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Estas seis cosas pueden evitar el aumento de peso, incluso si sus genes incrementan su riesgo de obesidad

Correr es la mejor manera de evitar el aumento de peso entre las personas que heredaron un gen que incrementa su riesgo de obesidad, según un nuevo estudio.
(Cheryl A. Guerrero / Los Angeles Times)
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Puede escapar de sus genes de grasa o dirigirse directamente al riesgo hereditario de aumentar de peso. Pero el imitar movimientos ‘funky’ frente a una consola de videojuegos no le da la seguridad de evitarle la vulnerabilidad genética para volverse obeso.

Así lo encuentra un nuevo estudio que identifica seis formas en que las personas con fragmentos de ADN desafortunados pueden evitar la acumulación de exceso de libras.

Años de investigación han revelado que la herencia, la letra pequeña transmitida en nuestro ADN, representa entre el 21% y el 84% de la propensión de la persona promedio a volverse obesa.

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Entonces, si hay una conclusión de los estudios genéticos de la obesidad, es esta: incluso si tus padres te heredaron un grupo de genes grasos, todavía hay mucho que puedes hacer para contrarrestar su influencia.

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Pero, ¿qué cosa, aparte de toda una vida de comida austera, realmente funciona?

El nuevo estudio encuentra que el ejercicio si funciona, y se vuelve muy específico acerca de qué formas de entrenamiento regular pueden prevenir la obesidad en aquellos con más que su parte justa de las variantes genéticas que hacen que sea más propenso al aumento de peso excesivo.

Al examinar una gran cantidad de datos en el Biobanco central de Taiwán, los investigadores descubrieron que los individuos propensos a la grasa que trotaban regularmente eran los más tendentes a superar su vulnerabilidad a la obesidad. También encontraron que escalar montañas, largas sesiones de yoga, bailes de salón, “caminar vigorosamente” e incluso caminar de una manera simple ayudaban a evitar un índice de masa corporal (o IMC) que define la obesidad.

Los resultados fueron publicados el jueves en la revista PLOS Genetics.

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Los investigadores, de la Universidad Nacional de Taiwán, recopilaron datos genéticos, una amplia gama de medidas de salud y patrones de ejercicio de 18.424 ciudadanos taiwaneses de entre 30 y 70 años. Aproximadamente el 58% de ellos dijo que no hacía ejercicio regularmente, mientras que el 42% informó que lo hacía rutinariamente.

Si bien las variantes de casi 100 genes se han relacionado con la obesidad en personas de ascendencia europea, esos factores de riesgo podrían no aplicarse a la población china de Taiwán. Entonces, los investigadores utilizaron un panel de 50 variantes genéticas relacionadas con la obesidad y dividieron a sus sujetos en cuatro grupos, que van desde los menos propensos genéticamente a acumular grasa hasta aquellos con la mayor vulnerabilidad.

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Incluso después de tener en cuenta otras influencias poderosas sobre el tamaño corporal y la masa grasa, incluido el nivel educativo, el género y la edad, el hábito del ejercicio fue poderosamente protector. En cada punto a lo largo de la línea de vulnerabilidad, aquellos que dijeron que hacían ejercicio regularmente tenían un IMC, circunferencia de cintura, circunferencia de cadera y proporción de grasa corporal más bajos que aquellos que no hicieron ejercicio.

Trotar, una actividad realizada por sólo el 12% de los 7.652 participantes físicamente activos del estudio, tuvo el beneficio adicional de ayudar a mantener bajo control la proporción de masa grasa con el tejido magro de los partícipes, y logró un efecto significativo en la reducción de su promedio de circunferencia de la cadera.

Los investigadores descubrieron que no eran tan efectivos una variedad de regímenes de ejercicio que son populares en Taiwán. Estos incluyeron natación, ciclismo y estiramientos, así como tai chi, qigong y Dance Dance Revolution.

El que trotar y escalar montañas contrarreste una vulnerabilidad genética para engordar puede no ser una sorpresa. Pero los resultados sobre Dance Dance Revolution probablemente decepcionará a sus legiones de fanáticos.

En 2012, la compañía detrás de DDR, Konami Entertainment, de Japón, lanzó una edición de clase de su videojuego, el cual permite que hasta 48 personas bailen al unísono con la misma canción en esteras de control inalámbrico que juzgan la ejecución de sus movimientos.

En colaboración con United Healthcare, Konami introdujo el DDR en las aulas estadounidenses en Florida, Georgia, Texas y el sur de California para que los niños se muevan. Un estudio de 2013 encontró que los “juegos de ejercicios” como el DDR podrían ayudar a los pequeños, al menos, a cumplir con las recomendaciones del gobierno para una actividad física moderada a vigorosa.

Konami no devolvió las llamadas o correos electrónicos para discutir los nuevos hallazgos.

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