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El Departamento de Justicia advierte que reglas de California contra el coronavirus podrían violar la libertad religiosa

La oficina del gobernador Gavin Newsom no hizo comentarios inmediatos al respecto.
(Nick Ut / Associated Press)
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Las medidas promulgadas por el gobernador Gavin Newsom para frenar la propagación del coronavirus y sus planes para llevarlas a cabo podrían discriminar a los grupos religiosos y violar sus derechos constitucionales, advirtió el Departamento de Justicia de Estados Unidos en una nota, este martes.

En una carta de tres páginas dirigida al gobernador californiano, Eric S. Dreiband, fiscal general adjunto y jefe de la división de derechos civiles del Departamento de Justicia, explicitó que Newsom había mostrado un “trato desigual con las comunidades de fe” al restringir sus posibilidades para reunirse y finalmente reabrir sus puertas.

“En pocas palabras, no hay una excepción por pandemia a la Constitución de Estados Unidos y su Declaración de Derechos”, escribió Dreiband.

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La oficina de Newsom no efectuó comentarios más allá de confirmar que había recibido el documento.

Dreiband planteó en el escrito problemas tanto con el pedido de permanecer en el hogar de California como con el plan para revertirlo.

Si bien los feligreses no pueden reunirse en persona, incluso si siguen los protocolos de distanciamiento social, California ha considerado esenciales a los empleados de las industrias del entretenimiento y del comercio electrónico permitiéndoles seguir trabajando en persona, “independientemente de si el producto que venden y envían es de importancia vital”, expresó Dreiband.

“Esto discrimina a simple vista el ejercicio religioso”, manifestó.

Además, escribió Dreiband, el gobernador concedió que restaurantes, centros comerciales y oficinas reanuden sus operaciones en la segunda fase de su plan de reinicio de la economía de California, pero las casas de culto no podrán celebrar servicios en persona hasta la tercera fase.

“La Constitución exige que California haga más por el culto religioso, incluso en la segunda etapa del plan de reapertura”, agregó Dreiband.

En abril, el Departamento de Justicia intervino en una disputa entre una iglesia de Mississippi y la ciudad de Greenville, cuyos oficiales de policía habían interrumpido un servicio que se llevaba a cabo en el estacionamiento de la iglesia. En ese momento, el procurador general William Barr afirmó que los grupos religiosos “no deben ser señalados como grupos con características particulares”.

En su mayor parte, las instituciones religiosas en California han seguido las reglas de permanencia en el hogar del estado, cancelando servicios y reduciendo el contacto en persona.

Sin embargo, un puñado de iglesias han incumplido estas reglas. En el condado de Butte, los funcionarios de salud pública criticaron a una congregación por realizar un servicio en persona para el Día de la Madre, en contra de las órdenes del condado.

Desde entonces, un feligrés dio positivo por COVID-19, exponiendo potencialmente al virus a otros 180 asistentes, según los funcionarios, que desde entonces han intentado localizar a todos los concurrentes e instruirlos para que cumplan una cuarentena.

“Durante siete semanas nos han mantenido fuera de la iglesia y lejos de nuestra familia religiosa”, escribió el pastor, Mike Jacobsen, en Facebook. “Estoy plenamente consciente de que algunas personas pueden no entender que para nuestra congregación es esencial estar juntos en comunión”.

Varias iglesias y feligreses solicitaron a los jueces federales que eviten que Newsom imponga restricciones al culto. Ninguna hasta ahora ha tenido éxito.

Wendy Gish, feligrés de Shield of Faith Family Church, en Fontana, le había pedido a un magistrado de Los Ángeles que anulara la prohibición. “Mi creencia religiosa sinceramente es que Dios me ordena a mí y a otros creyentes unirnos regularmente, para adorarlo”, expuso Gish en una declaración.

Un juez de distrito de Estados Unidos, Jesús G. Bernal, falló en su contra. “Una reunión religiosa en persona no es análoga a recoger comestibles, alimentos o medicinas, donde los individuos entran rápidamente a un edificio, no se relacionan directamente con otros excepto en los puntos de venta, y se marchan apenas finalizada la tarea”, escribió.

“En cambio, esto es más parecido a asistir a la escuela o a un concierto; actividades donde las personas se sientan juntas en un espacio cerrado, para compartir una experiencia comunitaria”.

En Sacramento, un juez federal negó una solicitud similar de parte de Cross Culture Christian Center, una iglesia en Lodi.

“Incluso en tiempos de salud, los funcionarios gubernamentales a menudo deben alcanzar un delicado equilibrio entre garantizar la seguridad pública y preservar las garantías fundamentales de la Constitución”, escribió el magistrado federal de distrito John A. Méndez.

“Pero durante las crisis de salud pública, surgen nuevas consideraciones, y los funcionarios deben preguntarse si hasta los derechos fundamentales deben dar paso a una necesidad más profunda, como controlar la propagación de enfermedades infecciosas y proteger las vidas de los más vulnerables de la sociedad”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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