento dio lugar al desarrollo de una teoría del funcionamiento psíquico humano denominada Psicoanálisis.

Según Freud, la mente se puede dividir en tres niveles diferentes:

La mente consciente

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Incluye todo aquello de lo que somos conscientes. Este es el aspecto de nuestro proceso mental que nos permite pensar y hablar de forma racional. Incluye nuestra memoria, que no siempre es parte de la conciencia, pero se puede recuperar fácilmente en cualquier momento y se pone en nuestro conocimiento. Freud llamó a esto el preconsciente.

La mente preconsciente

Es la parte de la mente que representa la memoria ordinaria. Si bien no somos conscientes de esta información en cualquier momento dado, podemos recuperarla y tirar de ella en la conciencia cuando sea necesario.

La mente inconsciente

Es donde guardamos nuestros sentimientos, pensamientos, impulsos y los recuerdos que se encuentran fuera de nuestro conocimiento consciente. La mayor parte de los contenidos del inconsciente, según Freud, son inaceptables o desagradables, como los sentimientos de dolor, ansiedad o conflicto. Para él, el inconsciente puede influir en nuestra conducta y experiencia, a pesar de que no somos conscientes de estas influencias.

De este modo, Freud comparó estos tres niveles de la mente con un iceberg:

La punta del iceberg que se puede ver por encima del agua representa la mente consciente.

La parte del iceberg que se sumerge debajo del agua, pero es aún visible es el preconsciente.

El grueso del iceberg está oculto debajo de la línea de flotación y representa el inconsciente.

La sexualidad según Freud

De acuerdo con Sigmund Freud, la sexualidad rodea todo lo que somos, es por esto que la sexualidad no es una “cosa” que aparece de pronto en las personas adolescentes, jóvenes o adultas. La crianza y la educación, así como la edad, la cultura, la región geográfica, la familia y la época histórica inciden directamente en la forma en que cada persona vive su sexualidad.

Estas son las etapas de la sexualidad según Freud

Etapa oral

Se caracteriza por centrarse el placer en la boca, la zona erógena por excelencia es la boca, a medida que el niño crece y fundamentalmente en la adultez, la zona de placer se va a concentrar en los genitales. El bebé conoce el mundo a través de su boca, es la zona del cuerpo que le produce placer, a través de ella recibe el alimento. Además, chupa todo lo que encuentra porque eso le otorga placer y así conoce su entorno.

Etapa anal (retención y expulsión)

Esta fase se presenta cuando la preocupación del niño y sus padres gira alrededor del ano, es la etapa del control de esfínteres. El goce sexual para el niño está en la defecación. Él siente que entrega así, una producción de su cuerpo, una parte de sí mismo y por ello es tan importante para él.

Etapa fálica

En esta etapa sí el interés y el placer se centra en los genitales y aparece el interés por las diferencias sexuales. Hasta esta etapa, las diferencias entre nena y varón se dan fundamentalmente por la vestimenta, pero a partir de esta fase, se centrarán las diferencias en los que tienen pene y las que no.

Etapa de latencia

Esta etapa coincide con la etapa escolar y durante mucho tiempo se creyó, equivocadamente, que la sexualidad quedaba adormecida, latente. Lo que sucede es que durante este período el interés del niño se centra en conocer, aprender e investigar.

Etapa genital

Esta fase se da en la pubertad, ocurre al mismo tiempo que los cambios físicos y psíquicos que se dan en esta etapa y se centraliza en los genitales. Los niños – adolescentes muestran curiosidad por la sexualidad genital y es básico que encuentren en sus padres y en el mundo adulto apertura u disponibilidad para hablar de sexo y aclarar y responder sus dudas.

Todo este conocimiento, aunque discutido y rechazado por algunos sectores, se lo debemos a Sigmund Freud.

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