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Formar a trabajadores por la digitalización costará a España un 0,85 % del PIB

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EFE

Los costos de formación en España para reconvertir a los trabajadores cuyo empleo corre peligro por la digitalización equivalen al 0,85 % de su producto interior bruto (PIB), una cifra que le sitúa en mitad de la tabla de los países de la OCDE.

En un informe publicado este jueves, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) calcula que esos costos para adaptarse a los cambios derivados de la digitalización de la economía varían desde un máximo del 2,26 % del PIB en Chile -el país cuya mano de obra necesita una mayor recualificación- a un mínimo del 0,32 % en Noruega.

Esas estimaciones se basan en el gasto en la formación reglada existente, que no se corresponde forzosamente con los costos de la formación de adultos, y están vinculadas a los empleos amenazados de desaparecer por la automatización, precisó la jefa del centro de competencias de la OCDE, la ex secretaria de Estado española de educación Montserrat Gomendio.

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En España esos puestos de trabajo son un 21,7 % del total, frente al 14 % de media en la OCDE. Sólo Grecia, Eslovenia y Eslovaquia tienen cifras más altas. Además, otro 30,2 % de los puestos de trabajo tienen entre un 50 % y un 70 % de posibilidades de sufrir una reestructuración por la misma causa (31,6 % en la OCDE).

Los autores del estudio calculan que más de la mitad de las personas afectadas por la desaparición de sus ocupaciones necesitarán una formación de más de seis meses para reconvertirse, un 47 % en España.

Esa diferencia no tiene que ver con una situación menos preocupante en España, sino con el tipo de puestos a los que esas personas pueden aspirar dada la estructura sectorial de su mercado laboral, con un fuerte peso de los servicios de baja cualificación.

La organización constata que hay un pequeño grupo de Estados, entre los que figuran Bélgica, Dinamaca, Finlandia, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega y Suecia, que destacan por su apertura a la digitalización, unas poblaciones formadas de forma adecuada y una formación a lo largo de la vida.

En el extremo opuesto, Chile, Grecia, Italia, Lituania, Eslovaquia y Turquía se caracterizan por una mano de obra que a menudo carece de cualificaciones para aprovechar las oportunidades de las nuevas tecnologías.

España se sitúa en medio, con una proporción de estudiantes con bajos resultados algo superior a la media, y con más jóvenes y más personas mayores con poca destreza en el universo digital.

Tampoco ofrece buenas estadísticas en lo que se refiere a los profesores que señalan sus carencias en tecnologías de la información y la comunicación ni en los adultos que realizan formación.

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