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¿Necesita un consejo paterno? En Corea del Sur, un canal de YouTube ofrece exactamente eso

Mun Jung-ho, actor de voz surcoreano y "Papá de YouTube" para más de 50.000 suscriptores, habla con sus suscriptores.
Mun Jung-ho, actor de doblaje y “papá de YouTube” para más de 50.000 usuarios, habla con sus suscriptores. Mientras la cantidad de surcoreanos que viven solos en entornos hiperurbanos aumenta, algunos recurren a la plataforma en busca de una apariencia de contacto humano e incluso de familias virtuales.
(YouTube)
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Cuando Mun Jung-ho lanzó su carrera en YouTube, hace un par de años, a la madura edad de 50, no estaba seguro de qué quería para su canal.

Mun, un actor de doblaje durante el día, experimentó con varias tendencias populares en Corea del Sur. Grabó reseñas de video de campamentos y equipamiento para la vida al aire libre. Intentó con mukbang, videos con un primer plano de sí mismo comiendo, una locura que les da a los espectadores la ilusión de que no están comiendo solos. Incursionó en la respuesta autónoma sensorial de meridianos (ASMR, por sus siglas en inglés), los videos de sonidos intensos que provocan cosquilleos y que se estaban convirtiendo rápidamente en un furor.

Luego, unas pocas semanas después, un espectador comentó acerca de uno de sus clips: “Me recuerdas a mi papá”.

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Mun tomó el comentario muy en serio y comenzó a interpretar el papel de un “papá de YouTube”, que hablaba directamente a la cámara, acompañado de relajantes sonidos de ASMR. A veces, era un padre que comía comida china con su hijo después del trabajo, o uno que peinaba y trenzaba suavemente el cabello de su hija, otras veces el papá que lustraba un par de zapatos gastados mientras monologa sobre sus hijos.

En cada video, hacía el papel del padre que deseaba haber tenido en su infancia, y el que luchó por ser para su propio hijo: cálido, expresivo y comprensivo, una rareza en la sociedad patriarcal de Corea del Sur, donde se espera que los progenitores sean solemnes y autoritarios. “Lo estás haciendo bien, te irá genial. Papá cree en ti”, decía a la cámara. “Haz lo que realmente quieres en tu vida, o te arrepentirás”.

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La cuestión dio en el blanco. Muchos de sus más de 53.000 suscriptores comenzaron a llamarlo appa -“papá” en coreano-. En la sección de comentarios, le cuentan sobre su día, hablan de lo que les preocupa y sobre todo le piden consejo, desde la escuela hasta el trabajo y la vida en general.

Muchos se duermen con el reconfortante sonido de su voz. Confían en él, un extraño a quien conocen sólo a través de la pantalla de su teléfono inteligente, y le cuentan algunos de sus pensamientos más profundos y personales.

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Era una presencia estricta y amenazante, lo amaba, pero no podía atreverme a expresarlo... Escuchar tu voz me deja sin habla al pensar en mis padres... Él lucha contra el alcohol pero dice que no puede dejar de beber. Recuerdo que me escondía asustado debajo de las mantas cada vez que volvía a casa borracho.

Mun es sólo una de las personalidades de YouTube que ofrecen algo que muchos parecen anhelar en la Corea del Sur hiperurbana, donde muchas personas viven apiñadas en edificios altos, sin embargo cada vez más aisladas unas de otras: una apariencia de conexión humana.

La soledad es un problema social creciente en todo el mundo desarrollado. En Corea del Sur, donde cada vez más jóvenes eligen vivir por su cuenta y los lazos familiares tradicionales se están debilitando, tres cuartos de los adultos reconocieron en una encuesta reciente que habían sentido soledad el mes pasado. Uno de cada cuatro dijo que con frecuencia, o casi siempre, se sentía solo. Con algunas de las velocidades de internet más rápidas del mundo, muchas personas están conectadas a las pantallas de sus teléfonos, incluso en los espacios más concurridos y en compañía de sus familiares y amigos más cercanos.

Cada vez más, los surcoreanos recurren a YouTube para llenar el silencio en sus días. El tiempo que pasan viendo videos en la plataforma se ha cuadruplicado desde 2016, por lo cual es la aplicación más usada, según las estadísticas publicadas en noviembre pasado por un grupo de investigación de la industria.

Mun Jung-ho se prepara para una transmisión de YouTube en vivo en su estudio casero en Seúl. Mun, un actor de doblaje de 52 años de edad, crea videos como "YouTube Dad" (papá de YouTube) con su relajante tono barítono, ofreciendo así una conexión humana a sus más de 50.000 suscriptores.
(Victoria Kim / Los Angeles Times)

En YouTube, los surcoreanos pueden sintonizar con una mamá, amiga, novio o abuela virtual, que les susurre algo al oído, los arrulle para dormir, o coman o beban con ellos como si estuvieran en el mismo sitio.

