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¿Quiere más diversidad en el camping? Comience por el equipamiento

BIPOC Camping Kits
(Micah Fluellen / Los Angeles Times)
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En mayo, Mo Jackson estaba acampando con un amigo en Coeur d’Alene, Idaho. Se despertaron a las 5:00 a.m. para encender un fuego, preparar el desayuno y, en medio de la pandemia, experimentar la paz que acompaña a una madrugada en un lugar apartado.

La belleza de esa mañana hizo llorar a Jackson. “Tuve un momento tan esclarecedor. Solo pensé, desearía que todos pudieran sentir esto”.

Jackson se dio cuenta de que, aunque no podían ayudar a que todos se sintieran más conectados con la naturaleza, sí podrían sacar a algunas personas más al aire libre si ofrecían equipo para acampar gratis. “Ese día pensé: ¿Qué puedo hacer para que más gente negra disfrute del aire libre? Bueno, tengo suficientes ahorros para juntar tres kits de campamento”.

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El 19 de mayo, Jackson publicó en Instagram preguntando si alguna persona de color quería un kit de campamento gratis. “No es necesario demostrar necesidad ni nada”, escribió Jackson. “Solo pregunte y podemos enviarle algo”.

El kit incluía dos sacos de dormir, una carpa y una hielera. Jackson incluyó una cuenta de Venmo en Instagram para que la gente pudiera donar a la causa.

La publicación generó cerca de $500, que, combinados con los ahorros de Jackson, pagaron cinco kits de campamento para personas que necesitaban equipo para salir a la naturaleza.

Jackson inicialmente compró los kits listos para usar de REI, que cuestan alrededor de $300 cada uno. Estos incluían tiendas de campaña y bolsas de dormir de buena calidad, de empresas como Kelty y Wilderness Technology.

Segregación en tierras públicas

A menudo, acampar se considera la actividad al aire libre favorita de Estados Unidos. Este verano, en el cual se han eliminado muchas opciones de viaje, las vacaciones preferidas han sido acampar o rentar una casa rodante y visitar campos públicos.

Pero los campamentos y los parques nacionales tienen un pasado complicado en lo que respecta a la igualdad racial y de acceso para todos. Los parques nacionales tienen antecedentes de segregación que se remontan a la década de 1930, algo que no cambió hasta la aprobación de la Ley de Derechos Civiles, en 1964.

Casi todos los parques nacionales de EE.UU fueron originalmente hogar de poblaciones indígenas mucho antes de ser reservados como parques. Una gran cantidad de esas tribus nativas fueron expulsadas de sus tierras, a menudo con violencia, para crear una ilusión de paisajes intactos.

Incluso el Sierra Club condenó abiertamente por primera vez, en julio pasado, a su fundador, John Muir, por los comentarios racistas en sus escritos sobre los negros y los indígenas. Los años de segregación, racismo y desplazamiento continúan definiendo a los parques nacionales y otras tierras públicas como espacios predominantemente blancos.

Un estudio de 2018 de la Society of American Foresters encontró que entre 2010 y 2014, el 94.6% de los visitantes de los bosques nacionales se identificaron como blancos. Las personas que se reconocieron como latinas constituyeron el 5.7% y las que se identificaron como negras, el 1.2%.

Las experiencias personales de Jackson confirman esos números. Su familia creció acampando y haciendo senderismo, pero notó a una edad temprana que no muchas otras se parecían a las suya. “Mi papá y yo casi siempre éramos los únicos negros en cualquier campamento al que íbamos”, recordó la chica.

Después de enviar los primeros kits de campamento para personas negras, indígenas y de color (BIPOC, por sus siglas en inglés) y obtener respuestas positivas de los destinatarios, Jackson decidió publicar otro aviso en Instagram. Para entonces era julio y muchas cosas habían cambiado.

Las protestas se habían extendido por todo el país a raíz de las muertes de George Floyd, Ahmaud Arbery y Breonna Taylor. Miles de estadounidenses habían tomado las calles, indignados por el continuo desprecio por la vida de los negros.

Las donaciones despegan

Esta vez la respuesta fue mucho mayor. “La gente se interesó más de repente”, remarcó Jackson. Más de 600 personas se acercaron y pidieron kits de campamento. Jackson necesitaba más fondos y llevó la campaña a GoFundme, donde, hasta el 5 de agosto, se habían recaudado más de $55.000.

“Creo que hay mucha culpa blanca en este momento”, reflexionó la joven, explicando por qué las donaciones despegaron de forma tan repentina. “ Todos estamos aprendiendo y creciendo; a veces también es parte de ello, no es que queramos sentir culpa y vergüenza, sino que queremos crecer”.

