Comer más pollo que carne roja reduce notablemente las emisiones contaminantes
Washington — El consumo de carne de pollo en lugar de carnes rojas contribuye a la reducción de los gases que causan el calentamiento global, según un estudio presentado este lunes ante la asamblea anual de la Asociación Estadounidense para la Nutrición.
El estudio, encabezado por Digo Rose, director de nutrición en la Universidad Tulane, apuntó que la producción de alimentos es un contribuyente importante al cambio climático ya que aporta casi el 25 por ciento de las emisiones globales de carbono.
La asamblea se celebra en el Centro de Convenciones de Baltimore (Maryland) con la asistencia de más de 3.600 investigadores y profesionales vinculados a la nutrición, la salud pública y los sistemas y la ciencia de la producción de alimentos.
El estudio de Rose se sustenta en la información sobre más de 16.000 personas que participaron entre 2005 y 2010 en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, dentro de la cual se pidió a los participantes que recordaran todo lo que habían comido en las 24 horas anteriores.
Con esa información, los científicos determinaron qué comidas habían tenido las emisiones de gas que causan el calentamiento de la atmósfera, y calcularon el impacto en carbono de cada dieta individual.
“Encontramos que con una sustitución de carne vacuna por pollo, el resultado fue una reducción de casi a la mitad de los gases promedio”, dijo Rose.
Los investigadores señalaron que las diez comidas con el mayor impacto en el ambiente contenían todas cortes de carnes rojas, y que alrededor del 20 por ciento de los participantes dio cuenta del consumo de una de estas comidas.
Luego, usando simulacros, los investigadores calcularon un nuevo impacto en carbono para cada dieta reemplazando la carne vacuna con el producto avícola más semejante.
Por ejemplo, un churrasco de carne a la parrilla fue sustituido con pollo a la parrilla, y una porción de carne picada (molida) fue sustituida con pavo molido.
Las comidas derivadas de productos animales contribuyen más a las emisiones de “invernadero” que los alimentos con productos vegetales y, según el informe, las comidas que usan carne de animales rumiantes, como la carne vacuna y bovina, tiene impacto de carbono particularmente alto porque las ovejas y vacas también liberan gas metano.
“Nuestro simulacro mostró que no es necesario renunciar a los productos animales en la dieta para mejorar el impacto en carbono”, dijo Rose. “Basta con una sustitución de alimentos para alcanzar, en promedio, una reducción de casi el 50 por ciento en el impacto de carbono de una persona”.