El caso de Mun no es más que una porción de ese mercado (las estrellas populares de YouTube tienen millones de seguidores), pero ha acumulado una base de suscriptores fieles, a los que él se refiere como sus hijos e hijas virtuales, que van desde adolescentes en edad escolar hasta treintañeros con sus propios niños.

Al principio, el juego de rol de Mun como padre era, en su mayoría, un truco para su ASMR y sus videos de comidas, donde resaltaba el hecho de que era más viejo que la mayoría de las estrellas de YouTube por unas décadas. Pero a medida que docenas y luego cientos de usuarios comenzaron a dejarle comentarios cada vez más conmovedores y personales, se dio cuenta de que se estaba convirtiendo en mucho más que una novedad en línea para muchos de ellos.

Al leer sus comentarios, Mun comprendió lo aislados que muchos hijos se sienten de sus familias. “Fue desgarrador. Muchos de nuestros niños están realmente pasándola mal”, recordó. “Me di cuenta de que no hay suficiente conversación en nuestros hogares, que la comunicación simplemente no ocurre”.

Así, comenzó a pasar horas respondiendo personalmente -como él mismo, no como su personaje- a cientos de comentarios individuales. Les daba su número personal y su dirección de correo electrónico, hablaba con muchas personas por teléfono o por mensajes de texto y les ofrecía consejos basados en cosas que había aprendido de la manera más difícil en sus tortuosas cinco décadas de vida.

“Tengo 28 años y estoy desempleada desde hace una semana”, escribió un usuario. “Vine en busca de consuelo; era exactamente lo que necesitaba hoy :) ¡Gracias!”.

En una respuesta prolongada, Mun le dijo: “Hay cosas que simplemente nunca funcionan, no importa lo duro que lo intentes. Al final, todo se convierte en experiencia y conocimiento. A veces, podría ser mejor dejar de nadar contra la corriente y flotar junto con ella... Anímate, todo saldrá bien. Creo que podrás resolverlo en absoluto”.

Aproximadamente un año después de comenzar su canal de YouTube, comenzó a abrirse sobre su propia vida en una publicación que acompañaba a uno de sus videos, en el cual le dijo a sus espectadores lo mucho que el canal de YouTube significaba para él.

“Cuando era joven, mi padre era objeto de miedo y temor. Estoy seguro de que estaba molesto porque yo era un hijo problemático, pero eso lo llevaba a la violencia “, escribió. “Los padres en ese entonces eran malos para expresarse. Los padres coreanos incluso hoy en día tienden a ser estoicos”.

La mayoría de las personas de su edad, escribió Mun, crecieron sin sentir mucho amor de sus propios padres. Él quería cambiar eso para la próxima generación, en un video de YouTube a la vez. “Mi padre, que alguna vez fue aterrador, ahora es un anciano de casi 80 años, con la espalda encorvada y muy delgado... Por todo el amor que nunca recibí, estoy seguro de que hay muchos otros hijos e hijas en este mundo que siguen sufriendo. Me gustaría ayudarles a sanar. Quiero ser una pequeña curita en sus heridas”.

“Mis padres se divorciaron recientemente y no he hablado con mi papá en aproximadamente dos años. Mis amigos hablan con sus padres por teléfono y pasan tiempo con ellos, pero yo mentí y dije que el mío tenía que ir a trabajar. Extraño tomarlo de la mano e ir a comer tonkatsu con él, pero también lo odio por lo que le hizo a mi madre... Tu video hizo que me diera cuenta de que mi padre solía hablarme en el mismo tono que tú, pero yo lo ignoraba... Gracias, te quiero ”.

En los dos años que lleva como “papá de YouTube”, Mun ha escuchado de todo. La gente le ha contado historias de padres infieles, intimidación en la escuela, abuso de sus progenitores, estrés intenso en el competitivo entorno académico de Corea.

Como él les dice a muchos de sus usuarios, sabe de primera mano por lo que están pasando.

Mun creció en Jeju, una isla frente a la costa sur de la península de Corea. Su madre se marchó cuando él tenía siete años, y lo abandonó al cuidado de sus familiares hasta que su padre se volvió a casar. Mun se convirtió en un adolescente rebelde, que huyó repetidamente de su hogar a lo largo de su juventud. Se imaginaba a sí mismo como un Huck Finn, que vivía en el bosque y subsistía poniendo trampas para animales salvajes o la pesca submarina. Cada vez que regresaba a casa, se encontraba con la ira y los golpes de su padre.

Mun Jung-ho, de 52 años, graba una transmisión en vivo para su canal de YouTube en abril de 2019, desde un improvisado estudio en su apartamento semisótano en Seúl , junto con su compañera YouTuber Lee Tae-geum. Mun, un actor de doblaje de Corea del Sur, interpreta a un padre que ofrece consejos y palabras de aliento.
(Victoria Kim / Los Angeles Times)

Como adulto, después de que un fallido emprendimiento comercial lo llevó a divorciarse de su primera esposa, Mun quedó como padre soltero con un hijo de siete años. Mientras pasaba de un empleo extraño a otro, luchando por pagar la renta de la pequeña habitación que compartía con su niño, descubrió que se estaba convirtiendo en el mismo padre estricto y enojado que había resentido en su infancia. “Me di cuenta de que tenía que cambiar”, recordó. “No puedo mejorar a mi hijo reprendiéndolo y castigándolo. Necesitaba aceptarlo con mi corazón”.

