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Crece donación de órganos en México pero sigue debajo de países como España

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EFE

Pese al aumento de la donación de órganos de cadáveres en México, este sigue muy por debajo de países que son líderes al respecto como España, aseveró este miércoles a Efe un especialista.

En el marco del Día Mundial de los Trasplantados, que se celebra el 6 de junio, el doctor Ignacio Guerra Gallo adscrito al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) señaló además que, pese a que la donación de órganos y tejidos se incrementó 427 % en la última década, esto sigue siendo “insuficiente para nuestras necesidades”.

Esto explica que en México alrededor de 22.000 personas se mantengan a la espera de recibir un órgano para ser trasplantados.

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Guerra Gallo detalló que la donación, sobre todo de órganos, se vuelve muy compleja porque se requiere que el donante tenga muerte cerebral.

Esto, explicó, se presenta cuando el cerebro deja de funcionar debido a que deja de recibir flujo sanguíneo y ya no se puede recuperar.

Añadió que el concepto de muerte cerebral aún es complejo para los familiares porque ven al paciente respirando y con el corazón latiendo, pero esto es de manera artificial; y es por ello que la familia no acepta que la persona ya está muerta.

El especialista detalló que en México el riñón es el órgano más solicitado para trasplantes y más de 15.000 pacientes se encuentran en lista de espera para recibir uno, lo que representa el 68 % del total de personas que necesitan un trasplante.

“Las personas pueden esperar entre uno y tres años en promedio para obtener un riñón”, sentenció el especialista.

Indicó que puede haber pacientes que esperen más pero otros tienen más suerte y al cabo de unos meses pueden recibir el órgano.

Esto, dijo, depende de varios criterios médicos como la compatibilidad de grupo sanguíneo, la edad, la urgencia del trasplante, las posibilidades de éxito y la antigüedad en la lista de espera.

María Elena Galván Zarza, de 50 años de edad, fue de las pacientes afortunadas, pues solo tuvo que esperar seis meses para recibir el riñón que necesitaba.

María Elena fue diagnosticada con hipertensión arterial desde los 20 años, pero nunca tuvo los cuidados que requería su enfermedad.

Fueron 25 años los que pasaron sin atenderse hasta que un doctor le informó que tendría que realizarse diálisis diariamente porque su riñón ya no funcionaba.

La paciente recordó que estaba renuente a las diálisis pero cuando se sintió muy mal y comenzó a tener dolor de riñón accedió.

Años más tarde el médico le dijo que era candidata a un trasplante y se anotó en la lista de espera.

“Corrí con mucha suerte porque pasaron como seis meses y el doctor que habló para decirme que ya estaba mi riñón. Fue de una persona mayor que falleció”, compartió.

Ese riñón, aseguró María Elena, le dio una segunda oportunidad para vivir.

Tras el trasplante, que el pasado 9 de mayo cumplió un año, debe seguir tomando al menos cinco pastillas diarias, pero su calidad de vida mejoró.

El doctor Ignacio Guerra Gallo detalló que los trasplantes tienen un periodo de vigencia y aunque se han registrado casos de personas que llevan más de 40 años con el órgano donado, no es igual en todos los pacientes.

Explicó que un trasplante no significa que se cura la enfermedad, ya que los órganos también tienen un periodo de vigencia.

En el caso del riñón, a los cinco años funciona al 82 % de su capacidad y a los 10 esto se resude al 60 %. En promedio, afirmó, este órgano puede durar bien poco más de una década.

Mientras que el hígado, por ejemplo, “tiene una expectativa de 15 a 20 años y el corazón de 10 a 12 años”, enfatizó.

El especialista subrayó que existen diversos factores de riesgo para que un paciente rechace el órgano, como transfusiones previas, haber recibido un trasplante antes y, en el caso de las mujeres, el embarazo.

Con un promedio nacional de 2 de cada 10 cadáveres que son donantes, según el doctor, México se ubica muy detrás de España, aseveró.

España es el país líder en tasa de donantes, ya que llegó en 2018 a 48 personas por millón de habitantes, una cifra que dista enormemente del segundo puesto mundial, Estados Unidos (31,7 por millón de habitantes), según cifras oficiales.

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