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Tener la vacuna contra el coronavirus en un año está ‘lejos de ser una certeza’

El presidente Trump saluda mientras camina por el jardín sur de la Casa Blanca, el domingo, a su regreso del cercano Camp David, Maryland.
(Alex Brandon/AP)

Una vacuna contra el coronavirus para el invierno requeriría que todo “salga de la manera correcta”, dice un destacado experto.

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Contar con una vacuna contra el coronavirus para fin de año es posible, pero no se debe “confiar” en ello, advirtió el domingo un destacado experto en salud pública, mientras el gobierno de Trump seguía presionando por un reinicio rápido de la actividad comercial para revivir la maltrecha economía estadounidense.

Los asistentes del primer mandatario han promocionado las perspectivas de la vacuna, pero también intentaron desvincular cualquier progreso significativo hacia un protocolo de inmunización de la necesidad de regresar a los lugares de trabajo, las clases y la vida pública, como muchos estados ahora intentan hacer.

“Todo no depende de una vacuna”, comentó el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, en el programa “State of the Union”, de CNN, haciendo eco de las palabras usadas dos días antes por Trump al anunciar una ambiciosa iniciativa mixta para lograr la inoculación generalizada en enero próximo.

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“Con vacuna o sin ella, hemos vuelto”, afirmó Trump el viernes.

Mientras que el número de muertos en EE.UU se acerca a los 90.000, los expertos en salud pública describieron el calendario de inmunización del primer mandatario como ambicioso, tal vez demasiado. “Todo tendría que salir de la manera correcta, y hay muchas formas en que algo así podría fallar”, consideró Tom Inglesby, director del Centro de Seguridad de la Salud de la Universidad Johns Hopkins, quien fue entrevistado en “Meet the Press” de NBC. “Así que, creo que no debemos contar con eso”, agregó, y dijo que una vacuna para este año “está lejos de ser una certeza”.

Tom Frieden, ex jefe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), expresó una precaución similar. Entrevistado en “Fox News Sunday”, destacó que una vacuna sería “el arma más importante que podríamos desarrollar contra este virus”, pero que “todavía no la tenemos”. “Esperamos lograrlo”, remarcó Frieden. “Y que sea pronto, pero no podemos contar con eso”.

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Incluso si se desarrollase una vacuna, los desafíos logísticos para la inoculación en masa serían desafiantes, sopesó el ex jefe de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA), Scott Gottlieb. “Muchas cosas pueden salir mal”, comentó en “Face the Nation”, de CBS. “Una gran cantidad de cosas pueden retrasarse. Es muy difícil llegar al punto de fabricar en grandes cantidades”.

Estados Unidos tiene el mayor recuento conocido de infecciones por coronavirus en el mundo, con más de 1.5 millones de casos confirmados. Pero Azar dijo que un plano constante general en contagios y fallecimientos fue un amplio motivo para seguir adelante con el reinicio de las actividades económicas. “Estamos en condiciones de poder reabrir ahora”, comentó en CNN. También restó importancia a cualquier alarma sobre las imágenes que aparecieron en TV, de bares y restaurantes llenos en los estados que han flexibilizado sus cuidados, y calificó a quienes no siguen las pautas de distanciamiento físico como una minoría. “En cualquier instancia individual, siempre hay gente que hace cosas irresponsables”, afirmó. “Eso es parte de la libertad que tenemos aquí en Estados Unidos”.

Otros aliados de Trump utilizaron un discurso afable similar para describir el hacinamiento en lugares públicos y establecimientos reabiertos en estos días. “Bueno, veo un pequeño subconjunto de habitantes de Wisconsin, celebrando un poco de libertad”, expresó el senador Ron Johnson (republicano de Wisconsin), en CNN. No obstante, agregó que la mayoría de las personas estaban “siendo muy responsables” en términos de uso de máscaras y distanciamiento físico.

Azar también comentó que los picos de infección pronosticados no se habían materializado en estados como Georgia y Florida, que reiniciaron sus actividades rápidamente, aunque reconoció que “todavía era pronto”. Un aumento repentino de la enfermedad probablemente tomaría un par de semanas en detectarse, ya que muchas personas no desarrollan síntomas de inmediato.

El gobernador Mike DeWine, de Ohio, un republicano que ha desafiado los impulsos de Trump por flexibilizar las medidas con rapidez, espera evitar un rebrote en su estado a medida que se alivian las restricciones. “Ciertamente no queremos ver eso”, enfatizó en CNN, y señaló que “gran parte de la situación está bajo el control de cada individuo”.

Para expertos como Inglesby, una disminución en el crecimiento de casos en EE.UU debería considerarse como una prueba de que los cierres funcionaron, en lugar de una señal de que no deberían haberse impuesto en primer lugar. “Creo que los bloqueos fueron necesarios”, destacó. “En realidad, han cambiado el curso de la epidemia en el país”. Como la curva se mueve en la dirección correcta, “ahora es apropiado que los estados comiencen a pensar en cómo reiniciar actividades con mucho cuidado, y hacerlo de la manera más segura posible”.

Frieden, el ex jefe de los CDC, predijo un curso largo y desigual de los brotes en estados individuales, y advirtió que el levantamiento demasiado rápido de las restricciones podría traer nuevos y dolorosos contratiempos. “Es probable que veamos múltiples olas en diferentes partes del país. Si vamos demasiado rápido, será contraproducente”, advirtió.

Trump pasó el fin de semana en Camp David, el sitio de retiro presidencial en Maryland, donde realizó sesiones estratégicas sobre temas que incluyen impulsar la vacuna. “Tuvimos muchas reuniones fabulosas”, declaró ante los periodistas al regresar a la Casa Blanca, el domingo. “Se están haciendo enormes progresos en una gran cantidad de frentes, incluida la búsqueda de una cura para esta horrible plaga que ha acosado a nuestro país”.

Al mismo tiempo, un asistente de alto rango desató una nueva feroz diatriba contra Richard Bright, un experto en vacunas convertido en denunciante, que le dijo al Congreso la semana pasada que la administración ignoró las advertencias tempranas sobre los peligros del virus.

El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, en el programa de ABC “This Week” aseveró que Bright, quien fue destituido de su cargo como jefe de una agencia federal de investigación médica y se negó a ser reasignado a un puesto menor, había “abandonado” al gobierno en un “momento trágico”. “Podríamos haberlo usado en el campo de batalla”, destacó Navarro, quien rechazó una invitación para testificar ante el mismo subcomité del Congreso que Bright.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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