La vida secreta -y frustrante- de un contratista de Google
La naturaleza oculta del estado real de empleo de los contratistas de Google a veces se ha acercado a niveles absurdos...
Kevin Kiprovski tenía un título importante, “asociado de expediciones”, y un trabajo divertido: hacía demostraciones del equipamiento de realidad virtual de Google a jóvenes estudiantes. Cuando visitaba las escuelas, llevaba una camiseta gris con el dibujo de una ballena y el logotipo de Google.
Pero a veces la reputación de la empresa hacía que las cosas fueran incómodas. Una vez, un maestro confrontó a Kiprovski. “‘¿Cómo te sientes caminando aquí, mostrando estas cosas, cuando sabes que ganas tanto más que todos nosotros?”, le preguntaron, recordó el profesor.
“Tuve que decirle: ‘Sólo gano $40,000 al año’”. En la respuesta omitió otro detalle revelador: Kiprovski, en realidad, no trabajaba para Google.
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Su empleador era Vaco Nashville, una de las varias firmas de contratación y tercerización de personal que utiliza Google.
Kiprovski renunció en octubre pasado y envió un correo electrónico interno feroz, en el cual criticó las disparidades de la fuerza laboral dual de Google. Si bien el uso de mano de obra por contrato ha recibido más atención en el último año, la compañía siguió tomando medidas que, para los contratistas, significaba “quedar fuera de las conversaciones que luego afectaban nuestras vidas”, escribió Kiprovski.
Su correo electrónico circuló mucho dentro de Google, que se está recuperando de la agitación interna por cuestiones laborales y se pregunta cuánto de su gigantesco personal debería influir sobre la dirección de la empresa.
Más de la mitad de los trabajadores de Google son empleados temporales, proveedores o contratados, conocidos como TVC (iniciales en inglés de temporary, vendor or contract staff).
Esta mano de obra en sombras se pierde muchos de los famosos beneficios que crearon la reputación del gigante de internet como uno de los mejores lugares del mundo para trabajar.
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El año pasado, un grupo de TVC pidió mejores beneficios y, en septiembre, los TVC que trabajaban como analistas de datos en Pittsburgh votaron para sindicalizarse, una rareza para la industria tecnológica.
La renuncia de Kiprovski pone de relieve una situación que enfrentan muchos TVC: tienen empleos que les exigen que actúen como representantes de Google, pero en realidad no trabajan para la empresa.
Kiprovski comenzó como un TVC de Google a principios de 2018, en un equipo que expandía la llegada de la compañía en las escuelas.
Sus primeras esperanzas acerca del empleo pronto se desvanecieron. El volumen de negocios en su división era alto, y los horarios inflexibles. Sus responsabilidades aumentaban, pero su compensación no. “Fui promovido cuatro veces con apenas un aumento en el pago o beneficios, o algo”, señaló.
También se sentía diferente de otras maneras. Google utiliza decenas de documentos internos para planificar proyectos y almacenar información. Este verano, la compañía cortó el acceso de los TVC a esos documentos, alegando preocupaciones de seguridad.
También bloqueó a los contratistas de muchos grupos sociales en línea dentro de la empresa. El “bloqueo de los TVC”, como lo llama el personal, se produjo sin previo aviso, aseguró Kiprovski. Múltiples empleados de Google y sus empresas contratantes confirmaron estos eventos.
Una portavoz de Google aseveró que estas decisiones eran parte de las medidas estándar de seguridad de datos; que el personal temporal fue notificado del cambio y aún tiene acceso a las herramientas necesarias para realizar sus tareas. Google no tiene una política de ascensos para TVC porque no trabajan para Google.
Miles de TVC tienen empleos administrativos ‘detrás de la escena’: por ejemplo, comercializan productos o proyectan videos de YouTube. Sin embargo, Kiprovski tenía un trabajo -ofrecer servicios de Google dentro de las escuelas- que le exigía representar a la compañía en el mundo exterior.
Otros TVC también tienen tareas que les exigen seguir la línea incómoda de ser la imagen pública de Google sin estar en la nómina directa de la empresa. En algunas oficinas de la compañía, los contratistas acompañan a los candidatos de trabajo de Google y a los nuevos empleados a través del campus, los guían hacia sus entrevistas y responden preguntas breves durante las caminatas.
Los candidatos laborales a menudo les preguntan: “¿Cuáles son tus ventajas favoritas de ser un Googler (como se llama a quienes trabajan en la empresa)?”, recordó una persona que labora como acompañante. El guía debía explicar que, en realidad, no era parte de Google.
