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Para llegar a Marte, SpaceX quiere comprar una pequeña comunidad de Texas

Las cartas enviadas a los propietarios tenían ofertas que eran “no negociables” y...

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Cuando SpaceX eligió una pequeña comunidad ribereña en el extremo sur de Texas, en 2014, para albergar sus nuevas instalaciones, afirmó que las consecuencias para los residentes serían manejables.

El acceso público a Boca Chica Village estaría restringido sólo durante los lanzamientos, 12 días al año. Una vez cada 12 meses, un lanzamiento nocturno iluminaría los hogares y causaría impactos de ruido “significativos”.

Pero todos esos efectos serían superados por los “cientos de empleos en el sector de la alta tecnología”, los beneficios comerciales y los turistas que llegarían a ese lugar de Texas, remarcó el presidente ejecutivo de SpaceX, Elon Musk, en 2014.

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Sin embargo, los planes de SpaceX cambiaron, y también el futuro de Boca Chica.

El multimillonario japonés del comercio electrónico Yusaku Maezawa será el primer cliente en pagar para viajar alrededor de la luna en el cohete BFR, de SpaceX, aún por desarrollar, anunció la compañía el 17 de septiembre por la noche.

Ahora que las instalaciones de Texas resultan clave para la ambición de la compañía de transportar humanos a Marte, la firma de Hawthorne apunta a expandir su presencia en el sur de ese estado, y eso significa comprar residencias locales.

Para SpaceX, la expansión proporciona un campo de pruebas aislado para su nueva nave espacial Mars, así como un sitio de lanzamiento privado donde la empresa puede trabajar en sus propios términos y horarios. Para los residentes, es una transacción difícil: un pago a cambio de renunciar a una vida de paz y aislamiento, cerca de las costas del Golfo de México.

“Realmente pensé que podría quedarme aquí hasta mis últimos días”, señaló la residente María Pointer, quien vive cerca de las instalaciones de SpaceX y recibió una oferta por su hogar.

Boca Chica Village es una comunidad no incorporada, ubicada a unas 20 millas de la ciudad de Brownsville. Las imágenes satelitales muestran alrededor de 35 casas en el área.

El agua es transportada en camiones a la comunidad una vez al mes, y las visitas a una lavandería en Brownsville toman alrededor de 30 minutos en cada sentido. Los residentes ven la bahía desde sus hogares.

En una carta de compra fechada el 12 de septiembre y entregada a los residentes a través de FedEx, SpaceX comunicó que “quedó claro que la expansión de las actividades de vuelos espaciales, así como el cumplimiento de las normas de la Administración Federal de Aviación (FAA) y otras regulaciones de seguridad pública dificultarán cada vez más que minimicemos las interrupciones a los residentes del lugar”.

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Musk lo señaló el sábado pasado, durante una presentación del prototipo de la nave espacial Starship Mars, de SpaceX, cuando le dijo a la multitud reunida que SpaceX estaba trabajando con los residentes porque “con el tiempo, va a ser bastante molesto vivir en Boca Chica Village; habrá que pedir autorizaciones por seguridad muchas veces”.

“Creo que el peligro real para Boca Chica Village es bajo, pero no mínimo. Queremos que el riesgo sea bastante pequeño”, afirmó Musk. “Probablemente, con el tiempo sea mejor comprar las propiedades de los residentes. Y hemos hecho una oferta al respecto”.

Cuando SpaceX identificó por primera vez el condado de Cameron, Texas, como una ubicación posible para un puerto espacial, la compañía planeaba usar el sitio para lanzar sus cohetes Falcon 9 y Falcon Heavy.

Ningún humano ha caminado sobre la luna desde 1972, cuando la tripulación del Apolo 17 abandonó la superficie lunar.

Pero para 2019, las operaciones planificadas en el sitio cambiaron para incluir “vuelos” cortos del prototipo de Starship, y otras pruebas y equipos para el vehículo, según la reevaluación, en mayo pasado, de una declaración de impacto ambiental de 2014. La FAA concluyó que el ruido de la actividad del Starship no tendría un impacto “significativo” en Boca Chica Village.

No obstante, el nuevo análisis se limitó a las pruebas de “vuelo” más pequeñas, la última de las cuales tuvo lugar en agosto. El informe no cubrió pruebas más avanzadas planificadas para Boca Chica, que lanzaría el prototipo a 320.000 pies antes de que regrese al suelo.

