¿Cuáles son las razones científicas de las nuevas restricciones en L.A.? Preguntamos a los expertos
Hasta hace una semana pensaba que sabía cómo vivir con el coronavirus.
Veía a amigos con poca frecuencia y solo afuera, de vez en cuando comía en el patio de mi restaurante favorito y me ponía una mascarilla cada vez que iba a una tienda o incluso cuando simplemente daba un paseo por mi vecindario.
Ciertamente no era una vida normal, pero parecía manejable; una vida que podía sobrellevar al menos hasta la primavera, cuando esperaba que una vacuna estuviera ampliamente disponible.
Después, la cantidad de casos en California comenzó a aumentar, tal como predijeron muchos expertos en enfermedades infecciosas, y el condado de Los Ángeles implementó una serie de nuevas restricciones.
A partir de las 11:59 p.m. del domingo entrará en vigencia una orden de quedarse en casa en el sur de California. Los restaurantes deberán suspender las visitas en persona y pueden ofrecer comida solo para entrega y para llevar. Se prohibirán las reuniones de personas de diferentes hogares (excepto para los servicios religiosos al aire libre y las manifestaciones políticas). Las comunidades afectadas deberán cerrar salones de belleza y manicura, parques infantiles, zoológicos, museos, acuarios y bodegas.
Como muchos residentes que han tratado de ser considerados y responsables (si no del todo perfectos), no solo me sentí frustrada sino confundida y a la defensiva por estas nuevas restricciones. ¿No he perdido ya lo suficiente? ¿Y en qué se basan estas nuevas medidas: evidencia científica, o miedo y pánico?
El Dr. Jeffrey Gunzenhauser, director médico y jefe de la Oficina de Control de Enfermedades del Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles, entendió mi sentir, en parte porque él y sus colegas sienten lo mismo.
“La parte desafiante de esto es que ya hemos pasado por muchas cosas y la gente tenía muchas esperanzas de haber dejado atrás lo peor”, comentó. “Todos estamos tratando de reconciliar las emociones conflictivas en nosotros mismos: esa esperanza y la decepción extrema. Pero la gran pregunta es: ‘¿Qué voy a hacer?’”.
A pesar de lo frustrada que me siento, también estoy asustada. El sábado, el Condado reportó 9.218 nuevos casos de coronavirus, frente a los 8.562 del día anterior. Este aumento no se parece a nada que hayamos visto antes.
Para averiguar si es probable que las restricciones del Condado cambien las cosas, me comuniqué con médicos, expertos en enfermedades infecciosas, economistas e informáticos. Las opiniones no fueron unánimes, pero todos estuvieron de acuerdo en que algunos comportamientos deben cambiar. “Quiero ir corriendo por la calle gritando, ‘¡Hagan algo!’”, enfatizó el Dr. Peter Katona, profesor de medicina y enfermedades infecciosas en UCLA.
Emma Pierson, científica informática de Microsoft Research New England, que modeló cómo la movilidad afecta la transmisión del virus, explicó que el dramático aumento de infecciones significa que las actividades que eran seguras hace uno o dos meses pueden no serlo ahora. “Si sabe que un individuo entre mil millones tiene COVID, entonces las 10 personas con quienes usted se podría encontrar en un bar probablemente no lo tengan”, comentó. “Pero si un individuo de cada 10 tiene COVID, entonces, sí, el bar probablemente ya no sea seguro”.
Muchas de las restricciones del condado de L.A. tienen como objetivo limitar la capacidad de reunión, remarcaron los expertos, ya sea en un restaurante, un parque infantil o una tienda de comestibles, y generalmente piensan que ese es el enfoque correcto. “Creo que la gente en Los Ángeles tiene fatiga pandémica, y son las reuniones masivas que están teniendo, tanto en espacios exteriores como interiores, lo que está impulsando estos picos”, comentó la Dra. Ravina Kullar, experta en enfermedades infecciosas en Santa Mónica.
Si estas nuevas disposiciones harán maravillas o apenas moverán la aguja, nadie puede decirlo con certeza. Hay muchas variables e incógnitas, incluso a esta altura de la pandemia. “No es que los científicos y los legisladores sean idiotas. Están lidiando con una enorme cantidad de incertidumbre”, comentó Pierson.
También están tratando de “encontrar el equilibrio entre la implementación de restricciones que creemos que marcarán una diferencia y no sobrepasar el impacto en la vida de las personas”, añadió Gunzenhauser.
Con eso en mente, echemos un vistazo más de cerca a la ciencia detrás de las restricciones del condado de L.A. Le pedí a Gunzenhauser que explicara el razonamiento del Condado para cada una de las pautas, y luego solicité la opinión de otros expertos médicos.
Suspensión de cenas al aire libre en restaurantes
La explicación de Gunzenhauser: Comer fuera es más seguro que comer dentro. Pero se ha vuelto más riesgoso de lo que solía, porque muchas más personas están infectadas. Cuando aumenta la transmisión comunitaria, el Condado tiene que eliminar las actividades de alto riesgo.
La opinión de los expertos: Mixta.
Un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de septiembre pasado encontró que las personas infectadas con el virus tenían el doble de probabilidades de haber comido en un restaurante que quienes seguían sanos. Sin embargo, el estudio no hizo distinciones entre cenar en el interior de un salón o al aire libre.
La ciencia es clara en cuanto a que comer dentro de un restaurante es más riesgoso que comer al aire libre, señaló Katona. Eso es porque cuando se está al aire libre, las partículas virales se disipan mucho más rápido. Pero comer al aire libre en medio de un pico repentino también presenta un riesgo. “Si se mantiene la distancia y la mascarilla puesta, parece que todo está bien”, comentó Katona. “El problema es que hay que quitarse la mascarilla para comer”.
