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Esta doctora mexicana convertida en cineasta aboga por el veganismo en vibrante propuesta

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A partir de hoy, Amazon Prime, TubiTV y YouTube transmiten de manera gratuita “Endgame 2050”, un largometraje que no tiene nada que ver con los Avengers, sino con una escalofriante realidad: el modo en que hemos dañado al planeta Tierra mediante la destrucción de hábitats, el abuso de la ganadería, el empleo excesivo del plástico y la sobrepoblación.

La meta final de trabajo es convencernos de la necesidad de una dieta vegana, lo que lo lleva a valerse tanto de especialistas en la materia (sobre todo biólogos) como de un invitado de lujo: el popular músico estadounidense Moby, quien mantiene un férreo activismo por los derechos de los animales.

Además de las entrevistas y del material visual al que recurre para demostrar sus puntos, el filme apela a una estrategia muy particular: una extensa introducción con actores y locaciones llamativas que funciona como un episodio de ciencia-ficción futurista para anunciar lo que nos depara el futuro si no hacemos cambios urgentes en nuestras vidas.

Pero lo más interesante en lo que respecta a nuestra comunidad latina es que la creadora, directora y narradora de la cinta es Sofía Pineda Ochoa, una doctora que ejerce actualmente su trabajo en la ciudad de Houston, Texas -donde vive desde hace casi diez años-, pero que nació y creció en Guadalajara, México, donde fue profesora universitaria de bioquímica.

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“Ahora mismo estoy trabajando ‘part time’ en la medicina, porque me interesa mucho sacar adelante proyectos que tengan que ver con el activismo, como este”, nos dijo recientemente la profesional de la medicina. “Vengo haciendo videos sobre temas ambientales desde hace seis años, pero hacer este documental me tomó tres, es decir, más de lo que pensaba”.

Lo que nos espera

La idea del segmento dramatizado se le ocurrió cuando se dio cuenta de que existe mucha gente que se aburre con los trabajos de esta clase. “Había que hacer que no fuera solo informativo, sino también entretenido; y eso me llevó a escribir algo ‘telenovelesco’ que pudiera captar la atención de los espectadores”, explicó.

Como había trabajado durante mucho tiempo en hospitales psiquiátricos, Pineda decidió ubicar su relato en un entorno de ese tipo, aunque la locación real fue una antigua oficina de correos de Houston. “Era lo primero que hacía con actores y con escenas dramatizadas”, precisó. “Pero, curiosamente, fue lo más sencillo del proceso, porque se hizo en dos días y en un solo lugar, mientras que lo otro necesitó de mucha investigación y de mucha planificación para que tuviera sentido, además de todo lo que tuvimos que hacer para conseguir a los invitados”.

Por ese lado, el trabajo alcanzó una notoriedad mayor de la que esperaba al sumar a sus filas a Moby. “Lo conseguimos a base de persistencia y de obsesión”, recordó Pineda. “Él es conocido por haber participado en muchas causas ambientales, lo que hace que mucha gente lo busque para proyectos similares; de hecho, nos tomó casi un año convencerlo, porque la idea inicial es que él fuera el narrador y no yo”.

“Moby ha estado interesado en todo esto desde hace muchos años, cuando estos temas no eran populares, y su manera de decir las cosas es muy directa y muy concreta, es decir, algo que le resulta incluso difícil a los científicos”, agregó. “Además, tiene más de treinta años como vegano, y empezó a hacerlo cuando no tenía nada de dinero y vivía en una bodega abandonada, lo que demuestra que no hay que ser rico para seguir estos hábitos”.

Pineda es vegana desde hace nueve años, y decidió asumir esta clase de dieta tras enterarse de todo lo que implica la industria de la ganadería. Curiosamente, proviene de un país obsesionado con la carne, y las tierras tapatías de las que proviene se distinguen internacionalmente por platillos como las tortas ahogadas y la birria, que parecen impensables en versiones que prescindan de productos animales.

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“Cuando me fui de México, ni siquiera conocía la palabra ‘vegano’, y es cierto que comer carne por allá es algo muy relacionado a las tradiciones, aunque siento que siempre se han consumido también muchas más verduras y cosas no procesadas”, retomó. “No es fácil romper costumbres tan arraigadas, por supuesto, pero quienes piensan así deben saber que, con los casi 8 billones de habitantes que tenemos, la Humanidad no puede seguir siendo alimentada del modo en que lo está haciendo”.

“Lo interesante es que, ahora mismo, hay una cantidad enorme de restaurantes veganos en México; hay hasta puestos de tacos”, señaló. “Hace unos años, probé en Guadalajara unos de avena que parecían de chicharrón; y aquí en Estados Unidos, como todo el tiempo tacos de frijoles, nopales y aguacate”.

Ante la coyuntura

El rodaje de “Endgame 2050” estaba ya terminado cuando se inició la pandemia del Covid-19, pero era importante que Pineda nos hablara de las consecuencias que puede tener el momento actual en las causas que le interesan, sobre todo cuando se están celebrando las imágenes de animales que circulan libremente por las calles y cuando el slogan “El virus somos nosotros” se ha convertido prácticamente en un meme.

“Por un lado, creo que la gente está reflexionando más que antes; han abierto un poco su mentalidad al modo en que estamos conectados con el medio ambiente y han entendido que algo tan chiquito como un virus puede cambiar completamente sus vidas”, explicó Pineda. “Pero por el otro, veo a personas que creen que la Naturaleza ha recuperado su espacio cuando la deforestación ni siquiera se ha frenado, cuando mantenemos los mismos consumos, cuando nuestra producción de deshechos se ha multiplicado y cuando los ‘take outs’ de comida están llevándonos a usar más plástico que nunca”.

“Lo único positivo que se podría obtener de esta situación tan terrible es darnos cuenta de que tenemos que tratar al planeta con respeto, no como si estuviera aquí para que lo usemos y lo tiremos a la basura”, enfatizó. “Los científicos están de acuerdo en que este virus saltó de los animales a los humanos, y lo cierto es que todas las pandemias que han existido se han dado de esa manera, como la de 1918, que causó cerca de 50 millones de muertes y que provino de granjas de aves; la gripe porcina, que provino de granjas de cerdos; y la enfermedad de las vacas locas, que provino del ganado vacuno”.

Para Pineda, la conexión directa de esta relación -establecida entre animales y humanos- con las pandemias no es una controversia, sino una realidad. “Una vez que un virus brinca de una especie a otra, resulta mucho más difícil deshacerse de él”, aseguró. “El VIH, que fue descubierto en 1981, tuvo que ver probablemente con los simios, y estará presente en la Humanidad para siempre. Dejar de criar animales para comerlos cortaría de inmediato la cadena”.

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