Starship es fundamental para el futuro de SpaceX. La compañía planea usarlo para reemplazar su cohete Falcon 9 y el más nuevo Falcon Heavy. Sus tareas podrían algún día incluir el lanzamiento de satélites de rutina, llevar a multimillonarios en viajes turísticos alrededor de la Luna y transportar hasta 100 humanos por vez para colonizar Marte.

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El sábado, Musk presentó un prototipo más grande de la nave espacial Starship Mars, y afirmó ante una audiencia en Boca Chica que se podría probar la nave a unos 60.000 pies en los próximos meses, con posibles lanzamientos orbitales en menos de seis meses.

Los primeros lanzamientos tripulados de Starship, comentó, podrían despegar desde Boca Chica. “Consideran esta zona como un sitio de lanzamiento potencialmente lucrativo para una parte o para la mayoría del trabajo que tienen la intención de hacer”, comentó Marco Cáceres, analista espacial sénior de la firma de investigación de mercado Teal Group.

“Cualquier empresa que tenga planes tan amplios necesitará tantos sitios de lanzamiento como sea posible”.

SpaceX adquirió terrenos adicionales en el área desde que montó las instalaciones del sur de Texas, expuso Nick Serafy Jr., presidente de la Corporación de Desarrollo de Puertos Espaciales del condado de Cameron, que administra los fondos de incentivos estatales para SpaceX.

Dogleg Park, una subsidiaria de SpaceX, actualmente posee 112 parcelas de terrenos en el condado de Cameron, la mayoría de las cuales se encuentran en el área de Boca Chica. La entidad tiene al menos seis viviendas compradas entre 2014 y 2017.

Los valores evaluados de estas oscilaban entre $24,000 y $149,000, y el precio de venta estimado para una fue tan alto como $303.000, según TLOxp, una base de datos que incluye evaluaciones de bienes raíces y precios de operaciones.

“No es raro que adquieran propiedades”, consideró Serafy sobre la oferta de compra de SpaceX en septiembre.

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En la carta de compra, informada por primera vez por Business Insider, SpaceX señaló que ofrecía a los propietarios de viviendas en los alrededores de Boca Chica Village tres veces el valor justo de mercado de su propiedad.

El precio de oferta actual de SpaceX “no es negociable”, indicó la compañía en la carta, y agregó que era “muy importante ofrecer el mismo trato a todos los residentes”, además de que el “enfoque más justo” era utilizar un método consistente para determinar la cantidad ofrecida.

La oferta fue válida durante dos semanas y finalizó el jueves pasado, aunque SpaceX señalaba en la nota que entendía que el cronograma propuesto “podía ser un desafío”. La compañía resaltó que estaba “comprometida a retener la máxima flexibilidad” y que permitiría a los residentes “acceso sin alquiler por un período a convenir”, para que tengan tiempo de hacer los arreglos necesarios.

Pero algunos habitantes esperan que las negociaciones continúen, a pesar de la fecha límite establecida.

SpaceX no puede obligar a los residentes a vender sus propiedades. Pero los expertos legales afirman que la compañía podría acudir a los funcionarios del condado y pedirles que sometan las propiedades a una expropiación.

La Corporación de Desarrollo del Puerto Espacial del condado de Cameron tiene la autoridad para hacerlo, aunque Serafy consideró que SpaceX nunca ha discutido el uso de ese poder.

Sería “políticamente arriesgado” para una autoridad pública en Texas declarar una expropiación a los residentes, manifestó Andrew Morriss, decano de la escuela de innovación de la Universidad Texas A&M, quien codirigió un proyecto de investigación sobre ese tema en 50 estados. “Los texanos se toman muy en serio los derechos de propiedad”, remarcó.

Esa creencia puede, a veces, chocar con la reputación de Texas y sus políticas favorables para los negocios. “Es algo con lo que el estado mismo está luchando”, consideró Ryan James, profesor asociado de planificación urbana y regional de la Universidad de Texas en San Antonio.

SpaceX no le ha dicho al condado qué planea hacer con la tierra adicional que quiere comprar, anticipó un juez del condado de Cameron, Eddie Treviño, Jr., quien se desempeña como portavoz de hecho del condado en algunos asuntos.

