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El jefe del Comando Sur dice que EE.UU. planea el “día después” de Maduro

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EFE

El almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, afirmó este jueves que la única preocupación militar de su país con respecto a la situación de Venezuela es trabajar en la planificación de lo que llamó como el “día después” del régimen de Nicolás Maduro.

Faller, en una rueda de prensa que concedió tras reunirse en la ciudad brasileña de Natal con los jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de los países suramericanos, negó que Estados Unidos planee una intervención militar en Venezuela y dijo que su preocupación es con apoyar la transición democrática tras el fin del régimen de Maduro.

“El foco militar del Comando Sur es planear el día después de Maduro. Nuestra prioridad es dar apoyo a los esfuerzos del Gobierno de Estados Unidos para presionar a Maduro, que son esfuerzos diseñados para facilitar una transición democrática en Venezuela”, afirmó.

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“La única intervención (militar), la única invasión a Venezuela fue la promovida por Cuba, Rusia y otros actores externos que no aprecian la democracia”, afirmó el almirante responsable por las operaciones de Estados Unidos en el sur del continente.

Foller aseguró que uno de los principales asuntos debatidos en la Conferencia Suramericana de Defensa (SOUTHDEC 2019), que reunió en los dos últimos días en Natal a altos oficiales del continente, fue la cooperación regional para atender desastres, incluyendo la tragedia humanitaria en Venezuela.

Según el almirante, la crisis venezolana se convirtió en una amenaza a la paz continental y en otro desastre que América tiene que atender, pese a ser un desastre provocado por el hombre.

“Tenemos que colaborar para atender nuestros desafíos, como algunos desastres creados por el hombre, como es el caso de Venezuela. Esos desafíos nos exigen trabajar juntos”, dijo.

“Es importante concentrarnos en los hechos y ellos nos dicen que Maduro provocó una crisis, un desastre que afecta no sólo a la población de Venezuela sino que también tiene impacto en la seguridad de todos los países de la región”, dijo.

De acuerdo con el jefe del Comando Militar del Sur, la reacción de la comunidad internacional a ese desastre se ha centrado en esfuerzos por presionar una transición democrática.

Agregó que esos esfuerzos pueden dar frutos debido tanto a la debilidad del régimen de Maduro como a la unión de los demás países.

“Maduro está aislado y perdiendo amigos. Y la comunidad internacional está unida”, afirmó.

El almirante aseguró que encuentros como el realizado esta semana en Natal son importantes debido a que el diálogo regional es esencial para enfrentar los desafíos del continente y para ayudar a hilvanar una cooperación en defensa que garantice la paz y la estabilidad en América.

Dijo que varios países de la región están ayudando a superar “la tragedia venezolana, que fue resultado del gobierno de ese país”.

En la misma rueda de prensa el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Brasil, general Raul Botelho, aseguró que en los dos días de reuniones los jefes militares de la región analizaron todos los problemas que afectan el área de la defensa en Sudamérica y acordaron formas de cooperación regional para la atención de los desastres naturales.

“En el debate sobre acciones para llevar ayuda humanitaria y atender desastres, evidenciamos una extrema complejidad de un asunto que nos remitió a situaciones corrientes que ya vivimos, como los desafíos, mecanismos, y la capacidad de respuesta regional para atender la crisis humanitaria en Venezuela”, dijo el brasileño.

“Realmente nos concentramos mucho en el asunto de la ayuda humanitaria a Venezuela porque todos los países que participamos en la reunión hemos recibido determinados contingentes de refugiados venezolanos y cada uno tiene su tipo de problema por este asunto y su estrategia de asistencia”, dijo.

Agregó que el Gobierno brasileño lanzó en marzo del año pasado la llamada Operación Acogida para recibir a los refugiados venezolanos que ingresan a Brasil; ofrecerles asistencia, tratamientos de salud y documentación; y enviarlos a ciudades del interior del país en las que puedan encontrar empleos.

“Hoy tenemos cerca de 14.000 venezolanos con trabajo en otras ciudades. Pero en Boa Vista (la capital más próxima a la frontera con Venezuela) aún tenemos unos 6.000 refugiados esperando para ser enviados a otros destinos”, dijo.

Según Botelho, cada uno de los países participantes expuso los problemas que enfrentan ante el éxodo venezolano, así como las estrategias adoptadas para atenderlo, las lesiones aprendidas y las formas en que pueden cooperar.

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