Bacterias mortales hechas arte en el museo de los CDC
Atlanta (GA) — Invisibles para el ojo humano, bacterias mortales pueden convertirse en obras de arte como demuestra el museo de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la agencia federal encargada de investigar y combatir desde el ébola a la gripe común.
El museo, que resalta el valor de la salud pública a través de la prevención, presenta “El Mundo de lo Invisible: Intersecciones entre el Arte y la Ciencia”, muestra que explora lo que el ser humano es incapaz de percibir a simple vista pero podría matarnos y la forma en que se interactúa con esta realidad.
Ese mundo microscópico de células y bacterias, dice a Efe Judy Gantt, directora del Museo David J. Sencer de los CDC, se reúne en la obra de diez artistas de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, quienes interpretan a su manera este delicado mundo invisible y “exploran la ciencia como inspiración para sus obras”.
Elementos de la biología, la microbiología y el mundo microscópico se transforman en esculturas y pinturas, videos, secuencias fotográficas o propuestas menos tradicionales con técnicas en las que algunos artistas usaron las propias bacterias y virus.
Por ejemplo, en “Collisions” (Colisiones), la artista Amie Esslinger, natural de Atlanta (Georgia), donde están las sedes de los CDC y del museo, utiliza papel, aluminio, madera, sílice o incluso pestañas postizas para recrear un mundo microscópico con claras referencias al pintor austríaco Gustav Klimt.
La exposición, abierta hasta el 30 de agosto, es la última novedad de este museo afiliado a la red del Smithsonian y que en otra de las plantas de su amplio edificio documenta la devastadora gripe “española” de 1918.
Esta pandemia afectó a un tercio de la población mundial y causó la muerte a más de 50 millones de personas, según datos de los CDC, aunque otras fuentes cuantifican las víctimas en 100 millones.
“Era conocida como la gripe española, pero en realidad empezó en Estados Unidos, solo que España era el único país que reportaba casos”, explica la directora del museo.
La exposición fue inaugurada con motivo del centenario de la más grave pandemia de la historia reciente de la humanidad, al estimarse que infectó a 500 millones de personas en todo el mundo.
De acuerdo con los CDC, la pandemia fue tan grave que, de 1917 a 1918, la expectativa de vida en los Estados Unidos disminuyó casi 12 años, a 36,6 años para los hombres y a 42,2 años para las mujeres.
Esta muestra hace parte de la exposición permanente sobre la historia de los CDC y su labor a través de los años en la prevención de enfermedades y epidemias, desde la malaria hasta la obesidad, para “mantener saludable a la población”, dice Gantt.
Desde que abriera sus puertas en 1996 con motivo del cincuentenario de la creación de la agencia federal, el museo recibe cerca de unos 90.000 visitantes anuales que por medio de artefactos, documentos e historias ayudan a comprender la labor clave que realizan los CDC desde 1946.
Y es que además de virus y bacterias en este museo hay mucha historia, como la explicación de cómo los CDC ayudaron a la NASA durante la misión lunar del Apolo 11 al desarrollar un protocolo de cuarentena ante el riesgo de que los astronautas pudieran traer consigo patógenos desconocidos.
Y también que los visitantes aprendan la clásica tarea detectivesca que a menudo los científicos de los CDC tienen que realizar para, junto la más alta tecnología, resolver los casos de enfermedades misteriosas.
“Queremos que cuando la gente venga aprenda sobre la historia de la salud pública, pero también acerca de los distintos brotes que nos han afectado y hasta de cómo cuidarse para evitar enfermedades”, explica su directora.