La naturaleza oculta de la situación laboral real de los contratistas a veces rozaba niveles absurdos. Otro TVC, que trabajó en proyectos de Google desde una empresa contratada, describió que fue asignado a una visita escolar en Nueva York, el año pasado, para presentar las herramientas de la fuerza laboral de Google, G Suite, a los estudiantes. El contratista lideró un panel llamado “Almuerzo con un Googler” que abordaba cómo conseguir un empleo en el gigante de las búsquedas online.
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Según Kiprovski, sus gerentes en Google a menudo insinuaban que debía ocultar el hecho de que no trabajaba directamente para Google. Después de las tareas con la realidad virtual, Kiprovski comenzó a promocionar G Suite en las universidades.
Cuando uno de sus colegas le preguntó a la gerencia si los contratistas debían identificar su situación laboral, la respuesta fue ambivalente. “La honestidad es la mejor política”, fue la línea oficial de Google y Vaco. “Pero agregaban”, según Kiprovski, quien escuchó la conversación, “‘¿Por qué tendrías que decírlo de todos modos?’”.
Otro excontratista de Google empleado por Vaco con un rol similar afirmó que los lineamientos también eran poco claros de otras maneras. Los contratistas de Vaco trabajaban en la misma oficina e incluso en el mismo piso que los Googlers, a tiempo completo.
Al interactuar con el público, a los contratistas “nunca se les daba una directiva formal” sobre cómo responder preguntas en cuanto a su empleo, afirmó el trabajador. “Por lo general, sólo digo que trabajo en Google”, comentó el contratista. “Trato de ser lo más honesto posible sin cruzar la línea de decir realmente que trabajo o no para Google, porque no sé qué quieren que digamos… Si no quieren que expresemos esto a la gente, ¿qué dice eso sobre el hecho de que existimos? ¿Están reconociendo que luce mal?”.
Vaco no respondió a una solicitud de comentarios, pero la compañía expresa en su sitio web que su servicio ayuda a los trabajadores a encontrar una libertad significativa en su empleo. “Ayudamos a las personas a encontrar la libertad”, dice. “A ser libres de un trabajo desalmado... Libertad para encontrar claridad en el caos”.
Google afirmó que su política es que el personal temporal debe manifestar en las redes sociales y en sus firmas de correo electrónico que trabajan para una empresa contratada, como Vaco, y pueden agregar “en nombre de Google” o “en apoyo a Google”. La política también señala que los TVC no deberían hablar en nombre de Google en conversaciones externas, indicó la portavoz.
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Para Kiprovski, la gota que colmó el vaso fue un cambio que vio en la escala profesional de Google. Mientras trabajaba en las oficinas de la empresa, varias personas de la compañía le dijeron que su papel podría derivar en un puesto permanente en el gigante tecnológico.
Kiprovski esperaba que, de convertirse en empleado a tiempo completo, él y su pareja podrían usar la generosa cobertura de Google para un embarazo subrogado o una adopción. “Esa es realmente una de las razones por las que me quedé tanto tiempo”, afirmó. “Quería conseguir un trabajo en Google para que me ayudara a tener una familia”.
Luego leyó la respuesta de Eileen Naughton al Congreso. Naughton, jefe de recursos humanos de Google, escribió en agosto pasado a un grupo de senadores que le habían pedido a la compañía que contratara directamente a todos sus trabajadores temporales.
Naughton promocionó un reciente movimiento de Google para mejorar los salarios y beneficios a los TVC, pero señaló que la firma necesitaba flexibilidad para contratar personal en áreas donde carecía de especialización. “Ser un trabajador temporal no es una vía hacia ser empleado de Google”, escribió.
Kiprovski lo leyó como una señal segura de un cambio de política. “Google tiene un doble discurso sobre esto”, afirmó.
Una portavoz de Google señaló que esta política de contratación no ha cambiado, y agregó que la compañía exige que las empresas contratantes brinden “atención médica integral”, pero pidió que la pregunta sobre Kiprovski fuera dirigida a Vaco, quien no respondió.
Kiprovski decidió renunciar y se preparó para enviar un correo electrónico a sus compañeros de tareas (contratados y a tiempo completo) para compartir sus pensamientos sobre el trato injusto a los TVC.
También hizo una pequeña protesta pública: unas semanas antes de irse, cambió su firma de correo electrónico para no mencionar más a Google y, en su lugar, colocar a “Vaco”, su verdadero empleador. “Pero creo que nadie lo leyó”, dijo.
Bergen y Huet escriben para Bloomberg.
Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.
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