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En cuarentena, padre de familia tiene los días contados para infectarse de coronavirus

Ellos están ecerrados, presenta síntomas, nadie les quiere decir si han sido expuestos al coronavirus o no.
Ellos están ecerrados, presenta síntomas, nadie les quiere decir si han sido expuestos al coronavirus o no.
(Los inmigrantes detenidos, entre ellos Sergio, están sufriendo de ansiedad a medida que pasan los días y continúan en un solo espacio sin cubrebocas, guantes, y muy poco jabón y tosiendo en el espacio confinado.)
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Sergio se encuentra en cuarentena. Cuando habla por teléfono con esta reportera su voz es cabizbaja y sostiene estar preocupado y con miedo, afirmando que sus días están contados para ser diagnosticado con coronavirus.

El padre de familia se encuentra en un cuarto donde hay mas de 100 personas en cuarentena como él, en Otay Mesa Detention Center, en San Diego.

Hasta el momento, las autoridades informaron que dos empleados de ese centro dieron positivo por COVID19 después de mostrar síntomas. Para el pasado viernes, un detenido indocumentado del lugar también dio positivo.

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Los inmigrantes detenidos, entre ellos Sergio, están sufriendo de ansiedad a medida que pasan los días y continúan en un solo espacio sin cubrebocas, guantes, y muy poco jabón y tosiendo en el espacio confinado.

“Primero una persona se empezó a quejar, ya con los síntomas fue retirada del cuarto, pero han pasado días y han sacado otras personas más… aquí no nos dicen qué está pasando”, dice Sergio, de nacionalidad nicaragüense y quien está pidiendo asilo.

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“Los detenidos están reaccionando de diferente forma, algunos con miedo, ira, enojo y depresión. Yo sé es cuestión de tiempo para que me diagnostiquen porque estamos todos apilados, sin cuidados médicos”, sostiene el inmigrante de 33 años.

El padre de dos menores de edad asegura que los inmigrantes en ese lugar están haciendo todo lo posible por limpiar cada hora las superficies, mientras los guardias de seguridad han optado por usar algún tipo de protección solo si se tienen que acercar a la unidad donde se encuentran.

Hace mas de un año Sergio no ha visto a su esposa e hijos, quienes se quedaron en su natal Nicaragua.

El gobierno de Estados Unidos lo remitió al programa MPP (Protocolo de Protección de Migrantes), donde debía permanecer en México. Sergio fue asaltado en ese país, por lo que, en su audiencia en la corte de inmigración de San Diego, pidió una entrevista creíble de miedo de estar en México. Tras la entrevista, el inmigrante fue trasladado a Otay, y desde entonces ha estado en ese centro un poco mas de cuatro meses.

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“No solo me preocupa mi salud, también me preocupan mi esposa y mis hijos… por ahora tengo las manos atadas y no los puedo ayudar”, sostiene.

“El domingo pasado los detenidos hicimos una huelga para protestar nuestra situación, la mayoría no salimos a comer, pero aun así somos ignorados”, señala.

Por su parte, ICE ha dado a conocer que un ciudadano mexicano de 54 años bajo custodia en el centro de detención de Otay ha dado positivo por COVID.

“Los individuos han sido puestos en cuarentena y están recibiendo atención. De acuerdo con las pautas de los CDC, aquellos que han estado en contacto con estas personas han sido agrupados y están siendo monitoreados por síntomas”, responden.

Sergio tenía una audiencia con un juez de inmigración a finales de marzo, pero esta no ocurrió debido a la pandemia del coronavirus.

“El problema es que el coronavirus afecta no solo a los indocumentados en estos centros sino a los guardias, a los que hacen la limpieza, a todos los que entran y salen de estos lugares”, señala Margaret Cargioli, directora abogada de Cross Border Initiative Defenders Law Center.

Hace unas semanas, dice Cargioli, se les pidió a los jueces dejar de presentarse en los centros por los riesgos de infección de coronavirus que corrían, “fue en ese momento donde las autoridades debieron pensar en todos los detenidos y dejarlos salir… ellos también son humanos y corren el mismo peligro”, indica.

Por ahora no hay fecha para la nueva audiencia de Sergio, quien puede ser liberado a familiares dispuestos a responder por él.

“Los centros de detención son focos de infección… será devastador si las autoridades no los dejan salir”, agrega. “El estar detenido no debería significar el peligro o la muerte”.

A partir del 3 de abril, hay cuatro personas bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en las instalaciones correccionales del condado de Pike en Hawley, Pensilvania, que dieron positivo por COVID-19. Esas personas incluyen ciudadanos mexicanos de 31 y 37 años, un dominicano de 41 años y un guatemalteco de 28 años. Además, un ciudadano mexicano de 37 años bajo custodia de ICE en la prisión del condado de York, en York, Pensilvania.

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