Dado el rápido aumento del interés en los kits de campamento BIPOC, Jackson pidió ayuda a sus amigos Griffin Ripley, B Sánchez y Hayley Harris. “Hay tanta gente negra en el noroeste del Pacífico, aunque muchos fingen que no estamos aquí”, afirmó Harris, que trabaja para una organización sin fines de lucro y ha estado ayudando a establecer a BIPOC Camping Kits como tal.

Harris recién acampó por primera vez a los 18 años. “Fui con una de mis amigas blancas y su madre; acampar no era accesible para mí, y me pareció increíble. Pero cada vez que quería ir de campamento después de eso, tenía que esperar hasta que uno de mis amigos blancos quisiera ir”, relató.

La disparidad en el acceso al aire libre es particularmente frustrante para Harris, quien señaló que aquellos que podrían beneficiarse más de estar en un entorno rural, a menudo se han sentido excluidos. “Estar en la naturaleza es curativo”, dijo. “Quienes más necesitan esa sanación son las personas negras e indígenas, y la idea de que sea inaccesible... Simplemente no es correcto”.

Harris se entusiasmó con la iniciativa de Jackson porque no podía permitirse comprar su propio equipo. “Las tiendas de campaña cuestan cientos de dólares, los sacos de dormir son muy caros, y si realmente vas a acampar, no puedes escatimar en equipo. Podrías terminar congelándote por la noche”, comentó.

Una tienda al aire libre más pequeña, Next Adventure, con sede en Portland, Oregón, notó la iniciativa en Instagram. “Nuestros seguidores comenzaron a etiquetarnos en las publicaciones de Mo”, relató Devin Kelly, gerente de relaciones con la comunidad de Next Adventures. “Me puse en contacto con Mo y nos dimos cuenta de que podíamos ayudar”.

Es una asociación ideal. “Siempre hemos creído en ayudar a apoyar a nuestra comunidad a salir al aire libre”, expresó Bryan Knudsen, copropietario de Next Adventure.

“Mo y su equipo querían dar un paso al frente; estamos encantados de apoyarlos y ayudar a más personas a disfrutar, agregó Deek Heykamp, otro copropietario. Los kits ensamblados con Next Adventure cuestan entre $200 y $250.

El 1º de agosto, Jackson y el equipo de BIPOC Camping Kits, junto con la gente de Next Adventure, reunieron más de 200 kits en el almacén de la empresa. Algunos estaban personalizados para gente con necesidades específicas o discapacidades. Los kits se enviaron a todo el país el 3 de agosto.

Jackson tuvo que cerrar las solicitudes de kits cuando la cifra llegó a 600. Pronto enviarán los 400 pedidos restantes en asociación con Next Adventure. Jackson reabrirá las solicitudes una vez que se haya recaudado más dinero.

Una de las primeras personas que se acercó a Jackson en busca de un equipo fue Ale Abreu, quien reside en Olympia, Washington. A pesar de vivir cerca de algunos de los lugares al aire libre más hermosos del país, le resultaba inaccesible salir de campamento. “Soy de clase trabajadora”, comentó. “Me sentía intimidado. ¿Tenía lo que necesitaba? ¿Estaría abrigado y cómodo? Acampar es una inversión y siempre he tenido que priorizar otras facturas”.

Abreu recibió un kit de campamento BIPOC en junio. “Estoy realmente impresionado. Es claramente de alta calidad y lo podré usar una y otra vez”, remarcó.

Después de recibido el equipo, Jackson se ofreció a entrar en FaceTime y mostrarle cómo montar la carpa. “Mo quiso asegurarse de que no hubiera ninguna barrera para que yo disfrutara del equipo, lo cual fue un detalle adicional de cuidado”, remarcó Abreu.

Abreu usó el kit de campamento para visitar la zona de Mt. Rainier con un amigo, y está planeando un viaje al cañón del río Columbia. “Después del viaje a Mt. Rainier tengo más confianza en mí mismo; me siento más conectado con la naturaleza”, reflexionó Abreu.

“Es un regalo precioso, especialmente para alguien como yo y, creo, para muchas personas de color”, concluyó Abreu, “debido a la opresión sistémica, debido al racismo, la economía y todas estas cosas que tenemos que sortear, todo puede resultar disgregado”. Acampar, comentó, permite volver a centrarse, en medio del caos social y político. “Es un momento para recuperar el aliento”.

Jackson tiene la intención de expandir la empresa BIPOC Camping Kits. “Los pueblos negros e indígenas históricamente han tenido conexiones con la naturaleza y la tierra de la cual nos han despojado”, dijeron. “Mi panorama más amplio es la total solidaridad; va a ser necesario que todos nos unamos para derrocar estos sistemas racistas y poder encontrar nuestros lugares sagrados nuevamente; encontrar la paz de nuevo, juntos”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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