En la política estadounidense, tarde o temprano, todo se vuelve a reciclar
WASHINGTON — Desde el principio de las primarias del 2016, todos nos sorprendimos de ver que el tema que mas unía a los dos candidatos presidenciales no tradicionales, en los 2 extremos y en los 2 partidos, Donald Trump y Bernie Sanders era el mismo, el libre comercio.
Lo fue al principio de las primarias presidenciales, lo sigue siendo hoy que ya estamos avanzados. Este concepto de libre comercio apoyado por las grandes industrias y las cámaras de comercio y apoyado con particular entusiasmo también por Hillary Clinton, tiene trinando a millones de personas en EE.UU., que este año, se decidieron a salir y convertirse en votantes. Esto quizás explica el aumento drástico de votantes a favor del partido republicano, que tradicionalmente hasta hoy, no se habían identificado como republicanos.
El resultado de esta semana con la victoria en Michigan de Bernie y del Donald, nos regresa a los años en que Ross Perot introdujo su famosa idea del “giant sucking sound” el sonido de succión gigantesco que causaría “El Tratado de Libre Comercio de Norte América”, NAFTA al llevarse millones de empleos de EE.UU., a México y otros países.
La oposición al libre comercio no es nueva
Recuerda usted que en 1992 fueron Perot y Pat Buchanan, contra el TLC. En el 2008, fue Barack Obama golpeando a NAFTA otra vez, en el 2012 Mitt Romney contra China. En el 2016, son Trump y Sanders… contra todo lo que huela a Libre Comercio.
Michigan, que un día fue la capital del automóvil, hoy es la capital de la gente que exige mas restricciones contra China, Brasil y México; es también el reflejo de los que gritan con jubilo cada vez que Trump habla de imponerle aranceles a todo lo que la industria americana produce fuera de EEUU, y después lo regresa aquí para vender.
Ahora viene Ohio, hoy 15 de marzo, en el segundo martes mas importante hasta hoy de estas primarias del 2016, y otra vez lo que fue uno de los estados mas importantes de la industria americana podría darse la vuelta y morder y rechazar a su propio gobernador John Kasich para poner arriba a Trump.
Aclarando varias cosas
Hay algo importante que aclarar en todo esto, porque el argumento puesto así sobre la mesa de que el “Giant Sucking Sound” que México creo en EE.UU., llevándose a parte de la industria automotriz es muy fácil de exponer y de explotar, porque es lo suficientemente creíble para que la gente común comulgue con el.
Es cierto que cuando hablamos de trabajos en textiles y en fabricación de bienes duraderos como los muebles, y los electrodomésticos, la competencia de la mano de obra en otros países ha costado muchos trabajos en EEUU. Pero hay algo que ha destruido mas trabajos que nadie; los avances de la tecnología, que curiosamente también, han creado trabajos más especializados en el país y en otras naciones que compiten. Trabajos en la industria aérea, en la aeroespacial y en la alta tecnología misma, incluida la alta tecnología militar. Y lo que hay que aclarar es que muchos de esos empleos siguen en Estados Unidos y van a seguir mientras haya jóvenes que cambien las carreras tradicionales del pasado, por las que son importantes y nuevas en el siglo 21.
Michigan y Ohio son ejemplos de perdida masiva de empleos gracias al libre comercio.
Pero, lo que también es cierto es que las industrias que se fueron a buscar empleados baratos a otros países, eran industrias que tenían empleados baratos en la nación, los salarios de esta gente, nunca podrían compararse a los salarios que paga la alta tecnología hoy.
Trump y Sanders usan todo el tiempo la acusación de que, la gente que dirige las empresas, los ricos, son los únicos que se han beneficiado del libre comercio. Bueno, eso es parcialmente cierto, como lo es también, que la gente de arriba en la escala económica siempre se ha beneficiado igual…antes y hoy.
Ahora hay que ver el otro lado de la moneda, es cierto que las empresas automotrices han encontrado un sitio ideal en México, pero es cierto también que ahí no solo se fabrican autos terminados, hay mucho de la industria automotriz de refacciones que se hacen en México, que se integra a los automóviles completos que se siguen ensamblando en Estados Unidos.
Ironías relevantes a estos temas:
Tradicionalmente los demócratas han apoyado a los candidatos que empujan a favor del libre comercio como Hillary Clinton, cuando los sindicatos que son quienes más demócratas tienen entre sus filas, son quienes por obvias razones se oponen a estos pactos entre países.
Los republicanos tradicionales han estado a favor de estos pactos de libre comercio, pero ahora es la gente que sigue a Trump; como los ratoncitos con el flautista del cuento, la que más se opone a que Estados Unidos, por ejemplo, siga con el famoso TPP; El Acuerdo de Libre Comercio Trans-Pacifico.
Adiós a los republicanos de Reagan
Mis amigos los analistas políticos, dicen que estamos viendo el final de la época y la herencia política de Ronald Reagan; de los demócratas conservadores del sur, de los republicanos razonables que entienden la indignación de los hombres blancos del país, que hoy se sienten traicionados por las empresas que se fueron y los dejaron sin empleo.
De acuerdo con las encuestas de salida, el 58 por ciento de los que votaron en la primaria presidencial demócrata de Michigan, dijeron que el comercio con otros países quita empleos en Estados Unidos - y de ellos, el 58 por ciento votó por Sanders.
Lo mismo paso con los republicanos; el 55 por ciento de los que votaron en la primaria de Michigan dijo que el comercio con otros países reduce los empleos en Estados Unidos.
Todos nos equivocamos en enero
Ahí lo tiene usted, al final no han sido los terroristas de ISIS y Al-Quaeda, los que más están influyendo en la decisión de quien y por quien vota la gente en Estados Unidos. Recuerdo que en enero los diarios decían que la política exterior tomaría el centro de esta contienda. Bueno resulta que lo que más resonó con la gente, no es cómo Estados Unidos se lleva y se relaciona con otros países, sino si de esas relaciones internacionales la gente de Estados Unidos termina ganando o perdiendo.
Por eso tiene tanto eco la cantaleta de Trump de que los contratos y los acuerdos internacionales que firma el gobierno en Washington, son redactados por idiotas. Y podríamos discutir esto por muchas horas y en muchos espacios, pero al final, usted no puede culpar a la gente que quiere por lo menos tener la idea de que la próxima vez que un tratado o un acuerdo sea negociado con otro país, la gente común y corriente de Estados Unidos encontrará que gano y no que perdió como resultado.
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