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La pandemia del 2020, nuestro primer acontecimiento panhumano

Illustration of the globe and the coronavirus
Los futuristas hablan de la Singularidad, una época en la que el cambio tecnológico llega tan rápido que los humanos se transformarán irreversiblemente. Los cambios provocados por COVID-19 en 2020 pueden estar generando esas circunstancias.
(GlueKit / For The Times)
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Recientemente me he dado cuenta de que la pandemia es el primer acontecimiento panhumano en la historia de este planeta o, sin duda, de nuestras vidas. ¿Cómo? A través de la globalización y la tecnología, prácticamente todos los seres humanos, desde un niño de 3 años, hasta los mayores, saben que el COVID-19 está sucediendo.

En ese sentido, hemos encontrado algo — finalmente— que nos une a todos, desde los pueblos más remotos, hasta las grandes ciudades, como la nuestra. La pandemia ha llegado a lo más profundo del Amazonas, donde está causando estragos devastadores en los Yanomami e incluso en las pequeñas islas del Pacífico Sur.

Durante muchos años, pensamos que internet articularía de alguna manera a todas las personas. Pero más que cualquier otra cosa, ha logrado dividirnos en tribus diminutas; la versión más distópica de la web ha vencido a la más esperanzadora o solidificada. Los hechos más cercanos que se podría decir que se aproximan a lo que estamos experimentando ahora son los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 —pero sería lamentablemente ingenuo concluir que la gente en Fiji o en las profundidades de Siberia tendrían las mismas reacciones emocionales al 9/11, como lo hicimos los estadounidenses. No, eso no afectó al planeta.

Se necesitó del 2020 para hacer eso. Por primera vez, todos —ya sea que hayan sido afectados directamente por el virus o no —están experimentando en cierto grado las mismas emociones: miedo, ansiedad, inquietud, tristeza y duelo que ha provocado la pandemia. Incluso la reticencia de los escépticos del coronavirus podría interpretarse como un reflejo de esos mismos sentimientos. Cuando alguien se enfrenta a algo extraño y poderoso, como un virus invisible y fatal, las reacciones pueden ir desde la actitud defensiva hasta la negación. Odiamos y rehuimos lo que nos aterra.

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Por supuesto, incluso si la pandemia puede considerarse una experiencia universal, sus efectos no se han aplicado en la misma magnitud.

Xeni Jardin, escritora y periodista residente de Los Ángeles que actualmente se encuentra aislada en el suroeste de Utah, habló conmigo por teléfono esta semana, sobre las formas en que la pobreza, las comorbilidades y el acceso a la prevención, atención y (pronto) vacunas están creando marcos tremendamente diferentes sobre cómo la amenaza del coronavirus se vive y observa.

“[El futurista] William Gibson señaló: ‘El futuro ya está aquí, simplemente no está distribuido de manera muy uniforme’, y ahora esa es la misma verdad del COVID-19”, indicó Jardin, uno de los cerebros detrás del blog pionero de tecnología y cultura BoingBoing.net.

“Esta pandemia, nos invade en tiempo real y expone exactamente lo que muchos de nosotros sabíamos que siempre había estado ahí”, explicó. “Que la atención médica es un problema de seguridad nacional y que una injusticia para uno lo es para todos”.

Para los historiadores y los expertos en salud pública, los paralelismos con la gripe de 1918 son obvios, aunque las tecnologías modernas y la conectividad han hecho que la información de la pandemia actual de COVID-19 sea más accesible, incluso para aquellos que apenas han abandonado sus hogares desde marzo. Todo el mundo está mirando.

En Tristan da Cunha, conocido como el archipiélago habitado más remoto del mundo (para un divertido ejercicio de imaginar un aislamiento extremo, intente buscarlo en un mapa), el administrador local Steve Townsend escribió a principios de este año en una actualización del coronavirus: “Nuestro vecino más cercano se encuentra a más de 1.200 millas de distancia, estamos acostumbrados al distanciamiento. Sin embargo, seguimos las noticias en la televisión y nos encontramos muy preocupados por el riesgo de que el virus llegue a la isla”.

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(La última actualización publicada dice que esta zona permanece libre de COVID, por lo que las máscaras no son obligatorias para sus 244 habitantes).

Andrew Noymer, profesor asociado de salud pública en UC Irvine, señaló que las amenazas biológicas masivas pasadas y actuales, como el VIH-SIDA o la tuberculosis endémica, no se caracterizan por el mismo tipo de peligro “insidioso” que el COVID-19 trae a la sociedad en el sentido amplio.

“Este virus está en el punto óptimo de que es lo suficientemente malo como para matarnos, pero en el rango de la gripe en términos de amenaza y, por lo tanto, es fácil de calificarlo como falso”, señaló Noymer. “Pero mire la información de los hospitales; esta no es una temporada de gripe ‘normal’”. Un estudio de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), realizado en octubre en las instalaciones de la Administración de Salud de los Veteranos, encontró que los pacientes hospitalizados con COVID-19 tenían cinco veces más probabilidades de morir que aquellos hospitalizados con influenza.

En el ámbito de la salud pública, y donde se cruza con la conciencia colectiva, Noymer dijo que a mediados de enero de 2020 pasó “dos semanas discutiendo en Twitter” con personas que estaban minimizando la inminente amenaza del coronavirus, hasta que cada uno de ellos — y de nosotros— tuvimos ese momento de “mierda” cuando nos dimos cuenta de que “esto es real”.

An illustration combines images of the globe and the coronavirus.
La pandemia COVID-19, un evento panhumano.
(GlueKit / For The Times)

“Todos sabemos cuándo comenzó la pandemia para nosotros. Y no me refiero a diciembre de 2019 en Wuhan. Esa es una fecha diferente para todos, pero es una que cada uno recuerda”, señaló Noymer. “Con la excepción de aquellos que mueran, lamentablemente, definir el final será mucho más nebuloso, porque se desvanecerá más que apagarse”.

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Los futuristas a menudo hablan de la Singularidad, que significa que la tasa de cambio tecnológico es tan rápida y exponencial que, como dice el teórico Ray Kurzweil, “la vida humana se transformará irreversiblemente”. Sin duda, el crecimiento vertiginoso del virus nos ha transformado. Toda persona que esté al tanto de la pandemia y su trayectoria en la faz del planeta puede decir que comparte algo, esperando el fin de esto. Un verdadero unificador cultural de la humanidad, fundado en 2020.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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