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Primarias demócratas: Pronto se despejaría el panorama

(Cedar Attanasio / AP)
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Associated Press

El contingente de aspirantes a la nominación presidencial demócrata más grande de la era moderna podría reducirse significativamente a corto plazo, ya que varios candidatos corren peligro de no poder satisfacer los requisitos para participar en los debates de septiembre y octubre.

Con poco apoyo y dinero, y maniatados por rígidas reglas, políticos que hasta hace poco prometían llevarse el mundo por delante están a punto de pasar a ser figuras de relleno. La lista de aspirantes en peligro incluye a Julián Castro, a pesar de su buen desempeño en el debate de la semana pasada; Kirsten Gillibrand, una de las feministas más militantes del partido, y Cory Booker, quien ganó proyección nacional como alcalde de Newark, Nueva Jersey.

Se avecina un período clave en el que podría despejarse el panorama y se tendrá una mejor idea de quienes pelearán la nominación. La dinámica de la contienda es tal que los candidatos se ven obligados a gastar más dinero del que querrían en esta primera etapa para mantenerse en carrera, a la que podrían terminar sobreviviendo una partida de políticos de edad avanzada, más bien blancos y probablemente varones, algo que seguramente no caería muy bien en un partido que se precia de su diversidad.

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“Hay algunas campañas que ya están dando manotazos de ahogado”, comentó Andrew Yang, uno de los aspirantes menos conocidos.

De los 20 candidatos que fueron admitidos en la primera tanda de debates en junio y julio, solo seis tienen asegurada su presencia en la de septiembre-octubre, cuando el Comité Nacional Demócrata exigirá a todos los contendientes un mínimo del 2% en las encuestas y de 130.000 donantes.

“Fijamos las reglas de los debates con meses de anticipación para que tuvieran tiempo” de prepararse, expresó el presidente del Comité Tom Perez en una entrevista. “Queremos ser justos con todos”.

Los candidatos todavía tienen tiempo de sumar puntos. Los 20 que participaron en la primera tanda la semana pasada volverán a presentarse en un debate a fines de julio.

No estar en los de septiembre y octubre podría ser fatal para cualquier candidato.

Los únicos que tienen asegurada por ahora su presencia en esos debates son Joe Biden, Bernie Sanders, Elizabeth Warren, Kamala Harris y el alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg, que es la gran revelación de la contienda. Es previsible que Beto O’Rourke también participe, aunque no tiene nada seguro a la luz de su flojo desempeño en el primer debate. Se tomarán en cuenta solo las encuestas hechas entre el 28 de junio y el 28 de agosto.

Varios candidatos rezagados se están viendo obligados a invertir mucho dinero en avisos para atraer nuevos donantes.

Las reglas de la contienda obligan a los candidatos a priorizar la publicidad en la internet, dirigida a zonas con grandes cantidades de potenciales donantes, y no a la búsqueda del voto de la gente en los estados más vitales.

Algunos de los candidatos más débiles están gastando buena parte del dinero recaudado.

Los 416.000 dólares que invirtió Castro en avisos sobre el debate representaron el 37% de lo recaudado en el primer trimestre del año. Jay Inslee gastó el 17% del dinero recaudado desde que lanzó su candidatura, según un análisis de la Associated Press.

Steve Phillips, un afroamericano activista, abogado especializado en temas de derechos civiles, dice que el requisito de tener cierta cantidad de donantes es injusto con la población negra.

“La gente que tiene dinero para donar es mayormente blanca”, se quejó Phillips, quien apoya a Booker.

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Peoples informó desde Washington. Los reporteros de la Associated Press Will Weissert (Washington) y Sara Burnett (Chicago) colaboraron en este despacho.

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