Con ADN, sobrevivientes del Holocausto buscan a familiares
NUEVA YORK — Durante décadas, Jackie Young había estado buscando.
Huérfano desde bebé, pasó los primeros años de su vida en un campo nazi de concentración en lo que es ahora la República Checa. Después de la Segunda Guerra Mundial fue llevado a Inglaterra, donde lo adoptaron y le dieron un nuevo nombre.
Como adulto, tuvo dificultades para averiguar sus orígenes y saber de su familia. Tenía alguna información escasa sobre su madre biológica, quien murió en un campo de concentración, pero ¿sobre su padre? Nada. Sólo un espacio en blanco en un certificado de nacimiento.
Eso cambió a principios de este año, cuando las genealogistas pudieron usar una muestra de su ADN para ayudarlo a encontrar un nombre y algunos parientes que nunca supo que tenía.
Tener esa respuesta a una pregunta de toda la vida fue “sorprendente”, afirmó Young, ahora de 80 años y quien vive en Londres. Eso “abrió la puerta que nunca pensé que se abriría”.
Ahora hay un proyecto en marcha para llevar esa posibilidad a otros sobrevivientes del Holocausto y sus hijos.
El Center for Jewish History (Centro de Historia Judía), con sede en Nueva York, lanzó el Proyecto de Recolección de ADN, que ofrece kits gratuitos de prueba de ADN a través de una solicitud en su sitio web. Para quienes usan los kits, también brinda la oportunidad de obtener orientación sobre los siguientes pasos de las genealogistas que trabajaron con Young.
Esas genealogistas, Jennifer Mendelsohn y Adina Newman, han realizado este tipo de trabajo durante los últimos años y tienen un grupo en Facebook sobre el ADN judío y la genealogía genética.
La llegada de la tecnología de ADN ha abierto un mundo nuevo de posibilidades, además de los rastros de documentos y archivos que los sobrevivientes del Holocausto y sus descendientes han utilizado para encontrar las conexiones familiares rotas por el genocidio, señaló Newman.
“Hay momentos en que las personas quedan separadas y ni siquiera se dan cuenta de que han sido separadas. Tal vez ocurrió un cambio de nombre, así que no sabían (que podían) buscar a la otra persona”, agregó. “Hay casos que simplemente no se pueden resolver sin el ADN”.
Aunque el interés en la genealogía y los árboles genealógicos está muy extendido, hay una desgarradora conmoción en particular al hacer este trabajo en una comunidad donde tantos lazos familiares fueron destrozados debido al Holocausto, expresó Mendelsohn.
Su primer intento en esta arena fue por la abuela de su esposo, quien perdió a su madre en un campo de concentración. Ese esfuerzo condujo a tías y primos de los que nadie sabía en la familia de su esposo.
El tío de su esposo, agregó, llamó después y comentó: ”¿Sabes? Nunca he visto una fotografía de mi abuela. Es muy reconfortante para mí ver ahora fotografías de sus hermanas. Puedo imaginar cómo se veía ella”.
”¿Cómo explicar por qué eso es poderoso? Simplemente lo es. La gente no tenía nada. Sus familias fueron borradas y ahora podemos traerlas de regreso un poco”, agregó Mendelsohn.
Ella y Newman enfatizan que no hay garantías. Realizar la prueba o buscar en los archivos no significa que se podrán encontrar parientes vivos o información nueva, pero al menos ofrece una oportunidad.
Ellas y el Centro alientan a las personas a arriesgarse, especialmente a medida que pasa el tiempo y disminuye la cantidad de sobrevivientes vivos.
“Realmente es la última oportunidad para que a estos sobrevivientes se les pueda dar una pizca de justicia”, aseveró Gavriel Rosenfeld, presidente del Centro.
“Sentimos la urgencia de esto”, expresó Newman. “Quería comenzar desde ayer, y por eso es que no hay tiempo como el presente”.
Rosenfeld informó que el Centro había asignado 40.000 dólares iniciales para los kits de ADN en este proyecto piloto inicial, y prevé gastar hasta 100.000 dólares en ellos en el primer año del programa. Dijo que procurarán aumentarlo si ven suficiente interés.
Ken Engel cree que lo habrá. Dirige un grupo en Minnesota para los hijos de sobrevivientes del Holocausto y ya le ha contado a sus miembros sobre el programa.
“Este es una iniciativa importante”, dijo Engel. “Puede revelar y exponer información maravillosa para ellos de la que nunca supieron. Puede hacerlos sentir más ubicados o más conectados con el pasado”.
Young definitivamente se siente así.
“He querido saber toda mi vida”, afirmó. “Si no hubiera sabido lo que ahora sé, creo que todavía sentiría que mi brazo izquierdo o mi brazo derecho no estaban formados completamente. La familia lo es todo, es el pilar principal de la vida en la humanidad”.
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