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Entrevista: Daniel Ruiz García: ‘sigue resultándome mucho más íntimo la escritura de un libro que la de un guión’

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Daniel Ruiz García (Sevilla, 1976), es honesto, sabio, un conversador nato, autor sin fabulaciones preconcebidas, sin orgullo, sin prejuicios, sin vanidades, no las necesita.

Daniel Ruiz García es escritor, periodista y especialista en comunicación. Ha publicado las novelas ‘Chatarra’, ‘Perrera’, ‘La Canción donde ella vive’, ‘La mano’, ‘Moro’, ‘Tan lejos de Krypton’ y ‘Todo está bien’.

Ha obtenido algunos premios y reconocimientos, como el Premio de Novela Universidad Politécnica de Madrid a la edad de 19 años, el V Premio de Novela Corta Villa de Oria 2010, el Premio Onuba de Novela 2012 y finalista en premios como el Ojo Crítico de Narrativa de RNE o el Premio Andalucía Joven de Narrativa. La revista Cuadernos Hispanoamericanos lo sitúa como uno de los referentes de la literatura underground nacional.

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“Lo más importante es la comunicación… es escuchar lo que no se dice”, decía el mayor filosofo de la administración del Siglo XX, Peter F. Drucker. ¿Por qué te decidiste por la Comunicación como carrera profesional?

Aún no lo sé del todo. Supongo porque a mí lo que me gustaba, desde siempre, era escribir. Y también porque me considero un “cotilla” patológico, un ‘flaneur’, si nos ponemos finos. Me encanta observar los comportamientos, escuchar conversaciones ajenas, ver pasar la vida a mi lado. No comprendo a la gente que se aburre estando solo en una cafetería o un bar. Yo podría pasarme el día entero en ellos, y me divertiría, sólo observando. De hecho, le debo mucho a esa observación, mi literatura se nutre de la vida mucho más que de los libros.

¿Cómo defines la llamada literatura o poesía de La Conciencia?

No sé por qué me han etiquetado en eso, es algo que alguien ha escrito sobre mí, pero que creo que se aleja bastante de mis presupuestos literarios. No quiero decir que no me considere un autor que escribe desde la conciencia social, y que la diana de mis dardos sea el neoliberalismo, pero hay una parte de esa línea de literatura que me aburre. A mí me gusta, sobre todo, jugar, divertirme, aunque esa diversión siempre tiene un punto de crítica, y aunque casi siempre el juego se desarrolla sobre lo social. Pero no me veo ahí como escritor. Como lector, por supuesto, siempre me ha interesado.

Has ganado diferentes reconocimientos, entre los que destacan el Premio de Novela Universidad Politécnica de Madrid 1997, el V Premio de Novela Corta “Villa de Oria” 2010, el VIII Premio de Novela Onuba y el gran Premio Tusquets de Novela. ¿Qué representan para Daniel Ruiz García las distinciones?

Una forma de buscar visibilidad en medio de un panorama, el literario, donde resulta muy difícil que te echen cuenta. Cada vez se lee menos, además, por lo que el esfuerzo ahora ha de ser mayor: es un negocio con muchos actores pero que genera muy poco dinero. El resultado es mayor conservadurismo, la búsqueda de la apuesta segura y la asunción de muy pocos riesgos. Nunca he tenido, como lo tengo ahora, la confianza de un sello editorial que me arrope, por lo que me he visto obligado a asirme a los premios como forma de conseguir la publicación de mis libros.

Fuiste coguionista del corto Chatarra de Rodrigo Rodero, seleccionado para mejor cortometraje en los Oscars 2006, un corto basado en tu novela editada por Calambur. ¿Qué te dejó esta experiencia?

Fue una experiencia muy bonita, por el hecho de ver mi libro transformado en lenguaje cinematográfico, y porque me permitió comprobar lo distintas que son las dinámicas del cine frente a las de la literatura. Indudablemente, vamos hacia lo audiovisual, pero sigue resultándome mucho más íntimo y agradable la escritura de un libro que la de un guión.

¿Cuál es tu enfoque personal del periodismo?

Mi enfoque es que atravesamos un momento de confusión, de incertidumbre. La eclosión de Internet ha impuesto nuevas dinámicas en la generación del contenido que están afectando al nivel del discurso. Ahora lo que se impone es lograr muchas visitas, y para ello no importa sacrificar el estilo y cometer atrocidades desde el punto de vista periodístico. Se priman los titulares simples y enunciativos, los textos breves y con llamadas a la acción (¿Quieres probar? ¿Qué te parece?, etc), los textos que reiteran las keywords o palabras clave para generar mejor posicionamiento. Vivimos en la dictadura de los bots, y eso se está llevando por delante el periodismo. Se valora la inmediatez y el amarillismo, y se pierde de vista lo reflexivo, lo analítico y todos los elementos que han dado solidez al periodismo de toda la vida. No soy demasiado optimista en relación con el periodismo. Al menos, con el periodismo que se cultiva en los medios de comunicación online. Es posible que el mejor periodismo del futuro vayamos a encontrarlo precisamente en los libros.

