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La exposición histórica a radiación espacial no aumenta el riesgo de cáncer

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EFE

Un estudio de datos de astronautas que viajaron al espacio entre 1959 y 2018 revela que la exposición a radiación espacial en esos años no está asociada a un mayor riesgo de muerte por cáncer o enfermedades cardiovasculares, publica hoy “Scientific Reports”.

Un equipo de expertos dirigido por Robert Reynolds, de Mortality Research & Consulting, en City of Industry (Estados Unidos), examinó datos existentes de 301 astronautas -como se les denomina en EE.UU.- y 117 cosmonautas (término aplicado por Rusia).

Concretamente, analizaron “con métodos estadísticos” la información de todos los astronautas seleccionados desde 1959 por la agencia estadounidense NASA y de todos los cosmonautas “soviéticos o rusos” desde 1961, que hubieran estado en el espacio al menos una vez antes del término del periodo de análisis.

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El periodo de revisión de datos concluía en julio de 2018 para los estadounidenses y en diciembre de 2017 para los rusos, en función de los datos disponibles, se señala en la publicación británica, parte del grupo “Nature”.

El estudio concluye que “las dosis históricas de radiación espacial no se asocian a un riesgo mayor de muerte por cáncer o enfermedades cardiovasculares”, y que los casos de esas dolencias detectados entre las personas investigadas “no comparten una misma causa de fondo”.

Los autores explican que los astronautas y cosmonautas están expuestos en su labor en el espacio a “formas únicas de radiación ionizante que potencialmente pueden conllevar graves riesgos para la salud”.

Sin embargo, apuntan, ningún estudio hasta ahora ha producido “pruebas concluyentes de una posible relación entre la radiación ionizante y el riesgo de muerte por cáncer o enfermedades cardiovasculares”.

Aunque su análisis de los datos históricos indica que no existe tal relación, los científicos advierten de que las futuras misiones de exploración del espacio “podrían estar expuestas a mayores dosis de radiación espacial” que estas registradas en el pasado.

Por este motivo, añaden, puede ser necesario diseñar “diferentes perfiles de riesgo” para los futuros enviados al espacio.

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