La Fed se reúne bajo la insistente presión de Trump para que baje los tipos
Washington — La Reserva Federal (Fed) inició hoy su reunión de dos días sobre política monetaria bajo la presión para bajar tipos de interés del presidente Donald Trump, el mismo día que éste cargó contra el Banco Central Europeo (BCE) por su política de estímulo.
Justo cuando los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed comenzaron su encuentro en Washington, Trump sorprendió con un dardo inesperado: esta vez contra el BCE, al que criticó precisamente la política de apoyo monetario que viene pidiendo a su banco central.
“(El presidente del BCE, Mario) Draghi acaba de anunciar que vendrán más estímulos, lo cual de inmediato devaluó el euro en relación con el dólar, haciendo más fácil para ellos (los europeos) la competencia contra EE.UU.”, dijo el mandatario a primera hora de la mañana desde su cuenta de Twitter.
“?Los mercados europeos suben tras comentarios (injustos para EE.UU.) hechos hoy por Mario D!”, agregó Trump.
El organismo dirigido por Jerome Powell emitirá mañana a las 02 p.m. (ET) su comunicado y presentará sus nuevas proyecciones de crecimiento económico, y posteriormente su titular ofrecerá una rueda de prensa.
Gran parte de la atención estará en torno al uso, o no, del término “paciente”, utilizado de manera continuada por la Fed para caracterizar su enfoque a la hora de modificar los tipos de interés, actualmente entre el 2,25 % y 2,5 %.
El banco central ha mantenido estables los tipos de interés desde la última subida, que llevó a cabo en diciembre de 2018.
La escalada en la guerra comercial desencadenada por el agresivo proteccionismo de Trump ha aumentado la inquietud global sobre la evolución económica y junto a la persistente baja inflación en EE.UU. han abierto la posibilidad, impensable a comienzos de año, de que la Fed recorte el precio del dinero.
“Me gustaría primero decir unas palabras acerca de los recientes acontecimientos relacionados con las negociaciones comerciales y otros asuntos. No sabemos cómo o cuándo estos temas se resolverán”, indicó Powell en una conferencia en Chicago a comienzos de mes.
“Estamos vigilando de cerca las implicaciones de estos hechos para las perspectivas económicas de EE.UU. y, como siempre, actuaremos de manera apropiada para sostener la expansión con un fuerte mercado laboral y una inflación cerca de nuestro objetivo simétrico del 2 %”, agregó.
La frase de Powell fue interpretada como el primer reconocimiento desde la Fed de que podría bajarse el precio del dinero.
A ello hay que sumar la presión insistente de Trump, quien no ha dejado de criticar el, a su juicio, “error” cometido por la Fed en su ajuste monetario de finales de 2018 y su llamado a reducir los tipos de interés para avivar la actividad económica.
Los últimos indicadores económicos, no obstante, han remarcado la buena salud de la economía nacional, con un ritmo de crecimiento anual del 3,1 % en el primer trimestre y un desempleo que cerró en abril en el 3,6 %, en niveles no vistos en casi medio siglo.
Al complejo panorama se suma ahora, tras semanas de dudas, el anuncio de un “encuentro prolongado” entre Trump y el presidente chino, Xi Jinping, en la cumbre del G20, en el que se espera ambos líderes traten de lograr una tregua a sus disputas comerciales.
Como consecuencia, se han comenzado a ver las divisiones internas existentes en el seno de la Fed, con declaraciones casi opuestas de algunos de sus miembros.
“Quiero tomarme un poco más de tiempo (antes de valorar la bajada de tipos) porque algunas de estas cuestiones podrían revertirse”, apuntó Robert Kaplan, el presidente de la Fed de Dallas.
Frente a esto, James Bullard, gobernador de la Fed en San Luis, remarcó que es precisamente “el factor de la incertidumbre en el comercio global el que está añadiendo impulso al argumento de un recorte de tipos”.
Los mercados se decantan porque la Fed mantenga sin cambios el precio del dinero y señalan como más probable para un movimiento la próxima reunión, a finales de julio, donde se contará con más información.
“Si reacciona, la Fed corre el riesgo de provocar la misma volatilidad que está tratando de sofocar”, advirtió la semana pasada Tom Porcelli, economista jefe de RBC Capital Markets