“Es una situación difícil”, consideró. “Ciertamente, entiendo la frustración de los propietarios ante el desarrollo actual y reciente, pero cuando hay una posibilidad de ampliar una nueva industria espacial en la región, la cual carece de empleos bien remunerados, tecnológicos y modernos, creo que como juez del condado debo mirar el panorama general. Desafortunadamente”, agregó, “a veces el progreso tiene un costo”.

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SpaceX ya tiene sitios de lanzamiento en la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea, cerca de Lompoc, California, y en el Centro Espacial Kennedy, de Florida, y la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral. Pero SpaceX comparte dichas instalaciones con otras empresas, como United Launch Alliance, y debe coordinar su agenda con otros lanzamientos y pruebas programadas.

En Boca Chica, SpaceX podría tomar las decisiones y controlar su calendario de pruebas y lanzamiento, dijo Ramón Lugo, director del Instituto Espacial Florida de la Universidad de Florida Central y ex gerente adjunto del programa de servicios de lanzamiento del Centro Espacial Kennedy.

Pero Boca Chica, a diferencia de los sitios de lanzamiento de California o Florida, tiene casas cerca.

La declaración de impacto ambiental de 2014 emitida por la FAA indicó que la residencia más cercana a la plataforma de lanzamiento estaba a unas 1,8 millas de distancia; durante los lanzamientos del transbordador espacial, la NASA se aseguró de que todos —excepto un equipo de rescate de tripulación especialmente equipado—, estuvieran fuera de un radio de tres millas para garantizar la seguridad pública.

Sin embargo, ese radio de seguridad puede variar según el cohete, explicó Lugo. “Creo que [Musk] lo está haciendo solamente para evitar problemas en el futuro”, expuso, acerca de la oferta de compra.

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SpaceX declinó comentar las preguntas sobre las adquisiciones de propiedades, al igual que la empresa de bienes raíces comerciales JLL, con sede en Chicago, que gestiona el proceso.

Los residentes han tenido vistas de primera mano del desarrollo de SpaceX, especialmente en los últimos meses. Pointer ganó seguidores en línea por sus fotos y videos del desarrollo del Starship, principalmente tomadas desde su propiedad. Una página de Facebook donde publica estas imágenes tiene más de 7.000 ‘me gusta’.

Otros residentes y entusiastas del espacio local han recurrido a Twitter para publicar actualizaciones sobre el trabajo que se realiza en la nave espacial.

En ocasiones, los fotógrafos y personas que transmiten en vivo capturaron problemas en el proceso de desarrollo, que normalmente no se pueden ver.

En julio, las entusiastas transmisiones en vivo de una prueba estática del Starhopper mostraron una bola de fuego que envolvió un costado del prototipo. Y los videos capturaron un incendio inesperado que ocurrió cerca de la plataforma de lanzamiento, después de una prueba de vuelo ese mismo mes.

Algunos propietarios de viviendas en Boca Chica adelantaron que no planean aceptar la oferta de SpaceX.

Bonnie and Terry Heaton at their home in Boca Chica Village, Texas.
Bonnie y Terry Heaton en su casa, en Boca Chica Village, Texas.
(Denise Cathey / Associated Press)

Un residente de Boca Chica Village, Terry Heaton, declaró al Brownsville Herald la semana pasada que la oferta de SpaceX es demasiado baja para que él y su esposa consideren vender. “Se trata de grandes capitales, que intimidan a gente pequeña”, comentó.

En tanto, Pointer se opuso a la tasación de su propiedad mencionada por SpaceX, alegando que no tenía en cuenta los atributos específicos de su hogar, como las vistas panorámicas desde sus ventanas, y su tamaño.

También comentó que, junto con su esposo, pasaron años construyendo esa residencia, cavando el camino de entrada, plantando papayas y tilos y cultivando el jardín. La mujer planea obtener su propia evaluación y llevarla a la mesa de discusión, para continuar las negociaciones.

Si la compañía hiciera una oferta que ella y su esposo consideren justa, la aceptarían. La pareja no está segura de a dónde se mudarían, aunque tienen familia y “lugares para recorrer, visitar y contemplar”. “No veo otra opción”, afirmó. “De cualquier forma que resulte, hay que hacer limonada con estos limones”.

Scott Wilson, reportero de investigación del Times, contribuyó con este artículo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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