Con eso en mente, dijo que está de acuerdo en que suspender las comidas al aire libre en los restaurantes “es la decisión correcta”.
Kullar tuvo una opinión diferente. “Sabemos por toda la evidencia que los restaurantes al aire libre tienen una menor probabilidad de transmisión”, expresó. “No es un riesgo cero, pero siempre que se esté al aire libre, y especialmente si se usa la mascarilla entre bocado y bocado y las mesas están espaciadas, creo que está bien”.
Cierre de parques infantiles públicos
La explicación de Gunzenhauser: Tener lugares para que los niños jueguen es importante, pero es difícil controlar la transmisión potencial en un patio recreativo. Aunque no es probable que los chicos se enfermen, pueden ser vectores de transmisión entre familias. Como los funcionarios de salud no pueden garantizar un entorno totalmente higiénico, sintieron que no podían tolerar el riesgo dadas las altas tasas de transmisión. Los parques infantiles en las guarderías son más seguros porque hay más supervisión y limpieza, enfatizó.
La opinión de los expertos: Mixta.
Hacer que los niños jueguen juntos al aire libre es mejor que hacer que jueguen juntos en interiores, comentó Spencer Fox, director asociado del consorcio de modelado COVID-19 de la Universidad de Texas en Austin. Al mismo tiempo, a Fox le preocupa que los parques infantiles puedan estar repletos en las horas pico, lo cual dificulta el cumplimiento de la distancia social entre grupos familiares.
“Puedo entender motivos para cerrar los parques infantiles, pero también comprendo por qué la gente está molesta”, afirmó. “Especialmente si se puede cronometrar la actividad para ir únicamente en horas de menor actividad, cuando uno está allí solo con su hijo, debería ser bastante seguro”.
A Kullar le preocupa que en los parques infantiles abiertos pudieran organizarse fiestas de cumpleaños y otras reuniones. Aunque es mejor realizarlas en un patio recreativo que en un espacio interior, no es bueno organizarlas de ningún modo en medio de una oleada.
Katona, quien es abuelo, simpatiza con los desafíos de tener niños pequeños en casa. Mientras la gente tenga cuidado, destacó, los parques infantiles no presentan mucho riesgo.
Prohibición de reuniones con personas ajenas al hogar, excepto para servicios religiosos y protestas políticas
La explicación de Gunzenhauser: Los funcionarios de salud intentaron educar a las personas sobre cómo pueden ver a otros de manera segura, pero hubo un nivel de incumplimiento. Incluso si el 90% cumple, no es suficiente, comentó. El departamento de salud pública decidió que no había más remedio que limitar las reuniones, al menos por un tiempo.
No existe una diferencia científica entre las reuniones sociales y las reuniones en lugares de culto o protestas, pero estas últimas actividades están protegidas constitucionalmente, por lo cual el Condado no puede regularlas.
La opinión de los expertos: Excesiva.
Fox concuerda con que los límites a las reuniones son útiles, pero piensa que prohibirlas por completo puede ser contraproducente. “Entiendo el punto de intentar restringir las reuniones, pero hay formas seguras de reunirse en cantidades muy pequeñas, y espero que los funcionarios de salud pública puedan comunicar claramente cómo hacerlo de esa manera”, expuso. “La gente necesita tener interacciones sociales”.
Tanto Kullar como Katona señalaron que permitir la asistencia a servicios religiosos o protestas, pero no permitir visitar a algunos amigos cumpliendo la debida distancia social, con mascarillas y al aire libre, es un despropósito. “Sé que es un problema de la ley, pero los servicios religiosos y las protestas no están bien, en mi opinión”, enfatizó Kullar.
Según Heather E. Tookes, economista de la Universidad de Yale, su investigación demostró que cuando los condados ponen límites a los encuentros entre personas, las muertes por COVID-19 disminuyen. “Lo que encontramos en los datos es que limitar las reuniones a 10 es útil”, comentó.
No obstante, no consideró los efectos de prohibirlas por completo.
Tiendas esenciales limitadas al 20% de su capacidad (a partir del domingo por la noche), en comparación con el anterior 35%
La explicación de Gunzenhauser: Si alguien camina por el pasillo de una tienda de comestibles, la diferencia es significativa: hay menos personas respirando allí, menor contacto cercano y menos gente haciendo filas para pagar.
La opinión de los expertos: No hace daño.
La respuesta general a esta restricción es que puede que no ayude mucho, pero tampoco es dañina. Kullar reconoció que sería un poco más estricta, incluso. “Agregaría un límite de tiempo”, añadió. “Sabemos que cuanto más tiempo se pasa en un entorno cerrado, mayor es el riesgo de contraer el virus”.
Cierre de salas de juego al aire libre
La explicación de Gunzenhauser: Aunque las salas de juego intentaron adaptarse instalando barreras de plástico entre los clientes, la gente suele estar muy cerca, y eso presenta un riesgo inaceptable en este momento.
La opinión de los expertos: Tiene sentido.
Una vez más, los expertos reconocieron que estar al aire libre es mejor que adentro, y enfatizaron que esta restricción en particular tiene sentido. “El exterior suele estar bien, siempre que se observe una distancia de seis pies”, comentó Katona. Algo que “parece difícil para jugar a las cartas”.
Kullar coincidió. “Son como patios de recreo o bares, donde mucha gente se reúne y bebe”, dijo. Agregar alcohol a la mezcla reduce la vigilancia de las personas contra el virus y eso contribuye a “una alta probabilidad de transmisión”.
Fox señaló que cualquier negocio que fomente la reunión con gente de otros hogares podría generar más transmisión viral. Eso es especialmente cierto si las personas tocan las mismas cartas.
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