Anuncio

El triste final del matrimonio de dos jóvenes enfermos de fibrosis quística que conmueve a EEUU

Share via

El inevitable momento para Katie y Dalton llegó con cinco días de diferencia.

La pareja de esposos durante cinco años compartió su lucha contra la fibrosis quística, una enfermedad que obstruye los pulmones y que no tiene cura.

Katie Prager, de 26 años, murió este jueves, tan solo cinco días después del fallecimiento de su esposo, Dalton Prager, de 25.

“Sé que Dalton la estaba esperando con los brazos abiertos, así como sus dos abuelas y muchos familiares y amigos que se han ido antes que ella”, escribió la madre de Katie en Facebook.

Anuncio

Katie y Dalton se casaron en 2011 después de conocerse a través de esa red social.

Los médicos les habían advertido de los riesgos de formar una pareja, debido a la probabilidad de que Dalton le transmitiera una infección a Katie.

La edad media de supervivencia de un paciente de fibrosis quística ronda los 40 años.

La pareja se había visto obligada a vivir en estados diferentes en los últimos años y estuvieron juntos por última vez en su quinto aniversario de bodas, en julio pasado.

Katie vivía en Kentucky, mientras que Dalton residía en Misuri.

Recibieron sendos trasplantes de pulmón, pero no funcionaron.

Dalton quiso desesperadamente viajar a Kentucky para ver a Katie por última vez antes de su muerte, lo cual no pudo lograr.

“Lo intentó muchas veces y lo intentó muy duro. Desafortunadamente, su cuerpo no está de acuerdo con lo que él quiere hacer”, dijo su madre Renee Prager al diario St. Louis Post-Dispacht.

En internet la pareja había juntado dinero para su tratamiento y había compartido el testimonio de sus experiencias, lo que atrajo la atención de muchos medios en Estados Unidos.

La comparación con el libro y la película “Bajo la misma estrella”, que cuenta la historia de una joven pareja que lucha contra el cáncer, se solía asociar a sus nombres.

Dalton se quejaba en una petición para reunir fondos en línea en YouCaring.com de la manera en que los seguros de salud trataban a su esposa.

“¡Están convirtiendo a mi esposa en un número, una estadística, un signo de dólar, no puedo perderla! ¡Esto no puede ser el final de nuestra historia de amor!”.

Habían logrado reunir tres cuartas partes de los US$100.000 para financiar sus tratamientos, pero ya no hubo más tiempo.

Anuncio