Siempre había tenido una voz distintiva y resonante; a menudo, cuando era camarero, los clientes en las mesas le hacían comentarios al respecto. A los 40 años, apareció en un documental televisivo como aspirante a actor de doblaje, que luchaba por escapar de la pobreza. Eso le abrió las puertas y comenzó a trabajar como narrador de voz en off en las principales cadenas de televisión y programas de compras desde el hogar.

Poco a poco, construyó otra relación con su hijo; jugaba videojuegos con él, aprendió a escucharlo y se conectó con él como un amigo, con el que podía hablar sobre cualquier cosa. Luego conoció a una mujer, y se volvió a casar. Finalmente comenzó a sentir que tenía control sobre su vida.

Fue entonces, desde su apartamento semisótano en Seúl, que comenzó a publicar videos en YouTube, como un plus para complementar su trabajo irregular e independiente. Tenía poca idea de cómo terminaría todo ello.

Mi padre es muy estoico. Es patriarcal, pero siempre fue tan bueno conmigo, y era evidente lo mucho que me atesoraba. Fumaba; el olor siempre estaba en su ropa y en su piel... A veces yo lo evitaba, por el hedor. Ahora tiene cáncer de pulmón y no le queda mucho tiempo... Debería haber pasado más tiempo con él, disuadiéndole de fumar. Simplemente lo evitaba sin decir nada, porque odiaba el olor. Todo lo que me queda es el arrepentimiento.

Kim Hyun-a, un ama de casa de 36 años, se cuenta entre las hijas virtuales de Mun. Muchas noches, se siente vacía después de que su esposo se marcha a trabajar en su turno de noche y ella ha acostado a sus hijos. Entonces mira YouTube por horas.

Hace dos años que se suscribió al canal de Mun y ha visto algunos de sus videos una y otra vez, más de las que puede contar. Mun, explica, tiene una sonrisa y una calidez similares a las de mi fallecido padre, quien murió hace más de una década. “Él dice lo que muchos padres probablemente no pueden expresar”, asegura. “Él es sincero”.

Ella le habla regularmente sobre sus frustraciones con la crianza de los hijos y los problemas en las escuelas de éstos. Organiza reuniones en la vida real con otros fanáticos del canal y se hace amiga de algunos que recurren a Mun.

James Jeong, de 25 años, recién graduado de la universidad, le confió a Mun los problemas con un amigo sobre los que no puede hablar con su padre real. Cuando Jeong era chico, su papá estaba ocupado administrando un negocio y rara vez se le veía en la casa; nunca tuvieron conversaciones muy profundas, cuenta.

“Es como tener un segundo padre”, expresa, sobre Mun. “Lo quiero como a un papá”.

Tienes la misma edad que mi papá y me recuerdas mucho a él. Mi padre está lejos de casa, trabajando como obrero para ganar dinero. Soy una hija tan inexpresiva que nunca le mostré cómo me siento. Al escuchar tu ASMR, appa, la idea de un padre comenzó a parecerme un poco más accesible y familiar. Y hoy, traté de decirle que lo amaba por primera vez. Finalmente, después de 28 años, hice lo que me resultaba tan difícil, y se lo dije. Me siento conmovida, orgullosa y llena de cariño. Gracias.

El canal le genera un ingreso modesto de unos cientos de dólares al mes, que no es suficiente para cubrir el costo de las cámaras, los micrófonos y los accesorios que sigue comprando para hacer videos de mejor calidad. Sin embargo, Mun publica algunos clips a la semana, además de transmitir en vivo de vez en cuando para hablar directamente con sus suscriptores. Se siente obligado a continuar para sus muchos hijos e hijas en línea, por lo mucho que confían en él. Su hijo de la vida real, ahora de 25 años, mira sus videos y le da su opinión; su voz se escucha de fondo en algunos de los clips.

El padre de Mun, ahora de 78 años, no posee un teléfono inteligente y tampoco tiene idea de qué es YouTube. A pesar de que sigue siendo brusco y estoico, se ha suavizado con el paso del tiempo y ha expresado su opinión sobre las apariciones en televisión de Mun.

En otros sitios de internet, dice Mun, amigos y conocidos de su misma edad sólo parecen preocuparse por alardear de sus hijos, obsesionarse con sus calificaciones y contar sus éxitos. Él les insta a leer los comentarios en sus videos; se siente consternado por la desconexión que ve entre las generaciones.

En abril, les preguntó a sus suscriptores qué es lo que más deseaban que sus padres les dijeran. En un video, pronunció las palabras que ellos más querían escuchar:

Gracias por haber nacido.

Lo estás haciendo bien, todo saldrá perfectamente.

Lo siento.

Te amo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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