Háblame de Perrera, “una historia de supervivencia cotidiana en un barrio humilde”, como dice Francesco Spinoglio.

Perrera es una novela a la que guardo un gran cariño, porque fue la segunda que escribí, después de un periplo de diez años (tras publicar a los 19 Chatarra, pasó casi una década hasta Perrera) en los que di bastantes “bandazos”. Es una novela bastante desconocida, e inencontrable, pero que cuenta con grandes y fieros adeptos. Lo más cerca que estaré nunca, supongo, de escribir una novela “de culto”. Tengo interés, de hecho, en rescatarla, pero para ello se tienen que dar las condiciones adecuadas. Es una novela muy musical, y también muy visceral, que habla, como casi todas mis novelas, de los márgenes, pero en este caso de la marginalidad juvenil. A ver si conseguimos resucitarla algún día.

“Ningún perro vuela en la perrera, no son pájaros ni moscas que puedan abandonar la jaula porque todos valen lo mismo: el mordisco que los mata”. Eso está sublime. ¿De dónde proviene en ti, toda esa furia al momento de escribir?

Me considero un escritor que siempre escribe a impulsos. Todas mis novelas surgen de reacciones frente a hechos que me repelen, repugnan o me producen inquietud. Esa forma de escribir, arrebatada, contagia mi estilo, que siempre es un estilo algo asalvajado, muy expresivo, con una apariencia premeditada de inmediatez. Creo que el texto literario debe ser rítmico, musical, que te agarre y no te suelte, llevándote en volandas hasta el siguiente capítulo. Me gusta escribir pensando en que mañana no me levantaré y no podré seguir y esas serán mis últimas líneas. Porque puede ser verdad. Esa urgencia, esa sensación de provisionalidad, es la que me contagia el tono.

¿De quién es la fotografía en la tapa de Tan Lejos de Krypton? Debo decir, que en verdad, me causa un poco de envidia, está perfecta. Háblame de ella.

Somos mi hermano y yo, estrenando los regalos de una Navidad de hace más de 30 años. Esa es una novela sobre la infancia y sobre el tiempo en que todos nos sentíamos superhéroes. Creo que le daba el tono perfecto a la novela.

¿Por qué una novela, aparentemente sobre “superhéroes”? yo diría, más bien, que es una novela generacional.

Es una novela de iniciación sobre la infancia perdida y sobre el tiempo en que todos, como te decía, podíamos manejarnos con la vida como superhéroes. Pero evidentemente, es una novela muy personal, con unas coordenadas espacio-temporales muy concretas: la España de los años 80.

¿Qué opinas de Montero Glez?

Me parece uno de los autores más talentosos y sobre todo más libres de la literatura española. Es un verdadero ácrata, que hace y dice lo que le da la gana, y quizá por ello sufre un injusto silencio o una menor proyección de la que su altura literaria debiera tener. Un referente de nuestras letras.

¿Qué autores mexicanos sueles leer constantemente?

Son muchos y muy talentosos, México es una de las indudables cunas de la literatura contemporánea. He leído con pasión a Octavio Paz y a Rulfo (siempre vuelvo a Pedro Páramo), de Carlos Fuentes he aprendido mucho, y más reciente me interesa tremendamente lo que hace Élmer Mendoza. Pero tengo algunas deudas imperdonables que tarde o temprano repararé, como Pitol o Volpi.

¿Cómo es el panorama editorial en España?

Yo diría que se escribe mucho, y que no hay tiempo para leer a casi nadie. Diría, sí, que hay una sobreoferta de títulos, con una rotación vertiginosa que hace que un libro de 2016 ya resulte anticuado. Por otro lado, hay un interesante fenómeno en España que es el de la edición independiente, donde se están haciendo cosas maravillosas.

¿A quién recomendarías para ser entrevistado por este medio?

Por ejemplo, a Montero Glez, de quien hemos hablado. Además de un fabuloso escritor, tiene maravillosas historias y originales puntos de vista que pueden resultar muy interesantes para tus lectores.

*Mixar López es un periodista y escritor mexicano radicado en Estados Unidos, especializado en temas de literatura y música

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